Extraños criterios remuneratorios
Cotsakos: un CEO caro, demasiado caro

Christos Cotsakos, el griego que maneja E*Trade Group, finalmente se graduó en la universidad de Londres. Entretanto, los accionistas solventaban el viaje en primera clase y un séquito de asesores.

22 mayo, 2002

En Wall Street, esto generó sonrisas entre los analistas más
indulgentes.
Pero el polémico graduado había costado alrededor de US$ 64 millones,
sólo en 2001, su propia firma, experta en e-commerce y e-finance.
Ese obsequio adoptó la forma de un paquete remuneratorio, por éxitos
en 2000, que dejaba muy atrás los escasos US$ 36 millones ganados por
Alexander Weill. Como saben los expertos, hay una ley no escrita por la cual
ningún CEO debe superar al de Citigroup… Aparte, la paga de Cotsakos
supera de tres a cuatro veces las de sus equivalentes en Bear Stearns,
Goldman Sachs Group, Lehman Brothers Holdings, Merrill Lynch
y Morgan Stanley Dean Witter.

Sin duda, el CEO cuenta con un club de admiradores, donde militan David Hayden,
Ronald Fisher y William Ford, o sea el comité de remuneraciones de E*Trade.
De paso, Ford es vicepresidente en Softbank Holdings y director en General
Atlantic Partners
. El trío suscribió un informe a los accionistas,
donde se exaltaban "la visión, el empuje y la pasión del
doctor Cotsakos".

¿Visión? ¿visionario? Su gestión, en 2001, hizo
caer el valor de la firma en 73 centavos por acción. Contando 2000, ese
deterioro alcanzaba 61 centavos. Como si eso fuera poco, en los primeros cuatro
meses de 2002 el mismo papel perdió otros 29 centavos. En volumen, E*Trade
tampoco brilla: sus ingresos de 2001 (US$ 1.300 millones) representan apenas
2% de los de Citigroup y 26% de los de Bear Stearns.

Cuatro cosas raras

El paquete remuneratorio de Cotsakos muestra cuatro aspectos poco comunes en
economías serias. Primero, se lo exime de una deuda por US$ 15 millones,
originada en un crédito otorgado por la propia compañía.
Como la dispensa origina un ingreso tributable, se le dan US$ 15.200.000 en
efectivo para pagar los impuestos correspondientes.

Segundo, el carismático CEO percibe dos opciones. Una le permite comprar
hasta 666.666 (¡vaya cifra para un supersticioso!) acciones a US$ 7,42
cada una, por entonces -2 de enero de 2001- el valor de mercado. Claro, apenas
dos meses antes, el papel E*Trade costaba el doble y, justo un mes después,
repuntaba a US$ 14,94. Parece que algo de visionario tenía Cotsakos.

Pero, a mediados de junio, la acción había declinado a sólo
US$ 6,13. Entonces, el CEO obtiene la segunda opción, por 625.000 papeles.
¿Por qué premiar a alguien que ya les había costado tanto
a los accionistas? El comité de admiradores no respondió esto.

El tercer factor llamativo fue la decisión -adoptada por ese mismo comité-
de darle gratis cuatro millones de acciones, o sea US$ 24.400.000 a precios
de mercado. Pretexto: "bono para retener sus servicios". Muchos se
preguntaron dónde podría hallar empleo Cotsakos, si dejase E*Trade.
No precisamente en Wall Street: era muy caro para esa pobre gente..
Finalmente, el comité -quizá temiendo que el doctor no encontrase
empleo en algún futuro- hizo que la firma aportase US$ 6.000.000 para
un plan personal de jubilación. Cuando todos estos detalles llegaron
a la prensa, el CEO y su círculo se dieron cuenta de que habían
llegado demasiado lejos. Entonces, Cotsakos restituyó este último
aporte.

Aun así, el exitoso CEO se ha embolsado unos US$ 64 millones. Esto hace
sospechar a Wall Street que E*Trade no es otra cosa que un instrumento
de enriquecimiento personal, en el mejor estilo "tercermundista".
Cotsakos y sus socios han estado años repreciando sus propias opciones
accionarias. Además, han tomado prestados millones de la empresa para
comprarse fastuosas residencias, coches, yates, etc. Ahora, la cuestión
es cómo terminará esta saga.

En Wall Street, esto generó sonrisas entre los analistas más
indulgentes.
Pero el polémico graduado había costado alrededor de US$ 64 millones,
sólo en 2001, su propia firma, experta en e-commerce y e-finance.
Ese obsequio adoptó la forma de un paquete remuneratorio, por éxitos
en 2000, que dejaba muy atrás los escasos US$ 36 millones ganados por
Alexander Weill. Como saben los expertos, hay una ley no escrita por la cual
ningún CEO debe superar al de Citigroup… Aparte, la paga de Cotsakos
supera de tres a cuatro veces las de sus equivalentes en Bear Stearns,
Goldman Sachs Group, Lehman Brothers Holdings, Merrill Lynch
y Morgan Stanley Dean Witter.

Sin duda, el CEO cuenta con un club de admiradores, donde militan David Hayden,
Ronald Fisher y William Ford, o sea el comité de remuneraciones de E*Trade.
De paso, Ford es vicepresidente en Softbank Holdings y director en General
Atlantic Partners
. El trío suscribió un informe a los accionistas,
donde se exaltaban "la visión, el empuje y la pasión del
doctor Cotsakos".

¿Visión? ¿visionario? Su gestión, en 2001, hizo
caer el valor de la firma en 73 centavos por acción. Contando 2000, ese
deterioro alcanzaba 61 centavos. Como si eso fuera poco, en los primeros cuatro
meses de 2002 el mismo papel perdió otros 29 centavos. En volumen, E*Trade
tampoco brilla: sus ingresos de 2001 (US$ 1.300 millones) representan apenas
2% de los de Citigroup y 26% de los de Bear Stearns.

Cuatro cosas raras

El paquete remuneratorio de Cotsakos muestra cuatro aspectos poco comunes en
economías serias. Primero, se lo exime de una deuda por US$ 15 millones,
originada en un crédito otorgado por la propia compañía.
Como la dispensa origina un ingreso tributable, se le dan US$ 15.200.000 en
efectivo para pagar los impuestos correspondientes.

Segundo, el carismático CEO percibe dos opciones. Una le permite comprar
hasta 666.666 (¡vaya cifra para un supersticioso!) acciones a US$ 7,42
cada una, por entonces -2 de enero de 2001- el valor de mercado. Claro, apenas
dos meses antes, el papel E*Trade costaba el doble y, justo un mes después,
repuntaba a US$ 14,94. Parece que algo de visionario tenía Cotsakos.

Pero, a mediados de junio, la acción había declinado a sólo
US$ 6,13. Entonces, el CEO obtiene la segunda opción, por 625.000 papeles.
¿Por qué premiar a alguien que ya les había costado tanto
a los accionistas? El comité de admiradores no respondió esto.

El tercer factor llamativo fue la decisión -adoptada por ese mismo comité-
de darle gratis cuatro millones de acciones, o sea US$ 24.400.000 a precios
de mercado. Pretexto: "bono para retener sus servicios". Muchos se
preguntaron dónde podría hallar empleo Cotsakos, si dejase E*Trade.
No precisamente en Wall Street: era muy caro para esa pobre gente..
Finalmente, el comité -quizá temiendo que el doctor no encontrase
empleo en algún futuro- hizo que la firma aportase US$ 6.000.000 para
un plan personal de jubilación. Cuando todos estos detalles llegaron
a la prensa, el CEO y su círculo se dieron cuenta de que habían
llegado demasiado lejos. Entonces, Cotsakos restituyó este último
aporte.

Aun así, el exitoso CEO se ha embolsado unos US$ 64 millones. Esto hace
sospechar a Wall Street que E*Trade no es otra cosa que un instrumento
de enriquecimiento personal, en el mejor estilo "tercermundista".
Cotsakos y sus socios han estado años repreciando sus propias opciones
accionarias. Además, han tomado prestados millones de la empresa para
comprarse fastuosas residencias, coches, yates, etc. Ahora, la cuestión
es cómo terminará esta saga.

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