Indignación en Volkswagen por aviso distorsionado

Es igual al oficial excepto por un detalle central. Termina con la misma frase del aviso verdadero. Llegó a la agencia DDB cuando ya se había difundido por Internet. Se ignoran los motivos. La empresa confrontará a los autores.

27 enero, 2005

Actualmente hay un aviso falso de Volkswagen circulando por la red y las autoridades
de la unidad británicas se preparan para un encuentro con sus creadores.
Los ejecutivos de la marca están preocupados, no sólo por este incidente
sino porque creen que es el comienzo de una ola de avisos falsos, con la consiguiente
confusión de marcas. Pero aún, temen que en el futuro no les resulte
fácil a las marcas recurrir a la ley para defenderse.

Estamos hablando, otra vez, del marketing viral, esa estrategia de difundir
mensajes por la red que impusieron muchos marketineros para escaparse de los
altos costos de un comercial de televisión. Pero ahora no son sólo
marketineros los que recurren a este método. Como cada vez es más
fácil y barato para que alguien con algún conocimiento y equipo
produzca una pieza que parezca un aviso comercial verdadero, los gerentes de
marca descubren que sus mensajes de marca, tan cuidadosamente calibrados, aparecen
distorsionados, burlados, estropeados o totalmente debilitados.

Por el lado de los consumidores, cabe ahora que se pregunten si lo que están
viendo es un aviso o una broma. El aviso ha generado una ola de preocupación
desde su aparición la semana pasada porque su apariencia es casi igual
a la de un comercial verdadero del Volkswagen Polo, sólo que pone al
volante a un hombre bomba. En esta versión, el conductor estaciona fuera
de un café callejero repleto de gente, se abre la chaqueta para mostrar
los explosivos atados a su pecho y pulsa el detonador. Su auto, sin embargo,
aguanta la explosión sin siquiera un vidrio roto. El corto termina con
la verdadera frase del Polo: “Pequeño pero resistente”.

El material fue enviado a la oficina londinense de DDB Worldwide, una de las
agencias de Volkswagen, por dos personas de nombre Lee y Dan. “Nosotros
no tuvimos nada que ver en la diseminación de esto,” se defendió
Annouchka Behrmann, directora de relaciones públicas de DDB Londres.

Paul Buckett, jefe de prensa y relaciones públicas de Volkswagen Group
en Londres dijo ayer que su compañía enviará a Lee y Dan
una carta en la que los conmina a entregar el material original, a firmar la
confesión de haber creado la publicidad sin autorización, a firmar
una disculpa pública redactada por la automotriz y una promesa pública
de no volver a violar ni la marca comercial de Volkswagen ni crear o distribuir
ningún otro trabajo de Volkswagen. La carta termina con la amenaza de
demanda legal si no recibe respuesta para el día siguiente.

Los abogados que representan a Lee y Dan no hicieron comentarios y se negaron
a dar los apellidos de sus defendidos. No se conocen las motivaciones que tuvieron
los hombres misteriosos para hacer el trabajo.

El problema es que no son los únicos. Cada vez hay más personas
creando publicidad por su cuenta o modificando a su antojo los comerciales autorizados
que difunden las empresas. Algunos ejecutivos de Volkswagen suponen que Lee
y Dan enviaron el ensayo de comercial a DDB para ver si conseguían la
cuenta.

Luego están los anunciantes
voluntarios
como Goerge Masters, un profesor de diseño gráfico
que creó un corto de 60 segundos para la iPod Mini parte como desafío
y parte por su propio entusiasmo por el producto. Masters dijo que Apple no
le pidió que retirara su aviso, que circuló por la Web desde su
sitio, y que sigue haciéndolos cada vez que tiene tiempo.

Están los entusiastas y también los críticos haciendo
trabajos no solicitados y es evidente que muchos de los mensajes van a hacer
algún tipo de daño a las marcas. Es un nuevo tipo de publicidad
boca a boca, casera, dice Masters. Las empresas deberán encontrar formas
inteligentes de convivir con ella.

Actualmente hay un aviso falso de Volkswagen circulando por la red y las autoridades
de la unidad británicas se preparan para un encuentro con sus creadores.
Los ejecutivos de la marca están preocupados, no sólo por este incidente
sino porque creen que es el comienzo de una ola de avisos falsos, con la consiguiente
confusión de marcas. Pero aún, temen que en el futuro no les resulte
fácil a las marcas recurrir a la ley para defenderse.

Estamos hablando, otra vez, del marketing viral, esa estrategia de difundir
mensajes por la red que impusieron muchos marketineros para escaparse de los
altos costos de un comercial de televisión. Pero ahora no son sólo
marketineros los que recurren a este método. Como cada vez es más
fácil y barato para que alguien con algún conocimiento y equipo
produzca una pieza que parezca un aviso comercial verdadero, los gerentes de
marca descubren que sus mensajes de marca, tan cuidadosamente calibrados, aparecen
distorsionados, burlados, estropeados o totalmente debilitados.

Por el lado de los consumidores, cabe ahora que se pregunten si lo que están
viendo es un aviso o una broma. El aviso ha generado una ola de preocupación
desde su aparición la semana pasada porque su apariencia es casi igual
a la de un comercial verdadero del Volkswagen Polo, sólo que pone al
volante a un hombre bomba. En esta versión, el conductor estaciona fuera
de un café callejero repleto de gente, se abre la chaqueta para mostrar
los explosivos atados a su pecho y pulsa el detonador. Su auto, sin embargo,
aguanta la explosión sin siquiera un vidrio roto. El corto termina con
la verdadera frase del Polo: “Pequeño pero resistente”.

El material fue enviado a la oficina londinense de DDB Worldwide, una de las
agencias de Volkswagen, por dos personas de nombre Lee y Dan. “Nosotros
no tuvimos nada que ver en la diseminación de esto,” se defendió
Annouchka Behrmann, directora de relaciones públicas de DDB Londres.

Paul Buckett, jefe de prensa y relaciones públicas de Volkswagen Group
en Londres dijo ayer que su compañía enviará a Lee y Dan
una carta en la que los conmina a entregar el material original, a firmar la
confesión de haber creado la publicidad sin autorización, a firmar
una disculpa pública redactada por la automotriz y una promesa pública
de no volver a violar ni la marca comercial de Volkswagen ni crear o distribuir
ningún otro trabajo de Volkswagen. La carta termina con la amenaza de
demanda legal si no recibe respuesta para el día siguiente.

Los abogados que representan a Lee y Dan no hicieron comentarios y se negaron
a dar los apellidos de sus defendidos. No se conocen las motivaciones que tuvieron
los hombres misteriosos para hacer el trabajo.

El problema es que no son los únicos. Cada vez hay más personas
creando publicidad por su cuenta o modificando a su antojo los comerciales autorizados
que difunden las empresas. Algunos ejecutivos de Volkswagen suponen que Lee
y Dan enviaron el ensayo de comercial a DDB para ver si conseguían la
cuenta.

Luego están los anunciantes
voluntarios
como Goerge Masters, un profesor de diseño gráfico
que creó un corto de 60 segundos para la iPod Mini parte como desafío
y parte por su propio entusiasmo por el producto. Masters dijo que Apple no
le pidió que retirara su aviso, que circuló por la Web desde su
sitio, y que sigue haciéndolos cada vez que tiene tiempo.

Están los entusiastas y también los críticos haciendo
trabajos no solicitados y es evidente que muchos de los mensajes van a hacer
algún tipo de daño a las marcas. Es un nuevo tipo de publicidad
boca a boca, casera, dice Masters. Las empresas deberán encontrar formas
inteligentes de convivir con ella.

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