Jóvenes creativos seducen a las grandes

A comienzos del 2000, dos de las más importantes cadenas publicitarias del mundo decidieron reforzar su presencia en la Argentina a través de dos jóvenes creativos. Los protagonistas explican sus razones, logros y proyectos.

10 enero, 2001

Ambos tienen muchos puntos en común: 34 años y una trayectoria rutilante como directores creativos en agencias de primera línea y vitrinas colmadas de premios. Además, fueron jurados en los principales certámenes publicitarios internacionales y manejaron algunas de las cuentas más importantes del país. En un momento dado –con diferencia de un par de meses–, fueron elegidos por dos de las grandes cadenas internacionales para encabezar sus nuevas filiales en la Argentina.

“Mi relación con ellos era fuerte desde hacía tiempo”, cuenta Pablo del Campo, al referirse a sus nuevos socios, Nazca Saatchi & Saatchi. “Tuve la suerte de entrar a Lautrec cuando hizo la apuesta de volver a la creatividad, y obtuve buenos resultados. Los encuentros en los festivales, compartir una misma visión, hicieron que mi vínculo con la red fuera creciendo cada vez más”.

Del Campo se encarga de aclarar que ésta es, en realidad, la primera vez que S&S tiene una agencia en la Argentina, ya que Lautrec sólo era representante. “Y se dio una situación en la que los intereses eran contradictorios: Lautrec quería vender todo, 100% del paquete, mientras que la gente de Saatchi quería un socio local”. Apareció Euro RSCG con la oferta que Gianni Gasparini y sus socios estaban esperando, y la network de matriz inglesa se quedó sin nadie que atendiera sus intereses en el país. Naturalmente, pensó en Del Campo.

“Cuando surgió la oportunidad no dudé un instante”, reconoce el elegido. “Me dio culpa con Young & Rubicam, porque hacía muy poco que estaba allí, pero me pareció que era lo mejor que me podía pasar. Aunque nunca había soñado con la agencia propia; pero sí soy un gran motivador”.

Paso a paso

La agencia Del Campo Nazca Saatchi & Saatchi acaba de cumplir su primer año. “El 2000 fue durísimo, pero la creatividad argentina arrancó fuerte en la crisis”, dice su CEO y director general creativo; “en otros momentos difíciles, la publicidad era la que más sufría. Ahora no; pero los clientes, como son más inteligentes, también son más exigentes. Y nosotros somos conscientes de que pueden cambiarnos por otra agencia”.

Del Campo valora su etapa en Lautrec, donde, dice, “incorporé el concepto de la calidad total, la búsqueda del cero defecto”. De hecho, 80% de la gente que lo acompaña en este nuevo emprendimiento proviene de aquella agencia. “Somos 28 personas, pero trabajamos por 100”, afirma. “Y no nos ha ido nada mal: nos presentamos en nueve concursos de agencias y ganamos ocho”.

El hecho de haber sido nominada Centro de Excelencia Creativa dentro de S&S Worldwide no sólo les deparó un halago, la agencia se constituye, a partir de esto, en proveedora de campañas para todo el mundo. “Nos dieron muchos trabajos para la red, y eso nos dio tranquilidad económica”, explica Del Campo. “Para el año que viene, veo una oportunidad interesante. Para nosotros, lo más difícil ya pasó. Pero sé que tenemos que ir paso a paso; nunca creí en los fuegos de artificio”.

Yo tengo un sueño

“Hace algunos años venía soñando con un proyecto que saliera de los límites que impone la estructura de una agencia tradicional”, evoca Rodrigo Figueroa Reyes desde su nuevo sillón de presidente (y accionista) de DDB Argentina. Sanguíneo y frontal, más de una vez sus trabajos despertaron polémicas, como aquel “Submarino” para el Círculo de Creativos o el premiado “Hermanos”, para Oreo, protagonizado por un chico con síndrome de Down.

La oportunidad de cumplir su sueño apareció por una conjunción de circunstancias. En 1999, era director general creativo de Pragma/FCB, había conseguido muchos premios y, especialmente, la valoración máxima de parte de un cliente como Telefónica de Argentina. Por razones de alineación internacional, la cuenta debía pasar a DDB (por entonces Rainuzzo/DDB), pero ni los españoles querían abandonar a Figueroa Reyes ni la red DDB estaba conforme con el desempeño de su representación local. Su presidente, Keith Reinhard, había trabajado con Figueroa en el jurado del Festival de Cannes de ese año y se había generado una buena relación entre ambos. De modo que DDB compró todo el paquete de los Rainuzzo, convocó a Figueroa Reyes y nació la nueva agencia.

“En estos diez meses estoy poniendo en marcha este proyecto de DDB Argentina, que es un grupo de contenidos en el cual la agencia de publicidad es la primera unidad de negocios”, explica Figueroa Reyes. Las otras son DDB Dreams, “que es el área digital o cómo hacemos para que los clientes tradicionales entiendan el papel que deben ocupar en la nueva economía, además de atender a empresas punto com y tecnológicas”; DDB Retail, orientada a ganar las batallas en los puntos de venta; Smash, la unidad de marketing promocional, directo y logística; DDB Federal, una red de agencias de publicidad del interior, y finalmente Inc.

“Inc es una incubadora de contenidos, un think tank desde donde haremos cine, series y programas de televisión, diseño industrial, obras de teatro, bandas de rock y contenidos de Internet. Todo esto como proyectos propios o acompañados por nuestros clientes”.

En sus diez meses de vida, DDB Argentina se concentró en el armado de toda esta estructura. “Mientras tanto, ganábamos cuentas y aumentábamos la facturación”, advierte Figueroa Reyes.

Ambos tienen muchos puntos en común: 34 años y una trayectoria rutilante como directores creativos en agencias de primera línea y vitrinas colmadas de premios. Además, fueron jurados en los principales certámenes publicitarios internacionales y manejaron algunas de las cuentas más importantes del país. En un momento dado –con diferencia de un par de meses–, fueron elegidos por dos de las grandes cadenas internacionales para encabezar sus nuevas filiales en la Argentina.

“Mi relación con ellos era fuerte desde hacía tiempo”, cuenta Pablo del Campo, al referirse a sus nuevos socios, Nazca Saatchi & Saatchi. “Tuve la suerte de entrar a Lautrec cuando hizo la apuesta de volver a la creatividad, y obtuve buenos resultados. Los encuentros en los festivales, compartir una misma visión, hicieron que mi vínculo con la red fuera creciendo cada vez más”.

Del Campo se encarga de aclarar que ésta es, en realidad, la primera vez que S&S tiene una agencia en la Argentina, ya que Lautrec sólo era representante. “Y se dio una situación en la que los intereses eran contradictorios: Lautrec quería vender todo, 100% del paquete, mientras que la gente de Saatchi quería un socio local”. Apareció Euro RSCG con la oferta que Gianni Gasparini y sus socios estaban esperando, y la network de matriz inglesa se quedó sin nadie que atendiera sus intereses en el país. Naturalmente, pensó en Del Campo.

“Cuando surgió la oportunidad no dudé un instante”, reconoce el elegido. “Me dio culpa con Young & Rubicam, porque hacía muy poco que estaba allí, pero me pareció que era lo mejor que me podía pasar. Aunque nunca había soñado con la agencia propia; pero sí soy un gran motivador”.

Paso a paso

La agencia Del Campo Nazca Saatchi & Saatchi acaba de cumplir su primer año. “El 2000 fue durísimo, pero la creatividad argentina arrancó fuerte en la crisis”, dice su CEO y director general creativo; “en otros momentos difíciles, la publicidad era la que más sufría. Ahora no; pero los clientes, como son más inteligentes, también son más exigentes. Y nosotros somos conscientes de que pueden cambiarnos por otra agencia”.

Del Campo valora su etapa en Lautrec, donde, dice, “incorporé el concepto de la calidad total, la búsqueda del cero defecto”. De hecho, 80% de la gente que lo acompaña en este nuevo emprendimiento proviene de aquella agencia. “Somos 28 personas, pero trabajamos por 100”, afirma. “Y no nos ha ido nada mal: nos presentamos en nueve concursos de agencias y ganamos ocho”.

El hecho de haber sido nominada Centro de Excelencia Creativa dentro de S&S Worldwide no sólo les deparó un halago, la agencia se constituye, a partir de esto, en proveedora de campañas para todo el mundo. “Nos dieron muchos trabajos para la red, y eso nos dio tranquilidad económica”, explica Del Campo. “Para el año que viene, veo una oportunidad interesante. Para nosotros, lo más difícil ya pasó. Pero sé que tenemos que ir paso a paso; nunca creí en los fuegos de artificio”.

Yo tengo un sueño

“Hace algunos años venía soñando con un proyecto que saliera de los límites que impone la estructura de una agencia tradicional”, evoca Rodrigo Figueroa Reyes desde su nuevo sillón de presidente (y accionista) de DDB Argentina. Sanguíneo y frontal, más de una vez sus trabajos despertaron polémicas, como aquel “Submarino” para el Círculo de Creativos o el premiado “Hermanos”, para Oreo, protagonizado por un chico con síndrome de Down.

La oportunidad de cumplir su sueño apareció por una conjunción de circunstancias. En 1999, era director general creativo de Pragma/FCB, había conseguido muchos premios y, especialmente, la valoración máxima de parte de un cliente como Telefónica de Argentina. Por razones de alineación internacional, la cuenta debía pasar a DDB (por entonces Rainuzzo/DDB), pero ni los españoles querían abandonar a Figueroa Reyes ni la red DDB estaba conforme con el desempeño de su representación local. Su presidente, Keith Reinhard, había trabajado con Figueroa en el jurado del Festival de Cannes de ese año y se había generado una buena relación entre ambos. De modo que DDB compró todo el paquete de los Rainuzzo, convocó a Figueroa Reyes y nació la nueva agencia.

“En estos diez meses estoy poniendo en marcha este proyecto de DDB Argentina, que es un grupo de contenidos en el cual la agencia de publicidad es la primera unidad de negocios”, explica Figueroa Reyes. Las otras son DDB Dreams, “que es el área digital o cómo hacemos para que los clientes tradicionales entiendan el papel que deben ocupar en la nueva economía, además de atender a empresas punto com y tecnológicas”; DDB Retail, orientada a ganar las batallas en los puntos de venta; Smash, la unidad de marketing promocional, directo y logística; DDB Federal, una red de agencias de publicidad del interior, y finalmente Inc.

“Inc es una incubadora de contenidos, un think tank desde donde haremos cine, series y programas de televisión, diseño industrial, obras de teatro, bandas de rock y contenidos de Internet. Todo esto como proyectos propios o acompañados por nuestros clientes”.

En sus diez meses de vida, DDB Argentina se concentró en el armado de toda esta estructura. “Mientras tanto, ganábamos cuentas y aumentábamos la facturación”, advierte Figueroa Reyes.

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