Hacia una corregulación global de la Internet

Hasta que aparezca una forma legítima de regulación de la Internet, que cuente con la aprobación de todos o casi todos los países del mundo, la Netiquette es el prototipo de mecanismo informal que sanciona normas que rigen como “casi leyes”.

16 agosto, 2001

Un mecanismo de regulación conocido en la red es la Netiquette, la que sin la intervención de instancias políticas ni el control de una entidad central sirve de base para el control de la comunicación e interacción en la red. La Netiquette es una serie de normas ético-morales no escritas, cuya transgresión provoca el castigo colectivo y la crítica pública de otros usuarios de la red. Aunque la Netiquette es el prototipo de un mecanismo informal, en la práctica de sancionar las normas de la Internet se ha establecido como una “casi ley”.

Otra forma completamente nueva de la regulación transparente e informal en la Internet son los Requests for Comments (RFC): en listas de mailing se discuten los modelos de solución de problemas técnicos, según determinados Requests for Comments, hasta que surja un “rough consensus” sobre la mejor solución técnica. Desde ese momento, los RDC adquieren un “carácter vinculante” mediante su numeración y publicación. De esta manera ha surgido una especie de “constitución técnica” de la red – una recopilación de folios digitales. No obstante, al establecer un nuevo “modo” de regulación también se pueden producir reveses y fracasos.

Pero lo importante es la disposición de todos los actores de hacer posibles formas de corregulación que contemplen la estructura de la red y que sean dinámicas, flexibles e incluso experimentales.

De vuelta a la ICANN: el Gobierno del Presidente Bill Clinton le había encargado primero a la National Telecommunication and Information Administration (NTIA) – dependiente del Ministerio de Comercio – la privatización del sistema de nombres de dominio (DNS). Por su parte, la NTIA le impartió a la ICANN – una organización sin fines de lucro constituida según las leyes de California – el encargo de administrar el sistema de nombres de dominio. Asimismo, la ICANN también recibió la tarea de dirimir las divergencias sobre nombres de marcas.

Una retrospectiva de Michael Leibrandt del Ministerio Federal de Economía y Tecnología, y representante del Gobierno Federal alemán en el comité gubernamental de la ICANN: “La presión era enorme, especialmente de la industria. Nuestra opinión era que no podíamos esperar hasta que todo el directorio tuviera una mayor legitimación democrática”. El desafío planteado a la ICANN era no solamente ejercer un mandato técnico limitado, sino también resolver una serie de problemas que afectaban desde hacía años a la comunidad de internautas.

Finalmente se debían considerar las expectativas de los usuarios de la red, cuyo número alcanzaba ya varios cientos de millones. Con el objetivo de hacer participar a los usuarios de la red en las decisiones de la ICANN se creó para personas particulares el estatus de “prolongada afiliación”, que otorgó el derecho a voto en la elección de cinco miembros del directorio. Las primeras elecciones en línea del mundo se celebraron en octubre de 2000, y en ellas podían participar todos los internautas: para ingresar a la ICANN solamente hacía falta una dirección de correo electrónico y una dirección real, es decir, postal, y solicitar un “voto virtual”. No obstante, en las elecciones participaron únicamente 34.000 “ciberciudadanos – es decir, todavía hay que encontrar el modo ideal para asegurar la participación general.

¿”Qué es la opinión pública real de la Internet?, se pregunta la ex presidenta de la ICANN, Esther Dyson, “¿cómo se puede garantizar que los candidatos elegidos sean realmente representativos?”

Pluralismo productivo

El experimento que representa la ICANN es, hasta ahora, el primer intento de encarar – con la ayuda de una institución supranacional de corregulación creada especialmente para estos fines — uno de los factores centrales de la regulación de la Internet. El objetivo de la ICANN ha sido obtener legitimación mediante la amplia participación de internautas, grupos de intereses e instituciones gubernamentales.

Y cabe señalar que la administración de los nombres de dominio no representa el mayor problema: la institucionalización de las tareas de regulación y coordinación para la Internet es concebible para muchos problemas “típicos de la red” (protección de datos, derechos de propiedad intelectual, libertad de expresión). Sin embargo, en cuanto a si la ICANN es un buen ejemplo de una corregulación supranacional y participativa eficiente, difieren las opiniones. Jonathan Zittrain, experto de la ICANN y jurista de la Harvard University, resume el dilema: “Los fundadores de la ICANN tuvieron que intermediar entre dos bandos. Algunos pensaban que estábamos entregando un recurso de propiedad de Estados Unidos, una especie de Canal de Panamá virtual. Los otros, en su mayoría no americanos, pensaban que Estados Unidos quería apoderarse de la Internet.

El cientista político alemán Claus Leggewie considera que el experimento que representa la IICANN “ha fracasado”, y exige la eliminación de los directores de larga afiliación en la junta directiva del ICANN.

Los procedimientos de regulación – en particular la ICANN – demuestran que es posible, desde luego, implementar una corregulación global de la Internet. No obstante, en cuanto a la legitimación de la ICANN se manifiestan claramente sus lados flacos. Si se transfiere el principio de la ICANN a otras instituciones, habría que garantizar que determinados aspectos constitutivos estén dados: la formulación inequívoca y precisa de sus tareas; facultades suficientes para cumplirlas; una organización del trabajo adecuada y transparente; la integración y representación adecuadas de la comunidad virtual; la puesta a disposición de los espacios libres necesarios para el debate público; y, finalmente, la implantación de claras obligaciones de informar y rendir cuentas a la comunidad virtual.

Así como la ICANN impulsó, por decir lo menos, la discusión sobre un tema relevante, debe haber un espacio público para discutir los otros temas y los principios fundamentales de regulación para la Internet. En ese espacio se deben discutir, por cierto, los asuntos constitutivos de este medio global de comunicación. El intento de separar estos temas relacionados con la regulación fracasará inevitablemente, puesto que están estrechamente ligados.

Como se puede apreciar a la luz de los ejemplos que hemos mencionado, podría haber una competencia por la mejor regulación que beneficiaría permanentemente el sistema total de la Internet. La red es un sistema completamente descentralizado – y transferir ese carácter descentral a los distintos campos y ámbitos de problemas significa crear un pluralismo productivo de estructuras de regulación, que hasta ahora casi no tiene ningún precedente a escala nacional.

Dr. Marcel Machill (Harvard)
Segunda y última parte del artículo ¿Quién gobierna la Red?
Publicado en la revista Deutschland

Un mecanismo de regulación conocido en la red es la Netiquette, la que sin la intervención de instancias políticas ni el control de una entidad central sirve de base para el control de la comunicación e interacción en la red. La Netiquette es una serie de normas ético-morales no escritas, cuya transgresión provoca el castigo colectivo y la crítica pública de otros usuarios de la red. Aunque la Netiquette es el prototipo de un mecanismo informal, en la práctica de sancionar las normas de la Internet se ha establecido como una “casi ley”.

Otra forma completamente nueva de la regulación transparente e informal en la Internet son los Requests for Comments (RFC): en listas de mailing se discuten los modelos de solución de problemas técnicos, según determinados Requests for Comments, hasta que surja un “rough consensus” sobre la mejor solución técnica. Desde ese momento, los RDC adquieren un “carácter vinculante” mediante su numeración y publicación. De esta manera ha surgido una especie de “constitución técnica” de la red – una recopilación de folios digitales. No obstante, al establecer un nuevo “modo” de regulación también se pueden producir reveses y fracasos.

Pero lo importante es la disposición de todos los actores de hacer posibles formas de corregulación que contemplen la estructura de la red y que sean dinámicas, flexibles e incluso experimentales.

De vuelta a la ICANN: el Gobierno del Presidente Bill Clinton le había encargado primero a la National Telecommunication and Information Administration (NTIA) – dependiente del Ministerio de Comercio – la privatización del sistema de nombres de dominio (DNS). Por su parte, la NTIA le impartió a la ICANN – una organización sin fines de lucro constituida según las leyes de California – el encargo de administrar el sistema de nombres de dominio. Asimismo, la ICANN también recibió la tarea de dirimir las divergencias sobre nombres de marcas.

Una retrospectiva de Michael Leibrandt del Ministerio Federal de Economía y Tecnología, y representante del Gobierno Federal alemán en el comité gubernamental de la ICANN: “La presión era enorme, especialmente de la industria. Nuestra opinión era que no podíamos esperar hasta que todo el directorio tuviera una mayor legitimación democrática”. El desafío planteado a la ICANN era no solamente ejercer un mandato técnico limitado, sino también resolver una serie de problemas que afectaban desde hacía años a la comunidad de internautas.

Finalmente se debían considerar las expectativas de los usuarios de la red, cuyo número alcanzaba ya varios cientos de millones. Con el objetivo de hacer participar a los usuarios de la red en las decisiones de la ICANN se creó para personas particulares el estatus de “prolongada afiliación”, que otorgó el derecho a voto en la elección de cinco miembros del directorio. Las primeras elecciones en línea del mundo se celebraron en octubre de 2000, y en ellas podían participar todos los internautas: para ingresar a la ICANN solamente hacía falta una dirección de correo electrónico y una dirección real, es decir, postal, y solicitar un “voto virtual”. No obstante, en las elecciones participaron únicamente 34.000 “ciberciudadanos – es decir, todavía hay que encontrar el modo ideal para asegurar la participación general.

¿”Qué es la opinión pública real de la Internet?, se pregunta la ex presidenta de la ICANN, Esther Dyson, “¿cómo se puede garantizar que los candidatos elegidos sean realmente representativos?”

Pluralismo productivo

El experimento que representa la ICANN es, hasta ahora, el primer intento de encarar – con la ayuda de una institución supranacional de corregulación creada especialmente para estos fines — uno de los factores centrales de la regulación de la Internet. El objetivo de la ICANN ha sido obtener legitimación mediante la amplia participación de internautas, grupos de intereses e instituciones gubernamentales.

Y cabe señalar que la administración de los nombres de dominio no representa el mayor problema: la institucionalización de las tareas de regulación y coordinación para la Internet es concebible para muchos problemas “típicos de la red” (protección de datos, derechos de propiedad intelectual, libertad de expresión). Sin embargo, en cuanto a si la ICANN es un buen ejemplo de una corregulación supranacional y participativa eficiente, difieren las opiniones. Jonathan Zittrain, experto de la ICANN y jurista de la Harvard University, resume el dilema: “Los fundadores de la ICANN tuvieron que intermediar entre dos bandos. Algunos pensaban que estábamos entregando un recurso de propiedad de Estados Unidos, una especie de Canal de Panamá virtual. Los otros, en su mayoría no americanos, pensaban que Estados Unidos quería apoderarse de la Internet.

El cientista político alemán Claus Leggewie considera que el experimento que representa la IICANN “ha fracasado”, y exige la eliminación de los directores de larga afiliación en la junta directiva del ICANN.

Los procedimientos de regulación – en particular la ICANN – demuestran que es posible, desde luego, implementar una corregulación global de la Internet. No obstante, en cuanto a la legitimación de la ICANN se manifiestan claramente sus lados flacos. Si se transfiere el principio de la ICANN a otras instituciones, habría que garantizar que determinados aspectos constitutivos estén dados: la formulación inequívoca y precisa de sus tareas; facultades suficientes para cumplirlas; una organización del trabajo adecuada y transparente; la integración y representación adecuadas de la comunidad virtual; la puesta a disposición de los espacios libres necesarios para el debate público; y, finalmente, la implantación de claras obligaciones de informar y rendir cuentas a la comunidad virtual.

Así como la ICANN impulsó, por decir lo menos, la discusión sobre un tema relevante, debe haber un espacio público para discutir los otros temas y los principios fundamentales de regulación para la Internet. En ese espacio se deben discutir, por cierto, los asuntos constitutivos de este medio global de comunicación. El intento de separar estos temas relacionados con la regulación fracasará inevitablemente, puesto que están estrechamente ligados.

Como se puede apreciar a la luz de los ejemplos que hemos mencionado, podría haber una competencia por la mejor regulación que beneficiaría permanentemente el sistema total de la Internet. La red es un sistema completamente descentralizado – y transferir ese carácter descentral a los distintos campos y ámbitos de problemas significa crear un pluralismo productivo de estructuras de regulación, que hasta ahora casi no tiene ningún precedente a escala nacional.

Dr. Marcel Machill (Harvard)
Segunda y última parte del artículo ¿Quién gobierna la Red?
Publicado en la revista Deutschland

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