El negocio del lujo se muda al lejano oriente

El continente asiático, y especialmente China, se presentan como una muy buena alternativa para reemplazar a EE.UU., donde las empresas de lujo europeas deben contrarrestar la fortaleza del euro. Así, el lujo se va trasladando al lejano oriente.

18 noviembre, 2004

Las grandes casas europeas de alta costura y lujo en general se mudan al Asia — China fundamentalmente – atraídas por la mano de obra barata, el creciente poder adquisitivo de la población y la occidentalización del estilo de vida. Louis Vuitton y Christian Dior son las últimas grandes marcas de lujo que abren megatiendas en Shanghai.

Pronto los países del lejano oriente podrían convertirse en formidables competidores de Occidente, no sólo produciendo copias sino creando sus propios productos y marcas de lujo. No sería la primera vez, si se recuerda que el primer lujo que conoció Europa vino de Oriente, cuando Marco Polo y sus seguidores regresaban de sus viajes expedicionarios con barcos cargados de seda, porcelana y productos para cosmética.

Según Hubert Védrine, ex canciller de Francia y ahora miembro del directorio del conglomerado LVMH, es muy posible que en los próximos años el mercado internacional vea la irrupción de nuevas marcas de lujo de origen chino y que Europa deba resignarse a no ser más la encargada de dictar al mundo qué es lujo y cuál va a ser la moda para la última temporada. O de decidir qué es lujo y qué no.

Las grandes casas europeas de alta costura y lujo en general se mudan al Asia — China fundamentalmente – atraídas por la mano de obra barata, el creciente poder adquisitivo de la población y la occidentalización del estilo de vida. Louis Vuitton y Christian Dior son las últimas grandes marcas de lujo que abren megatiendas en Shanghai.

Pronto los países del lejano oriente podrían convertirse en formidables competidores de Occidente, no sólo produciendo copias sino creando sus propios productos y marcas de lujo. No sería la primera vez, si se recuerda que el primer lujo que conoció Europa vino de Oriente, cuando Marco Polo y sus seguidores regresaban de sus viajes expedicionarios con barcos cargados de seda, porcelana y productos para cosmética.

Según Hubert Védrine, ex canciller de Francia y ahora miembro del directorio del conglomerado LVMH, es muy posible que en los próximos años el mercado internacional vea la irrupción de nuevas marcas de lujo de origen chino y que Europa deba resignarse a no ser más la encargada de dictar al mundo qué es lujo y cuál va a ser la moda para la última temporada. O de decidir qué es lujo y qué no.

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