Google creció sin marketing

Es útil, es rápido, es fácil, …es Google. El motor de búsquedas que resistió la tentación de convertirse en portal multiuso y demostró tener un negocio rentable, se impuso sólo con el boca a boca. La publicidad la hicieron los usuarios satisfechos.

31 marzo, 2004

El motor de búsquedas en Internet que nació hace seis años en la Universidad de Stanford, se ha convertido en un verdadero fenómeno. La última encuesta de Interbrand lo muestra como la marca más preciada por los usuarios de la Red. De hecho, en el idioma inglés se está convirtiendo en un verbo, sinónimo de buscar.

Google maneja más de 200 millones de averiguaciones por día. Es el primer motor de búsquedas del mundo con 50%, en diciembre 2003, de participación en búsquedas derivadas en Internet en todo el mundo, según Statmarket. Si la compañía se hiciera pública este año, tal como se anuncia, podría entrar al mercado con un valor de US$ 15.000 millones.

Google construyó su base de clientes sin marketing. La única publicidad que hizo fue en publicaciones del ramo y en los departamentos de marketing directo de las empresas. Cindy McCaffrey, vicepresidenta de marketing, explica que el presupuesto es una diminuta fracción de los ingresos (que no revela, mientras la compañía siga siendo privada). Según ella, la compañía no necesita publicidad. Ese dinero lo emplean en investigación y desarrollo técnico para seguir en la punta.

Sin embargo, en sus principios Google sí quería hacer publicidad. “Lo que ocurrió”, explica McCaffrey, “es que las agencias no nos devolvían los llamados. No estaban interesadas”.Por eso fue que la compañía se limitó a sus propios recursos. Creció con el boca a boca, pasando de círculos académicos a usuarios tecnológicos, a periodistas de Internet, al mundo en general.

El gran empujón se lo dio el periodismo en Internet, que al usar el motor, luego escribía artículos elogiosos sobre la tecnología y así ganaba más usuarios para el sitio.

Google, una creación de Sergey Brin y Larry Page, es definido por McCaffrey como un concepto puro: concepto puro, diseño puro y propósito puro. El sitio está limpio, sin publicidad, con su logo grande y sólo una casilla para que el usuario ponga allí los datos que desea buscar. Nunca cedió a la tentación de convertirse en portal, como Yahoo, MSN o AOL.

De ahora en adelante gran parte de los ingresos de la compañía provendrá del servicio de listas pagas. Esos servicios permitirán a los anunciantes mostrar sus sitios en una caja claramente demarcada en la parte superior de la pantalla cada vez que alguien tipea una palabra o frase que ellos hayan comprado a Google. Aunque Google vende palabras clave a los anunciantes, encierra sus sitios en una esquina de la pantalla mientras que pone en el centro de la página al resto de los sitios que no han pagado un centavo.

De cualquier manera, los anunciantes hacen cola para comprar palabras, porque eso les da contactos instantáneos dado que la mayor parte de la gente hoy prefiere, más que los portales, los motores de búsqueda para deambular por Internet.

Yahoo ya ha comenzado con su propia tecnología para competir con Google. También Microsoft, que proyecta lanzar su primer motor de búsqueda sin decir cuándo.

Interrogada McCaffrey sobre si su compañía tendrá suficiente músculo como para resistir la competencia de poderosos, contesta que seguirán invirtiendo en tecnología y manteniendo el foco. “Tenemos cinco años y medio de ventaja en tecnología de búsquedas. Nunca nos quedamos quietos”.

La marca juega a su favor. La gente se ha acostumbrado a Google y puede no interesarle que aparezca otro motor una fracción de segundo más rápido.

Ahora bien. Si un enemigo de la talla de Microsoft, por ejemplo, decide incorporar tecnología de búsquedas a su sistema operativo, entonces conquistaría a los haraganes, que encontrarían un iconito directamente en Windows y no tendrían que molestarse en ir al sitio de Google. Así acabó antes con Netscape.

Tampoco hay que descartar que aparezca un rival técnicamente superior. Eso lo saben perfectamente todos en Google y por eso no dejan de investigar.

El motor de búsquedas en Internet que nació hace seis años en la Universidad de Stanford, se ha convertido en un verdadero fenómeno. La última encuesta de Interbrand lo muestra como la marca más preciada por los usuarios de la Red. De hecho, en el idioma inglés se está convirtiendo en un verbo, sinónimo de buscar.

Google maneja más de 200 millones de averiguaciones por día. Es el primer motor de búsquedas del mundo con 50%, en diciembre 2003, de participación en búsquedas derivadas en Internet en todo el mundo, según Statmarket. Si la compañía se hiciera pública este año, tal como se anuncia, podría entrar al mercado con un valor de US$ 15.000 millones.

Google construyó su base de clientes sin marketing. La única publicidad que hizo fue en publicaciones del ramo y en los departamentos de marketing directo de las empresas. Cindy McCaffrey, vicepresidenta de marketing, explica que el presupuesto es una diminuta fracción de los ingresos (que no revela, mientras la compañía siga siendo privada). Según ella, la compañía no necesita publicidad. Ese dinero lo emplean en investigación y desarrollo técnico para seguir en la punta.

Sin embargo, en sus principios Google sí quería hacer publicidad. “Lo que ocurrió”, explica McCaffrey, “es que las agencias no nos devolvían los llamados. No estaban interesadas”.Por eso fue que la compañía se limitó a sus propios recursos. Creció con el boca a boca, pasando de círculos académicos a usuarios tecnológicos, a periodistas de Internet, al mundo en general.

El gran empujón se lo dio el periodismo en Internet, que al usar el motor, luego escribía artículos elogiosos sobre la tecnología y así ganaba más usuarios para el sitio.

Google, una creación de Sergey Brin y Larry Page, es definido por McCaffrey como un concepto puro: concepto puro, diseño puro y propósito puro. El sitio está limpio, sin publicidad, con su logo grande y sólo una casilla para que el usuario ponga allí los datos que desea buscar. Nunca cedió a la tentación de convertirse en portal, como Yahoo, MSN o AOL.

De ahora en adelante gran parte de los ingresos de la compañía provendrá del servicio de listas pagas. Esos servicios permitirán a los anunciantes mostrar sus sitios en una caja claramente demarcada en la parte superior de la pantalla cada vez que alguien tipea una palabra o frase que ellos hayan comprado a Google. Aunque Google vende palabras clave a los anunciantes, encierra sus sitios en una esquina de la pantalla mientras que pone en el centro de la página al resto de los sitios que no han pagado un centavo.

De cualquier manera, los anunciantes hacen cola para comprar palabras, porque eso les da contactos instantáneos dado que la mayor parte de la gente hoy prefiere, más que los portales, los motores de búsqueda para deambular por Internet.

Yahoo ya ha comenzado con su propia tecnología para competir con Google. También Microsoft, que proyecta lanzar su primer motor de búsqueda sin decir cuándo.

Interrogada McCaffrey sobre si su compañía tendrá suficiente músculo como para resistir la competencia de poderosos, contesta que seguirán invirtiendo en tecnología y manteniendo el foco. “Tenemos cinco años y medio de ventaja en tecnología de búsquedas. Nunca nos quedamos quietos”.

La marca juega a su favor. La gente se ha acostumbrado a Google y puede no interesarle que aparezca otro motor una fracción de segundo más rápido.

Ahora bien. Si un enemigo de la talla de Microsoft, por ejemplo, decide incorporar tecnología de búsquedas a su sistema operativo, entonces conquistaría a los haraganes, que encontrarían un iconito directamente en Windows y no tendrían que molestarse en ir al sitio de Google. Así acabó antes con Netscape.

Tampoco hay que descartar que aparezca un rival técnicamente superior. Eso lo saben perfectamente todos en Google y por eso no dejan de investigar.

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