La enseñanza no formal llegó a las empresas

Se trata de juegos mediante los cuales los alumnos asimilan conceptos y habilidades en un entorno que simula una situación real. Como todo lo que entretiene y divierte, da como resultado un alto nivel de asimilación y recordación.

18 septiembre, 2001

Ya no se cree que la formación de empresarios tenga que ser necesariamente una labor seria y hasta pesada. Consultoras como Ernst & Young, PricewaterhouseCoopers, Watson Wyatt o Andersen Consulting disponen de juegos de mesa y todo tipo de actividades interactivas para motivar a directivos y empleados.

Enseñanza lúdica

El objetivo de estas sesiones es desarrollar a través del juego o situaciones simuladas una nueva herramienta pedagógica que está dando excelentes resultados. Estas son algunas de sus características:

Sin papeles. No hay libros o apuntes de por medio. Sin embargo, estas prácticas generan una respuesta tan fuerte en los asistentes que asimilan conceptos y refuerzan conocimientos sin esfuerzo.

Practicidad. “Los juegos simulan una realidad empresarial. Se propone una situación y se le pide a los participantes que trabajen en ella y que desempeñen un rol. Viven una experiencia y de ahí se deducen conclusiones y se reciben mensajes que se trasladan a su actividad diaria”, afirma José María Zamoro Flores, director de Recursos Humanos y Formación de PricewaterhouseCoopers.

Aprovechar capacidades. Se trata de actividades que potencian y encajan los conocimientos de los participantes con sus habilidades.

Trabajar en equipo. En cada jugada o decisión se refleja la diferencia entre lo que sabe y las habilidades que se tiene y cómo se desarrollan a lo largo del juego. “Los juegos implican un cambio de comportamiento. Al modificar la actitud de cada uno de los individuos del equipo se consigue mejorar la productividad de la empresa”, afirma Juan Mateo, socio director de Ernst & Young Consultores.

Para todos los gustos. Las consultoras ponen sobre la mesa diferentes jugadores. En ellos pueden participar desde el presidente de la compañía al recepcionista, una división concreta del departamento comercial o sólo los componentes del cuadro directivo. En cualquiera de los casos, la jerarquía real de la empresa no está en relación con las responsabilidades que se toman en las sesiones de juego.

“No es imprescindible, pero lo ideal es que el directivo acuda con su equipo. Siempre hay un jefe dentro del equipo, que no tiene por qué corresponderse con la realidad. Su misión es ejecutar lo que sabe hacer, dejar paso a los demás para que hagan su labor y, mientras tanto, enseñar al equipo. Gana el que haya desempeñado la mejor relación entre el equipo y el objetivo”, afirma Juan Mateo, socio director de Ernst & Young Consultores.

Los expertos en esta actividad consideran que, para que un juego sea efectivo, tiene que implicar al participante. Estas son las técnicas que se emplean para involucrar a los “jugadores”:

Hablando en serio. Se utilizan figuras y léxicos que tienen un paralelismo con la realidad.
Simular el entorno. Se escenifican las aulas o los salones según la temática. Incluso se emplea música ambiental.
Meterse en la piel. Todos los participantes deben disfrazarse.

Después de la puesta en escena se exponen las reglas del juego, se marca el objetivo final y comienza el juego.

Al finalizar la partida, que puede durar entre cuatro horas y dos días, aparece el ganador. La derrota o la victoria son las bases para alcanzar las reflexiones y los paralelismos entre el juego y la realidad. “La finalidad es lograr que las personas se den cuenta de cuáles son sus puntos fuertes y débiles. El individuo razona, se hace consciente de la verdad y descubre que se ha equivocado. Es entonces cuando acepta sus errores y se mejora a sí mismo”, afirma José Manuel Casado, director asociado de Gestión del Cambio de Andersen Consulting en España.

Sesiones a medida.

Antes de comenzar las consultoras analizan con la empresa sus puntos débiles y las habilidades que quieren potenciar. Averiguan desde su manera de trabajar hasta cómo se reparten el trabajo o los elementos con los que trabajan a diario.

Los departamentos de investigación y desarrollo de las consultoras se encargarán de diseñar un juego específico si los que ya tienen no cubren los objetivos de sus clientes. Además, cuentan con monitores especializados que hacen un seguimiento durante el juego. Su labor es observar en silencio para mostrar con posterioridad los errores y enseñar a pensar en la jugada.

Ya no se cree que la formación de empresarios tenga que ser necesariamente una labor seria y hasta pesada. Consultoras como Ernst & Young, PricewaterhouseCoopers, Watson Wyatt o Andersen Consulting disponen de juegos de mesa y todo tipo de actividades interactivas para motivar a directivos y empleados.

Enseñanza lúdica

El objetivo de estas sesiones es desarrollar a través del juego o situaciones simuladas una nueva herramienta pedagógica que está dando excelentes resultados. Estas son algunas de sus características:

Sin papeles. No hay libros o apuntes de por medio. Sin embargo, estas prácticas generan una respuesta tan fuerte en los asistentes que asimilan conceptos y refuerzan conocimientos sin esfuerzo.

Practicidad. “Los juegos simulan una realidad empresarial. Se propone una situación y se le pide a los participantes que trabajen en ella y que desempeñen un rol. Viven una experiencia y de ahí se deducen conclusiones y se reciben mensajes que se trasladan a su actividad diaria”, afirma José María Zamoro Flores, director de Recursos Humanos y Formación de PricewaterhouseCoopers.

Aprovechar capacidades. Se trata de actividades que potencian y encajan los conocimientos de los participantes con sus habilidades.

Trabajar en equipo. En cada jugada o decisión se refleja la diferencia entre lo que sabe y las habilidades que se tiene y cómo se desarrollan a lo largo del juego. “Los juegos implican un cambio de comportamiento. Al modificar la actitud de cada uno de los individuos del equipo se consigue mejorar la productividad de la empresa”, afirma Juan Mateo, socio director de Ernst & Young Consultores.

Para todos los gustos. Las consultoras ponen sobre la mesa diferentes jugadores. En ellos pueden participar desde el presidente de la compañía al recepcionista, una división concreta del departamento comercial o sólo los componentes del cuadro directivo. En cualquiera de los casos, la jerarquía real de la empresa no está en relación con las responsabilidades que se toman en las sesiones de juego.

“No es imprescindible, pero lo ideal es que el directivo acuda con su equipo. Siempre hay un jefe dentro del equipo, que no tiene por qué corresponderse con la realidad. Su misión es ejecutar lo que sabe hacer, dejar paso a los demás para que hagan su labor y, mientras tanto, enseñar al equipo. Gana el que haya desempeñado la mejor relación entre el equipo y el objetivo”, afirma Juan Mateo, socio director de Ernst & Young Consultores.

Los expertos en esta actividad consideran que, para que un juego sea efectivo, tiene que implicar al participante. Estas son las técnicas que se emplean para involucrar a los “jugadores”:

Hablando en serio. Se utilizan figuras y léxicos que tienen un paralelismo con la realidad.
Simular el entorno. Se escenifican las aulas o los salones según la temática. Incluso se emplea música ambiental.
Meterse en la piel. Todos los participantes deben disfrazarse.

Después de la puesta en escena se exponen las reglas del juego, se marca el objetivo final y comienza el juego.

Al finalizar la partida, que puede durar entre cuatro horas y dos días, aparece el ganador. La derrota o la victoria son las bases para alcanzar las reflexiones y los paralelismos entre el juego y la realidad. “La finalidad es lograr que las personas se den cuenta de cuáles son sus puntos fuertes y débiles. El individuo razona, se hace consciente de la verdad y descubre que se ha equivocado. Es entonces cuando acepta sus errores y se mejora a sí mismo”, afirma José Manuel Casado, director asociado de Gestión del Cambio de Andersen Consulting en España.

Sesiones a medida.

Antes de comenzar las consultoras analizan con la empresa sus puntos débiles y las habilidades que quieren potenciar. Averiguan desde su manera de trabajar hasta cómo se reparten el trabajo o los elementos con los que trabajan a diario.

Los departamentos de investigación y desarrollo de las consultoras se encargarán de diseñar un juego específico si los que ya tienen no cubren los objetivos de sus clientes. Además, cuentan con monitores especializados que hacen un seguimiento durante el juego. Su labor es observar en silencio para mostrar con posterioridad los errores y enseñar a pensar en la jugada.

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