Esfuerzos por reducir la obesidad en el trabajo: ¿hasta dónde se puede llegar?

Un grupo de académicos de la escuela de negocios Wharton analiza los pro y los contra de aplicar medidas en la empresa para reducir o controlar el tema de la obesidad en los empleados.

11 enero, 2008

Los empleados de CFI Westgate Resorts (una empresa que alquila casas de veraneo
en Orlando, Florida) recibieron a principios de año la siguiente propuesta:
si participan en una competencia de pérdida de peso mensual y si ademáslogran
cumplir con los objetivos fijados, ganan premios en efectivo o en forma de vacaciones
de lujo.

La idea del concurso, ahora en su segundo año, es del CEO David Siegel.
Con el plan, el año pasado algunos empleados consiguieron bajar hasta
30 kilos.

Empleadores como Westgate están tratando de orientar a sus empleados
hacia estilos más saludables de vida. Eso incluye reducir obesidad, una
enfermedad que se calcula cuesta a las empresas estadounidenses hasta US$ 13.000
millones por año, según el National Business Group on Health (con
sede en Washington D.C.) Pero el uso de incentivos, y a veces castigos, para
cambiar la conducta de los empleados plantea una cantidad de cuestiones legales,
morales y prácticas, según expertos de Wharton School que analizaron
el tema.

Según Janice Bellace, profesora de estudios legales y ética empresarial,
"cualquier empresa que se adentre en esa área, debe considerar la
posibilidad de que los empleados lo consideren improcedente y hasta invasión
de la privacidad. Es un tema delicado, especialmente cuando tantos estadounidenses
tienen sobrepeso." En el país del norte, dos tercios de los adultos
tienen sobre peso o son obesos, según el National Center for Health Statistics,
parte del Center for Disease Control (CDC, con sede en Atlanta).

No es concidencia que también fuera Westgate una de las primeras empresas
en ponerse dura con los empleados fumadores hace algunos años. Seghún
Peter Cappelli, (Wharton) se ha vuelto socialmente aceptable atacar a los fumadores.
Tal vez haya llegado el momento para hacer lo mismo con los obesos.

Invasión de la vida privada de los empleados

En 2002, Siegel anunció que todos los empleados de Westgate tendrían
un año para dejar de fumar completamente o de lo contrario deberían
dejar de trabajar en la empresa. Les ofreció cursos para dejar de fumar,
parches de nicotina y otros tipos de ayuda. Parece que Siegel tomó la
decisión luego de que un amigo personal muriera de cáncer, aunque
también le preocupaba que los fumadores elevan las primas del seguro
de salud.

El planteo que les hizo fue claro: el que quiera fumar, es su decisión
personal, pero si su elección impacta en su empleador y sus compañeros
de trabajo, la compañía no lo acepta".
Según Cappelli, no todo lo que es legal es necesariamente étipo
o socialmente aceptable. Siegel provocó un agrio debate cuando el año
pasado dijo en un programa de televisión que si lo puede evitar, su empresa
no contratará alcohólicos ni fumadores ni obesos. . Recibió
todo tipo de acusaciones de discriminación y de inmiscuirse en la vida
privada dek sus empleados. Según Mark Waltrip, director operativo de
Westgate, "el tema del peso es complicado, puede estar causado por una
enfermedad, de modo que antes de lanzarse por ese camino )de penalizar a los
empleados con sobrepeso) debemos comprender el tema y crear consenso entre todos.

Sin embargo, ya hay otras empresas estadounidenses que aplican penalidades financieras,
generalmente sobre la base de lo que cuestan los planes de seguro de salud.
Según Cappelli, para que los empleados acepten el concepto, sería
necesario hacerles ver que las penalidades son simplemente una forma de incentivo.
Se les podría decir, por ejemplo "Les ofrecemos control del peso
corporal como una forma de un programa de bienestar, porque el control de peso
les beneficia a ustedes como personas. El paso siguiente sería premiarlos
cuando logran mejoras.

Sin embargo, según una encuesta interactiva realizada en octubre 2007
por Wall Street Journal Online y Harris Interactive, dos tercios de los 2.300
ciudadanos entrevistados dijeron que los empleadores no deberían tener
el derecho de echar a los empleados gordos ni siquiera exigir que se anoten
en programas de adelgazamiento.

Preocupación o discriminación

Un informe realizado en 2007 por el Instituto de Investigación Sanitaria
de PricewaterhouseCoopers u el Foro Económico Internacional, instaba
a los líderes empresariales a a combatir las enfermedades crónicas
(muchas de las cuales están relacionadas con la obesidad) en los lugares
de trabajo, no sólo para recortar costos directos e indirectos sino como
una cuestión de responsabilidad social. "Tradicionalmente eran los
gobiernos, no los empleadores, lo que asumían la responsabilidad por
la salud de la gente. Sin embargo, muchos líderes políticos y
empresariales ahora creen que los gobiernos solos no pueden impedir la difusión
de enfermedades crónicas," dice el informe. "el bienestar debe
ser inseparable de los objetivos y misión de una empresa."
Dicho en estos términos, la preocupación del empleador por la
salud del empleado suena hasta noble. Pero, ¿cuándo la preocupación
se vuelve paternalismo o incluso discriminación? "Muchos empleados
tienen una visión groseramente distorsionada de sus derechos legales.
Creen que la ley impide todo tipo de discriminación contra los empleados.
En realidad, la protección legal es estrecha y bastante específica,
dice Janice Bellace, (estudios legales, Wharton). Michigan es el único
estado, además del distrito de Columbia, con una ley que prohíbe
la discriminación basada en el peso, altura y raza, entre otras.

Algunos empleados o ex-empleados han invocado la protección de la ley
federal Americans with Disabilities (ADA), argumentando que su obesidad es una
discapacidad; hasta ahora, con poco éxito.
Pero en un artículo publicado en 2006, la abogada Christine Reinhard,
advierte a los empleadores que hay algunas estrategias legales a disposición
de la gente obesa que busca satisfacción a sus reclamos mediante la ley
de discapacidad. Como resultado, escribe, "los empleadores deberían
evitar hacer suposiciones estereotípicas sobre cuáles funciones
pueden y no pueden realizar los empleados obesos".
Por su parte, la posición de la Obesity Action Coalition, recomienda
a los empleadores que cada empleado actual o potencial sea juzgado por sus méritos
y no por el tamaño de su cuerpo.

Otros defensores del tema del sobrepeso señalan investigaciones que
muestran que los obesos son objeto de permanente discriminación tanto
a la hora de la contratación como en el trabajo mismo. Según un
estudio de la Universidad de Michigan publicado en 2007, las mujeres obesas
son más discriminadas en el trabajo que los hombres.

Hacia el futuro

Para los empleadores que consideran diferentes formas de reducir la obesidad
en su personal, el consejo de Ron Ozminkowski (quien estudió el impacto
de la enfermedad crónica en las gancnias de la empresa) es usar incentivos
en dinero contante y sonante. Mis investigaciones demuestran que un premio de
alrededor de US$ 100 hacen que la gente participe en un programa de bienestar
o de pérdida de peso, dice. Pero esos incentivos deben ser mantenidos
en el tiempo. Los empleadores, como grupo, son notablemente pensadores de corto
plazo. No existe un arreglo rápido para este tema. Los programas deben
extenderse a lo largo de los años."

Los empleados de CFI Westgate Resorts (una empresa que alquila casas de veraneo
en Orlando, Florida) recibieron a principios de año la siguiente propuesta:
si participan en una competencia de pérdida de peso mensual y si ademáslogran
cumplir con los objetivos fijados, ganan premios en efectivo o en forma de vacaciones
de lujo.

La idea del concurso, ahora en su segundo año, es del CEO David Siegel.
Con el plan, el año pasado algunos empleados consiguieron bajar hasta
30 kilos.

Empleadores como Westgate están tratando de orientar a sus empleados
hacia estilos más saludables de vida. Eso incluye reducir obesidad, una
enfermedad que se calcula cuesta a las empresas estadounidenses hasta US$ 13.000
millones por año, según el National Business Group on Health (con
sede en Washington D.C.) Pero el uso de incentivos, y a veces castigos, para
cambiar la conducta de los empleados plantea una cantidad de cuestiones legales,
morales y prácticas, según expertos de Wharton School que analizaron
el tema.

Según Janice Bellace, profesora de estudios legales y ética empresarial,
"cualquier empresa que se adentre en esa área, debe considerar la
posibilidad de que los empleados lo consideren improcedente y hasta invasión
de la privacidad. Es un tema delicado, especialmente cuando tantos estadounidenses
tienen sobrepeso." En el país del norte, dos tercios de los adultos
tienen sobre peso o son obesos, según el National Center for Health Statistics,
parte del Center for Disease Control (CDC, con sede en Atlanta).

No es concidencia que también fuera Westgate una de las primeras empresas
en ponerse dura con los empleados fumadores hace algunos años. Seghún
Peter Cappelli, (Wharton) se ha vuelto socialmente aceptable atacar a los fumadores.
Tal vez haya llegado el momento para hacer lo mismo con los obesos.

Invasión de la vida privada de los empleados

En 2002, Siegel anunció que todos los empleados de Westgate tendrían
un año para dejar de fumar completamente o de lo contrario deberían
dejar de trabajar en la empresa. Les ofreció cursos para dejar de fumar,
parches de nicotina y otros tipos de ayuda. Parece que Siegel tomó la
decisión luego de que un amigo personal muriera de cáncer, aunque
también le preocupaba que los fumadores elevan las primas del seguro
de salud.

El planteo que les hizo fue claro: el que quiera fumar, es su decisión
personal, pero si su elección impacta en su empleador y sus compañeros
de trabajo, la compañía no lo acepta".
Según Cappelli, no todo lo que es legal es necesariamente étipo
o socialmente aceptable. Siegel provocó un agrio debate cuando el año
pasado dijo en un programa de televisión que si lo puede evitar, su empresa
no contratará alcohólicos ni fumadores ni obesos. . Recibió
todo tipo de acusaciones de discriminación y de inmiscuirse en la vida
privada dek sus empleados. Según Mark Waltrip, director operativo de
Westgate, "el tema del peso es complicado, puede estar causado por una
enfermedad, de modo que antes de lanzarse por ese camino )de penalizar a los
empleados con sobrepeso) debemos comprender el tema y crear consenso entre todos.

Sin embargo, ya hay otras empresas estadounidenses que aplican penalidades financieras,
generalmente sobre la base de lo que cuestan los planes de seguro de salud.
Según Cappelli, para que los empleados acepten el concepto, sería
necesario hacerles ver que las penalidades son simplemente una forma de incentivo.
Se les podría decir, por ejemplo "Les ofrecemos control del peso
corporal como una forma de un programa de bienestar, porque el control de peso
les beneficia a ustedes como personas. El paso siguiente sería premiarlos
cuando logran mejoras.

Sin embargo, según una encuesta interactiva realizada en octubre 2007
por Wall Street Journal Online y Harris Interactive, dos tercios de los 2.300
ciudadanos entrevistados dijeron que los empleadores no deberían tener
el derecho de echar a los empleados gordos ni siquiera exigir que se anoten
en programas de adelgazamiento.

Preocupación o discriminación

Un informe realizado en 2007 por el Instituto de Investigación Sanitaria
de PricewaterhouseCoopers u el Foro Económico Internacional, instaba
a los líderes empresariales a a combatir las enfermedades crónicas
(muchas de las cuales están relacionadas con la obesidad) en los lugares
de trabajo, no sólo para recortar costos directos e indirectos sino como
una cuestión de responsabilidad social. "Tradicionalmente eran los
gobiernos, no los empleadores, lo que asumían la responsabilidad por
la salud de la gente. Sin embargo, muchos líderes políticos y
empresariales ahora creen que los gobiernos solos no pueden impedir la difusión
de enfermedades crónicas," dice el informe. "el bienestar debe
ser inseparable de los objetivos y misión de una empresa."
Dicho en estos términos, la preocupación del empleador por la
salud del empleado suena hasta noble. Pero, ¿cuándo la preocupación
se vuelve paternalismo o incluso discriminación? "Muchos empleados
tienen una visión groseramente distorsionada de sus derechos legales.
Creen que la ley impide todo tipo de discriminación contra los empleados.
En realidad, la protección legal es estrecha y bastante específica,
dice Janice Bellace, (estudios legales, Wharton). Michigan es el único
estado, además del distrito de Columbia, con una ley que prohíbe
la discriminación basada en el peso, altura y raza, entre otras.

Algunos empleados o ex-empleados han invocado la protección de la ley
federal Americans with Disabilities (ADA), argumentando que su obesidad es una
discapacidad; hasta ahora, con poco éxito.
Pero en un artículo publicado en 2006, la abogada Christine Reinhard,
advierte a los empleadores que hay algunas estrategias legales a disposición
de la gente obesa que busca satisfacción a sus reclamos mediante la ley
de discapacidad. Como resultado, escribe, "los empleadores deberían
evitar hacer suposiciones estereotípicas sobre cuáles funciones
pueden y no pueden realizar los empleados obesos".
Por su parte, la posición de la Obesity Action Coalition, recomienda
a los empleadores que cada empleado actual o potencial sea juzgado por sus méritos
y no por el tamaño de su cuerpo.

Otros defensores del tema del sobrepeso señalan investigaciones que
muestran que los obesos son objeto de permanente discriminación tanto
a la hora de la contratación como en el trabajo mismo. Según un
estudio de la Universidad de Michigan publicado en 2007, las mujeres obesas
son más discriminadas en el trabajo que los hombres.

Hacia el futuro

Para los empleadores que consideran diferentes formas de reducir la obesidad
en su personal, el consejo de Ron Ozminkowski (quien estudió el impacto
de la enfermedad crónica en las gancnias de la empresa) es usar incentivos
en dinero contante y sonante. Mis investigaciones demuestran que un premio de
alrededor de US$ 100 hacen que la gente participe en un programa de bienestar
o de pérdida de peso, dice. Pero esos incentivos deben ser mantenidos
en el tiempo. Los empleadores, como grupo, son notablemente pensadores de corto
plazo. No existe un arreglo rápido para este tema. Los programas deben
extenderse a lo largo de los años."

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