Internet obliga a reinventarse

Fernando Vigorena, profesor de los programas de Master on Business Administration de la Universidad de Chile, ofrece sus apreciaciones sobre las empresas frente a Internet.

11 octubre, 2000

Para desarrollar negocios en Internet es necesario desarrollar previamente una mentalidad emprendedora, que está en proceso de desarrollo.

Internet no debe ser simplemente una Guía de Páginas Amarillas con negocios, debe sustentarse en una base creativa, que oriente a las personas a unir capacidades.

Por ejemplo, relacionar a los capitalistas de riesgo con las personas que tienen ideas, en áreas como la ecología, la agricultura, los servicios, y otras áreas donde hacen falta nuevas ideas y nuevos emprendedores.

Además, desarrollar una mentalidad globalizada, dar más que recibir y tener un espíritu solidario, sobre todo a nivel de la generación X, que pregunta cosas y pide ayuda para resolver sus paradigmas.

Para que una empresa tenga éxito en Internet es necesario que sea creativa en el diseño de sus páginas, especialmente en cuanto a contenidos.

A la gente le cuesta mucho ver páginas que sólo publicitan su actividad comercial; páginas que son sólo folletos electrónicos, que cuentan con muchos recursos visuales y nada más.

Desean encontrar cosas prácticas, que le sirvan a ellos y a los futuros clientes, y con las cuales puedan aprender.

A través de ese proceso tomarán su decisión de compra. Se requieren sitios web motivadores, de contenido, participativos, no técnicos.

También es necesario que el sitio sea de fácil acceso, de lectura rápida, y de bajada rápida. Una página que tarda más de 30 segundos en ser cargada, está muerta en este mercado.

Muchos hablan de Internet, pero hay muy poca gente con poder de compra entre los que acceden al sistema. Muchos lo hacen desde sus oficinas, donde tienen poca posibilidad todavía de ejercer poder de compra y decisión.

Además todos manifiestan muchas dudas y la mayoría de los mensajes que reciben las empresas que tienen web, no son respondidos oportunamente.

La gente tiene poco que decir y por lo tanto, no responden. Eso hace que la persona nunca más visite un web desatento. Así que no basta con crearlo, hay que mantenerlo con pasión.

Las empresas que no accedan a Internet se quedarán en el pasado y no podrán llegar a los grupos compradores emergentes, aquellos a quienes ya no les interese tocar y oler un producto para adquirirlo.

Por el momento, la mayoría de las personas descubren en Internet diferentes limitaciones, porque es parte de una mentalidad cartesiana y racional. Somos reactivos frente a los cambios y no proactivos, por lo tanto culturalmente somos seguidores-espectadores y no hacedores-protagonistas.

Internet obliga a reinventarse permanentemente, siendo éste un ejercicio que a algunos, no los mejores, los hace sentir activos protagonistas del cambio.

La idea es estar dispuesto a cometer errores inteligentes y no errores negligentes. ¿Por qué cometer los mismos errores, si hay tantos nuevos errores por cometer?

Para desarrollar negocios en Internet es necesario desarrollar previamente una mentalidad emprendedora, que está en proceso de desarrollo.

Internet no debe ser simplemente una Guía de Páginas Amarillas con negocios, debe sustentarse en una base creativa, que oriente a las personas a unir capacidades.

Por ejemplo, relacionar a los capitalistas de riesgo con las personas que tienen ideas, en áreas como la ecología, la agricultura, los servicios, y otras áreas donde hacen falta nuevas ideas y nuevos emprendedores.

Además, desarrollar una mentalidad globalizada, dar más que recibir y tener un espíritu solidario, sobre todo a nivel de la generación X, que pregunta cosas y pide ayuda para resolver sus paradigmas.

Para que una empresa tenga éxito en Internet es necesario que sea creativa en el diseño de sus páginas, especialmente en cuanto a contenidos.

A la gente le cuesta mucho ver páginas que sólo publicitan su actividad comercial; páginas que son sólo folletos electrónicos, que cuentan con muchos recursos visuales y nada más.

Desean encontrar cosas prácticas, que le sirvan a ellos y a los futuros clientes, y con las cuales puedan aprender.

A través de ese proceso tomarán su decisión de compra. Se requieren sitios web motivadores, de contenido, participativos, no técnicos.

También es necesario que el sitio sea de fácil acceso, de lectura rápida, y de bajada rápida. Una página que tarda más de 30 segundos en ser cargada, está muerta en este mercado.

Muchos hablan de Internet, pero hay muy poca gente con poder de compra entre los que acceden al sistema. Muchos lo hacen desde sus oficinas, donde tienen poca posibilidad todavía de ejercer poder de compra y decisión.

Además todos manifiestan muchas dudas y la mayoría de los mensajes que reciben las empresas que tienen web, no son respondidos oportunamente.

La gente tiene poco que decir y por lo tanto, no responden. Eso hace que la persona nunca más visite un web desatento. Así que no basta con crearlo, hay que mantenerlo con pasión.

Las empresas que no accedan a Internet se quedarán en el pasado y no podrán llegar a los grupos compradores emergentes, aquellos a quienes ya no les interese tocar y oler un producto para adquirirlo.

Por el momento, la mayoría de las personas descubren en Internet diferentes limitaciones, porque es parte de una mentalidad cartesiana y racional. Somos reactivos frente a los cambios y no proactivos, por lo tanto culturalmente somos seguidores-espectadores y no hacedores-protagonistas.

Internet obliga a reinventarse permanentemente, siendo éste un ejercicio que a algunos, no los mejores, los hace sentir activos protagonistas del cambio.

La idea es estar dispuesto a cometer errores inteligentes y no errores negligentes. ¿Por qué cometer los mismos errores, si hay tantos nuevos errores por cometer?

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