Envases high-tech

El packaging es hoy una herramienta de marketing y un elemento fundamental en la afirmación de la marca de un producto.

17 abril, 2001

Durante los años ´80 y principios de los ´90 muchos consumidores y grupos ambientalistas consideraron a los envases como un mal necesario, un vehículo para transportar alimentos y bebidas que constituía una amenaza para el medio ambiente. Pero el packaging ya no es visto como un simple vehículo sino también como una sofisticada herramienta de marketing y una oportunidad para que una industria — que de otra forma tendría márgenes muy bajos — imponga un precio premium. El packaging puede ser un elemento fundamental en la afirmación de la marca de un producto.

En todo el mundo la gente vive hoy una vida diferente de la que se acostumbraba en las décadas pasadas. Eso ha provocado también un marcado cambio en la forma de comer. Algunos dicen que hoy la gente come como el ganado en el campo: muchas veces al día, poca cantidad. Y es verdad. Hoy abundan las posibilidades de disfrutar de un bocado al paso; hoy se come no sólo en casa o en el restaurante, también en la calle, en el auto, en la escuela, en la oficina. Eso es posible porque los alimentos llegan hasta nosotros preparados, cocinados (si es el caso) y – sobre todo – protegidos por un envase que los aísla de la atmósfera y su temperatura. Para lograr estas cosas – simples cosas de todos los días en la actualidad – ha hecho falta un increíble progreso de la tecnología.

En Estados Unidos se han puesto de moda las “cajas con una comida completa”: se duplicaron las ventas entre 1997 y 1998 y ahora el negocio ya mueve US$ 1.000 millones. Los niños son el mercado que más interesa, y los padres parecen dispuestos a pagar un poco más por el cómodo paquete que gusta tanto a los niños y que además suele traer un juguete de regalo. Kelloggs, Oscar Meyer, Jimmy Dean y J.M. Smucker son algunas de las empresas que destinan grandes sumas a la comercialización de cajitas con alimentos para satisfacer el apetito de los pequeños.

Las comidas para grandes también son muy buen negocio, si vienen presentadas de forma tal que significan conveniencia y comodidad. En Interpack, la muestra anual del negocio de envases para alimentos, más de 2.200 empresas presentan una extraordinaria colección de innovadores diseños de empaques y materiales. Encabezando la lista de productos más populares estuvieron el año pasado los diseños que facilitan el uso de un envase, como los tapones para botella de agua similares a los que se hacen para bebés; picos vertedores, de plástico y reusables para los cartones de leche y aberturas más grandes para las latas de cerveza y gaseosas. Tetrapak presentó un cartoncito individual de leche con una amplia abertura de plástico para facilitar el trago.

Tecnología

La mayoría de las innovaciones que persiguen conveniencia y comodidad involucran el material plástico. El vidrio “fue”: se rompe y es peligroso de transportar. Ahora llegan los envases de PET (polietileno terepalato) : contribuyen a prolongar la vida de alimentos como las sopas “premium”, la salsa para pastas, el puré de manzana, las mermeladas y las jaleas. Lo logran porque contienen — en sus paredes y en sus cierres — materiales que barren el oxígeno y también porque permiten que salga al exterior una parte de su atmósfera interior.

Otra de las innovaciones high-tech en la industria del envase son los Sonoco Products (Estados Unidos), cuya película desprendible de papel aluminio tiene una válvula que deja escapar el dióxido de carbono del café recién molido. También podría usarse con otros productos.

El nuevo envase de plástico de Campbell Soup para su línea más cara de sopas listas para consumir está fabricado por el gigante europeo Schmalbach-Lubeca.El principio de venta del contenedor es su capacidad para soportar mayores temperaturas sin distorsionar los materiales. La empresa está dedicada a muchos otros proyectos destinados a acelerar el tiempo al mercado y extender la vida en las góndolas de todo tipo de productos, desde la leche hasta la cerveza.

Marcaje

Durante los años ´80 y principios de los ´90 muchos consumidores y grupos ambientalistas consideraron a los envases como un mal necesario, un vehículo para transportar alimentos y bebidas que constituía una amenaza para el medio ambiente. Muchas empresas alimentarias fueron criticadas por despilfarro de materiales no degradables que luego constituían un aumento excesivo del volumen de la basura. Aunque todavía los consumidores siguen preocupados por el medio ambiente, la comodidad ahora toma precedencia.

En consecuencia, el packaging ya no es visto como un simple vehículo sino también como una sofisticada herramienta de marketing y una oportunidad para que una industria — que sin ese recurso tendría bajos márgenes — imponga un precio superior. Puede ser un elemento fundamental en la afirmación de la marca de un producto.

Y si no habría que preguntar a Coca-Cola y Michelob. Ambos venden productos en latas, que son más baratas de producir, llenar y distribuir que las botellas. Pero sus nuevas latas traen el dibujo de la botellita del primer envase de vidrio. Cuando los consumidores ven la clásica botellita de vidrio de Coca-Cola — ya sea que estén mirando una lata de cuarto litro o una botella plástica de dos litros –inmediatamente asocian el producto con la leyenda.

Curiosamente, la Coca-Cola vendida en botellas representa apenas una mínima fracción de las ventas mundiales de la compañía. Esto quiere decir que la compañía logró la increíble hazaña de anclar su marca a un producto que muy pocos compran en realidad y — de hecho — la mayoría de sus jóvenes consumidores nunca vieron.

En un caso parecido, Michelob vende cerveza en latas que llevan la imagen de la botella original, una forma identificada con la marca que, para muchos consumidores, implica calidad y distinción. Más recientemente, la compañía sacó una nueva lata con la forma de la botella y la etiqueta Michelob tallada en relieve.

El tallado en relieve da buen resultado — algunos hasta creen que da al producto un aspecto más fino. Pero lo que los fabricantes y embotelladores realmente quieren es llevar el grabado al siguiente nivel — y dar nueva forma a los envases para permitir una mayor diferenciación al producto. La tecnología para eso todavía no está, pero no ha de tardar.

Durante los años ´80 y principios de los ´90 muchos consumidores y grupos ambientalistas consideraron a los envases como un mal necesario, un vehículo para transportar alimentos y bebidas que constituía una amenaza para el medio ambiente. Pero el packaging ya no es visto como un simple vehículo sino también como una sofisticada herramienta de marketing y una oportunidad para que una industria — que de otra forma tendría márgenes muy bajos — imponga un precio premium. El packaging puede ser un elemento fundamental en la afirmación de la marca de un producto.

En todo el mundo la gente vive hoy una vida diferente de la que se acostumbraba en las décadas pasadas. Eso ha provocado también un marcado cambio en la forma de comer. Algunos dicen que hoy la gente come como el ganado en el campo: muchas veces al día, poca cantidad. Y es verdad. Hoy abundan las posibilidades de disfrutar de un bocado al paso; hoy se come no sólo en casa o en el restaurante, también en la calle, en el auto, en la escuela, en la oficina. Eso es posible porque los alimentos llegan hasta nosotros preparados, cocinados (si es el caso) y – sobre todo – protegidos por un envase que los aísla de la atmósfera y su temperatura. Para lograr estas cosas – simples cosas de todos los días en la actualidad – ha hecho falta un increíble progreso de la tecnología.

En Estados Unidos se han puesto de moda las “cajas con una comida completa”: se duplicaron las ventas entre 1997 y 1998 y ahora el negocio ya mueve US$ 1.000 millones. Los niños son el mercado que más interesa, y los padres parecen dispuestos a pagar un poco más por el cómodo paquete que gusta tanto a los niños y que además suele traer un juguete de regalo. Kelloggs, Oscar Meyer, Jimmy Dean y J.M. Smucker son algunas de las empresas que destinan grandes sumas a la comercialización de cajitas con alimentos para satisfacer el apetito de los pequeños.

Las comidas para grandes también son muy buen negocio, si vienen presentadas de forma tal que significan conveniencia y comodidad. En Interpack, la muestra anual del negocio de envases para alimentos, más de 2.200 empresas presentan una extraordinaria colección de innovadores diseños de empaques y materiales. Encabezando la lista de productos más populares estuvieron el año pasado los diseños que facilitan el uso de un envase, como los tapones para botella de agua similares a los que se hacen para bebés; picos vertedores, de plástico y reusables para los cartones de leche y aberturas más grandes para las latas de cerveza y gaseosas. Tetrapak presentó un cartoncito individual de leche con una amplia abertura de plástico para facilitar el trago.

Tecnología

La mayoría de las innovaciones que persiguen conveniencia y comodidad involucran el material plástico. El vidrio “fue”: se rompe y es peligroso de transportar. Ahora llegan los envases de PET (polietileno terepalato) : contribuyen a prolongar la vida de alimentos como las sopas “premium”, la salsa para pastas, el puré de manzana, las mermeladas y las jaleas. Lo logran porque contienen — en sus paredes y en sus cierres — materiales que barren el oxígeno y también porque permiten que salga al exterior una parte de su atmósfera interior.

Otra de las innovaciones high-tech en la industria del envase son los Sonoco Products (Estados Unidos), cuya película desprendible de papel aluminio tiene una válvula que deja escapar el dióxido de carbono del café recién molido. También podría usarse con otros productos.

El nuevo envase de plástico de Campbell Soup para su línea más cara de sopas listas para consumir está fabricado por el gigante europeo Schmalbach-Lubeca.El principio de venta del contenedor es su capacidad para soportar mayores temperaturas sin distorsionar los materiales. La empresa está dedicada a muchos otros proyectos destinados a acelerar el tiempo al mercado y extender la vida en las góndolas de todo tipo de productos, desde la leche hasta la cerveza.

Marcaje

Durante los años ´80 y principios de los ´90 muchos consumidores y grupos ambientalistas consideraron a los envases como un mal necesario, un vehículo para transportar alimentos y bebidas que constituía una amenaza para el medio ambiente. Muchas empresas alimentarias fueron criticadas por despilfarro de materiales no degradables que luego constituían un aumento excesivo del volumen de la basura. Aunque todavía los consumidores siguen preocupados por el medio ambiente, la comodidad ahora toma precedencia.

En consecuencia, el packaging ya no es visto como un simple vehículo sino también como una sofisticada herramienta de marketing y una oportunidad para que una industria — que sin ese recurso tendría bajos márgenes — imponga un precio superior. Puede ser un elemento fundamental en la afirmación de la marca de un producto.

Y si no habría que preguntar a Coca-Cola y Michelob. Ambos venden productos en latas, que son más baratas de producir, llenar y distribuir que las botellas. Pero sus nuevas latas traen el dibujo de la botellita del primer envase de vidrio. Cuando los consumidores ven la clásica botellita de vidrio de Coca-Cola — ya sea que estén mirando una lata de cuarto litro o una botella plástica de dos litros –inmediatamente asocian el producto con la leyenda.

Curiosamente, la Coca-Cola vendida en botellas representa apenas una mínima fracción de las ventas mundiales de la compañía. Esto quiere decir que la compañía logró la increíble hazaña de anclar su marca a un producto que muy pocos compran en realidad y — de hecho — la mayoría de sus jóvenes consumidores nunca vieron.

En un caso parecido, Michelob vende cerveza en latas que llevan la imagen de la botella original, una forma identificada con la marca que, para muchos consumidores, implica calidad y distinción. Más recientemente, la compañía sacó una nueva lata con la forma de la botella y la etiqueta Michelob tallada en relieve.

El tallado en relieve da buen resultado — algunos hasta creen que da al producto un aspecto más fino. Pero lo que los fabricantes y embotelladores realmente quieren es llevar el grabado al siguiente nivel — y dar nueva forma a los envases para permitir una mayor diferenciación al producto. La tecnología para eso todavía no está, pero no ha de tardar.

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