HP, un ejemplo de desmanejo

Un libro publicado recientemente por James Bandler explica las desventuras del descarrilamiento de HP (Hewlett Packard) para que a otras empresas les sirva de ejemplo de lo que no hay que hacer.

16 julio, 2012

<p>Fueron siete a&ntilde;os dif&iacute;ciles durante los cuales varios directores ejecutivos se sucedieron en la conducci&oacute;n de HP y repitieron errores una y otra vez.<br />
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Recordando la definici&oacute;n del management que diera Peter Drucker &ndash; quien dijo que el objetivo de la empresa es crear un cliente y el trabajo del l&iacute;der es atender a ese cliente para que lo siga siendo por toda la vida &ndash; Bandler relata que en HP &ndash; y en muchas otras grandes firmas &ndash; esos principios fundamentales se pierden en medio de una mara&ntilde;a de otros objetivos. El resultado es un tendal de marcas muertas desarrolladas buscando un lazo emocional con los clientes para el largo plazo, que no s&oacute;lo no lograron su objetivo sinos que contribuyeron a que los clientes perdieran su confianza en la marca. <br />
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Inevitablemente, dice Bandler, eso resulta en una crisis de identidad para la empresa. En el caso de HP, esa crisis desemboc&oacute; en la salida de su CEO, Leo Apotheker luego de apenas 11 meses en el cargo. <br />
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La combinaci&oacute;n de la fallida introducci&oacute;n de una tableta, con los mensajes confusos sobre la posible separaci&oacute;n del negocio de computaci&oacute;n y la mal planeada adquisici&oacute;n de una empresa extranjera de software &ndash; todo eso sumado al combativo estilo gerencial de A, cre&oacute; tanto caos en HP que ahora no se sabe si su reemplazo, Meg Whitman, podr&aacute; salvar a la compa&ntilde;&iacute;a en el poco tiempo que tiene para organizar una reinvenci&oacute;n.<br />
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Se hace eco, con cierta molestia, del paraca&iacute;das de oro con que se fue Apotheker, a modo de premio por la tremenda p&eacute;rdida de valor de marca y valor para el accionista que hab&iacute;a generado. No se ve en ninguna otra parte (dice por Estados Unidos) que alguien reciba millones de d&oacute;lares en premio por destruir tanto valor de mercado. <br />
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Bandler analiza con detalles los errores &eacute;picos cometidos por HP comenzando con Carly Fiorina y sus peleas con el directorio sobre la cuestionada compra de Compaq. HP gast&oacute; US$ 24.000 millones por una marca que ahora ni se recuerda. No se entiende, dice Bandler, c&oacute;mo es que se gasta tanto dinero en adquirir una marca y luego no se la mantiene viva para dar sentido a esa inversi&oacute;n.<br />
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Analiza luego el corto mandato de Mark Hurd y su campa&ntilde;a de recorte de costos que finalmente termin&oacute; con un tema de cuestionamiento &eacute;tico, tal vez gestado por los mismos miembros del directorio, muy cr&iacute;ticos de su estilo. <br />
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El reemplazo lleg&oacute; con Apotheker, sin experiencia en manejo de una empresa de computaci&oacute;n. Ni siquiera pudo asumir la totalidad de sus responsabilidades debido a problemas legales con Oracle. <br />
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Luego de tantas idas y venidas, Bandler concluye pregunt&aacute;ndose qu&eacute; es HP hoy y qu&eacute; es lo que puede hacer Meg Whitman. Las ventas han ca&iacute;do, las ganancias han ca&iacute;do, las acciones han ca&iacute;do y al pron&oacute;stico anual baj&oacute;. Todos los indicadores encajan en un patr&oacute;n que ha se ha hecho conocido entre los analistas.</p>
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