El manejo de las finanzas

¿Cuánto de su tiempo le dedica a la gestión financiera? ¿Cuántos de sus problemas son causados por el contexto y cuántos son internos? ¿Cómo serían sus negocios con una menor dedicación a la gestión financiera?

27 julio, 2001

La globalización y la fuerte competitividad de los mercados han impulsado fuertes cambios en los conceptos de tesorería y en el manejo de las finanzas.

Desde el punto de vista del control, la expansión de las compañías y la aparición y generalización de sistemas electrónicos han obligado a los tesoreros a utilizar herramientas refinadas de procesamiento y coberturas financieras.

La importancia de los costos y los gastos financieros, fuerte componente de los precios de venta de los productos y servicios, en la determinación de los resultados de la empresa, y el desarrollo de los canales de financiación para transformar o modificar otras áreas de las compañías de modo de hacerlas eficientes y competitivas, han cambiado el perfil del área. Hoy se requiere personal con un mix de creatividad, experiencia y conocimiento de otras áreas (marketing, producción, etc.), lo que nivela el área de tesorería con todas las demás áreas de la compañía.

En síntesis, se han jerarquizado el puesto y el área. En determinados sectores el manejo de las finanzas es tan crítico que el gerente general está comprometido en la ejecución de las políticas de riesgos corporativos.

Si hacemos un breve análisis de la importancia del área de finanzas en nuestro país durante estos últimos años, podemos marcar tres períodos bien diferenciados:

• Alta inflación: El área financiera era clave en el desarrollo de una compañía. El gerente financiero y/o el tesorero eran los protagonistas absolutos. Su objetivo era preservar el valor de los activos monetarios y licuar los pasivos monetarios. Su habilidad principal era mantener buenas fuentes de información que anticiparan los cambios y los nuevos productos financieros. Todas las áreas los consultaban. Eran muy bien remunerados.

• Estabilidad: Pierden protagonismo y se limitan a pocas operaciones, por ejemplo la administración de la cartera de incobrables. Existen pocos incentivos para el cargo. El gerente financiero y el tesorero son desplazados en importancia por los gerentes comerciales y de marketing.

• Globalización: Todas las áreas pasan a tener el mismo nivel. Se requieren conocimientos de otras regiones u otros mercados. Se tiende a la centralización para lograr más eficiencia y competitividad. Se utilizan herramientas de alta complejidad y se requiere conocimiento, experiencia e innovación. La actividad vuelve a ser bien remunerada.

La historia nos muestra un aggiornamento del manejo financiero a los cambios económicos que se van produciendo. Cada vez estos cambios se registran en tiempos más cortos y con una mayor velocidad. Donde existían riesgos locales, ahora existen riesgos regionales, sectoriales y mundiales. La ganancia de muchas compañías está en el negocio financiero y no en la producción e intercambio de productos. Un bajo costo de financiación contribuye a la expansión en el ámbito regional o mundial de una compañía.

El acceso al crédito es una ventaja competitiva. La caja o disponibilidad actual puede estar compuesta por distintas monedas y puede enfrentar distintos tipos de riesgos; es importante conocer las defensas para cubrirse de los riesgos.

En consecuencia, los recursos humano y tecnológico y la capacitación son factores clave para poder tener un manejo eficiente de las finanzas corporativas.

De esta manera, el área de tesorería de las compañías se encuentra frente a diversos desafíos: tener información actualizada sobre los nuevos instrumentos financieros disponibles en el mercado, usar la tecnología de manera eficiente y que agregue valor, motivar y retener a los mejores empleados, satisfacer las necesidades de subsidiarias locales e internacionales y proveer apoyo que genere valor para los managers del negocio.

Por lo tanto, una unidad internacional de tesorería líder debe reunir las características de refinamiento, innovación, habilidad para responder rápidamente a las oportunidades que ofrece un mercado de capitales globalizado y profundo conocimiento de operaciones relacionadas con finanzas corporativas, administración del dinero y el riesgo.

El rol de la tesorería está cambiando, principalmente debido a cambios en la estructura, las personas, los procesos, los instrumentos de medición del desempeño, las políticas y la tecnología.

• Organización: El área tiende a ser un centro de financiamiento (banco interno), donde se fusiona la administración de la liquidez de toda la compañía y se concentra la actividad financiera en todo lo que respecta a operaciones en efectivo, administración del riesgo de tasa de interés y tipo de cambio, inversiones de excedentes y búsqueda de préstamos. Asimismo, este sector posee acceso en tiempo real a los movimientos, los saldos y las transacciones de todas las cuentas de la empresa. También debe proveer un soporte activo para las unidades operativas, maximizando los rendimientos de las inversiones en activos corporativos y usando productos financieros, tales como derivados, para administrar mejor el riesgo. Mediante la centralización de las actividades de tesorería se hace un pool de actividades de finanzas corporativas, logrando menores tasas de endeudamiento, mayores tasas por las inversiones y menores costos de transacción. En esta estrategia combinada, cada división determina sus necesidades y las ejecuta junto al tesoro central, con ayuda de sistemas informáticos que registran cada una de las operaciones realizadas.

• Personas: Las organizaciones han tenido un cambio importante en lo que respecta a su cultura: hoy tienden a trabajar en equipos, mejor comunicadas y con foco en los resultados. Asimismo, los grupos son más pequeños, mejor entrenados y más eficientes, principalmente gracias al uso de sistemas informáticos. Mientras las tareas administrativas propenden a ser más analíticas y complejas, el personal de tesorería tiende a moverse a posiciones con mayor seniority. Las actividades buscan ampliarse, abarcando contabilidad, impuestos, finanzas y tesorería.

• Procesos: La relaciones con los bancos tienden a ser a largo plazo. El foco se desplaza cada vez más a la administración del riesgo, mediante su monitoreo constante, el uso de administración del riesgo a más largo plazo (dos a cinco años) y el uso de instrumentos de cobertura de la volatilidad de los flujos de fondos y de los resultados producidos por los mercados financieros.

• Medición del desempeño: Las áreas de tesorería están evaluando los bancos en el área de administración financiera según sus precios, tiempos para la compensación de transacciones, disponibilidad, calidad del servicio (por ejemplo, errores de procesamiento) y tiempo de respuesta. Para cada medida establecen un objetivo y un desempeño estándar mínimo aceptable.

• Políticas: El área debe establecer reportes comprensibles tan detallados como sea posible, mecanismos de control interno, estructuras claras y definidas, recibir información de todos los niveles de empleados y comités de políticas, definir metodologías de presupuestación, etc.

• Tecnología: La creciente complejidad en el uso de tecnología también ha sido incorporada a las funciones habituales del área de tesorería. De esta manera los enlaces con las diferentes áreas internas de la empresa y con los diferentes entes externos tienden a una mayor estandarización; lo que posibilita que la comunicación con ellos pueda ser ejercida en tiempo real.

A medida que la información ingresa en la empresa, sufre procesos cada vez más refinados. De esta manera se simplifica la toma de decisiones, especialmente en aquellas áreas (administración de riesgos, planeamiento y fijación de precios) en las cuales disponer de información oportuna se torna crítico para el desarrollo de las tareas.

Componentes de los sistemas de administración de tesorería

Los sistemas de administración de tesorería no están formados solamente por aquellas áreas que administran la caja, sino también por las que están en contacto con entes externos a la empresa (front office) y por las que procesan las transacciones (back office).

La capacidad de un sistema de este tipo está dada por la automatización de las funciones del tesoro, la centralización de sus actividades y la provisión de información, tanto para el monitoreo del proceso como para la toma de decisiones.

En la medida en que cada una de las áreas utiliza el sistema de manera correcta, la empresa puede obtener importantes beneficios económicos que se exteriorizan en aumentos de la productividad y en ahorros de costos.

El objetivo final tiene que ser la maximización del valor para los accionistas y la provisión de servicios de apoyo de primer nivel a las unidades operativas. Para ello, no debe constituirse en un centro de resultados, sino que el valor generado para los accionistas debe provenir de la búsqueda de financiamiento a las menores tasas mediante los vehículos de financiación adecuados, acelerar las cobranzas, administrar los flujos de moneda extranjera, administrar la estructura de capital corporativa y los niveles de endeudamiento y centralizar el área de tesorería.

Por Luis Dubiski
Ernst & Young
Líderes del Tercer Milenio
Clarín y MERCADO

Sobre el autor

Es contador (UBA), socio de Deloitte & Touche Corporate Finance, a cargo de Auditoría y Asesoramiento a empresas industriales, comerciales y prestadoras de servicios. Profesor Adjunto del Seminario Administrativo Contable para Pequeñas y Medianas Empresas de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).
Ex Profesor Adjunto de Contabilidad Intermedia de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).
Ex Profesor Adjunto de Estados Contables de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).

La globalización y la fuerte competitividad de los mercados han impulsado fuertes cambios en los conceptos de tesorería y en el manejo de las finanzas.

Desde el punto de vista del control, la expansión de las compañías y la aparición y generalización de sistemas electrónicos han obligado a los tesoreros a utilizar herramientas refinadas de procesamiento y coberturas financieras.

La importancia de los costos y los gastos financieros, fuerte componente de los precios de venta de los productos y servicios, en la determinación de los resultados de la empresa, y el desarrollo de los canales de financiación para transformar o modificar otras áreas de las compañías de modo de hacerlas eficientes y competitivas, han cambiado el perfil del área. Hoy se requiere personal con un mix de creatividad, experiencia y conocimiento de otras áreas (marketing, producción, etc.), lo que nivela el área de tesorería con todas las demás áreas de la compañía.

En síntesis, se han jerarquizado el puesto y el área. En determinados sectores el manejo de las finanzas es tan crítico que el gerente general está comprometido en la ejecución de las políticas de riesgos corporativos.

Si hacemos un breve análisis de la importancia del área de finanzas en nuestro país durante estos últimos años, podemos marcar tres períodos bien diferenciados:

• Alta inflación: El área financiera era clave en el desarrollo de una compañía. El gerente financiero y/o el tesorero eran los protagonistas absolutos. Su objetivo era preservar el valor de los activos monetarios y licuar los pasivos monetarios. Su habilidad principal era mantener buenas fuentes de información que anticiparan los cambios y los nuevos productos financieros. Todas las áreas los consultaban. Eran muy bien remunerados.

• Estabilidad: Pierden protagonismo y se limitan a pocas operaciones, por ejemplo la administración de la cartera de incobrables. Existen pocos incentivos para el cargo. El gerente financiero y el tesorero son desplazados en importancia por los gerentes comerciales y de marketing.

• Globalización: Todas las áreas pasan a tener el mismo nivel. Se requieren conocimientos de otras regiones u otros mercados. Se tiende a la centralización para lograr más eficiencia y competitividad. Se utilizan herramientas de alta complejidad y se requiere conocimiento, experiencia e innovación. La actividad vuelve a ser bien remunerada.

La historia nos muestra un aggiornamento del manejo financiero a los cambios económicos que se van produciendo. Cada vez estos cambios se registran en tiempos más cortos y con una mayor velocidad. Donde existían riesgos locales, ahora existen riesgos regionales, sectoriales y mundiales. La ganancia de muchas compañías está en el negocio financiero y no en la producción e intercambio de productos. Un bajo costo de financiación contribuye a la expansión en el ámbito regional o mundial de una compañía.

El acceso al crédito es una ventaja competitiva. La caja o disponibilidad actual puede estar compuesta por distintas monedas y puede enfrentar distintos tipos de riesgos; es importante conocer las defensas para cubrirse de los riesgos.

En consecuencia, los recursos humano y tecnológico y la capacitación son factores clave para poder tener un manejo eficiente de las finanzas corporativas.

De esta manera, el área de tesorería de las compañías se encuentra frente a diversos desafíos: tener información actualizada sobre los nuevos instrumentos financieros disponibles en el mercado, usar la tecnología de manera eficiente y que agregue valor, motivar y retener a los mejores empleados, satisfacer las necesidades de subsidiarias locales e internacionales y proveer apoyo que genere valor para los managers del negocio.

Por lo tanto, una unidad internacional de tesorería líder debe reunir las características de refinamiento, innovación, habilidad para responder rápidamente a las oportunidades que ofrece un mercado de capitales globalizado y profundo conocimiento de operaciones relacionadas con finanzas corporativas, administración del dinero y el riesgo.

El rol de la tesorería está cambiando, principalmente debido a cambios en la estructura, las personas, los procesos, los instrumentos de medición del desempeño, las políticas y la tecnología.

• Organización: El área tiende a ser un centro de financiamiento (banco interno), donde se fusiona la administración de la liquidez de toda la compañía y se concentra la actividad financiera en todo lo que respecta a operaciones en efectivo, administración del riesgo de tasa de interés y tipo de cambio, inversiones de excedentes y búsqueda de préstamos. Asimismo, este sector posee acceso en tiempo real a los movimientos, los saldos y las transacciones de todas las cuentas de la empresa. También debe proveer un soporte activo para las unidades operativas, maximizando los rendimientos de las inversiones en activos corporativos y usando productos financieros, tales como derivados, para administrar mejor el riesgo. Mediante la centralización de las actividades de tesorería se hace un pool de actividades de finanzas corporativas, logrando menores tasas de endeudamiento, mayores tasas por las inversiones y menores costos de transacción. En esta estrategia combinada, cada división determina sus necesidades y las ejecuta junto al tesoro central, con ayuda de sistemas informáticos que registran cada una de las operaciones realizadas.

• Personas: Las organizaciones han tenido un cambio importante en lo que respecta a su cultura: hoy tienden a trabajar en equipos, mejor comunicadas y con foco en los resultados. Asimismo, los grupos son más pequeños, mejor entrenados y más eficientes, principalmente gracias al uso de sistemas informáticos. Mientras las tareas administrativas propenden a ser más analíticas y complejas, el personal de tesorería tiende a moverse a posiciones con mayor seniority. Las actividades buscan ampliarse, abarcando contabilidad, impuestos, finanzas y tesorería.

• Procesos: La relaciones con los bancos tienden a ser a largo plazo. El foco se desplaza cada vez más a la administración del riesgo, mediante su monitoreo constante, el uso de administración del riesgo a más largo plazo (dos a cinco años) y el uso de instrumentos de cobertura de la volatilidad de los flujos de fondos y de los resultados producidos por los mercados financieros.

• Medición del desempeño: Las áreas de tesorería están evaluando los bancos en el área de administración financiera según sus precios, tiempos para la compensación de transacciones, disponibilidad, calidad del servicio (por ejemplo, errores de procesamiento) y tiempo de respuesta. Para cada medida establecen un objetivo y un desempeño estándar mínimo aceptable.

• Políticas: El área debe establecer reportes comprensibles tan detallados como sea posible, mecanismos de control interno, estructuras claras y definidas, recibir información de todos los niveles de empleados y comités de políticas, definir metodologías de presupuestación, etc.

• Tecnología: La creciente complejidad en el uso de tecnología también ha sido incorporada a las funciones habituales del área de tesorería. De esta manera los enlaces con las diferentes áreas internas de la empresa y con los diferentes entes externos tienden a una mayor estandarización; lo que posibilita que la comunicación con ellos pueda ser ejercida en tiempo real.

A medida que la información ingresa en la empresa, sufre procesos cada vez más refinados. De esta manera se simplifica la toma de decisiones, especialmente en aquellas áreas (administración de riesgos, planeamiento y fijación de precios) en las cuales disponer de información oportuna se torna crítico para el desarrollo de las tareas.

Componentes de los sistemas de administración de tesorería

Los sistemas de administración de tesorería no están formados solamente por aquellas áreas que administran la caja, sino también por las que están en contacto con entes externos a la empresa (front office) y por las que procesan las transacciones (back office).

La capacidad de un sistema de este tipo está dada por la automatización de las funciones del tesoro, la centralización de sus actividades y la provisión de información, tanto para el monitoreo del proceso como para la toma de decisiones.

En la medida en que cada una de las áreas utiliza el sistema de manera correcta, la empresa puede obtener importantes beneficios económicos que se exteriorizan en aumentos de la productividad y en ahorros de costos.

El objetivo final tiene que ser la maximización del valor para los accionistas y la provisión de servicios de apoyo de primer nivel a las unidades operativas. Para ello, no debe constituirse en un centro de resultados, sino que el valor generado para los accionistas debe provenir de la búsqueda de financiamiento a las menores tasas mediante los vehículos de financiación adecuados, acelerar las cobranzas, administrar los flujos de moneda extranjera, administrar la estructura de capital corporativa y los niveles de endeudamiento y centralizar el área de tesorería.

Por Luis Dubiski
Ernst & Young
Líderes del Tercer Milenio
Clarín y MERCADO

Sobre el autor

Es contador (UBA), socio de Deloitte & Touche Corporate Finance, a cargo de Auditoría y Asesoramiento a empresas industriales, comerciales y prestadoras de servicios. Profesor Adjunto del Seminario Administrativo Contable para Pequeñas y Medianas Empresas de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).
Ex Profesor Adjunto de Contabilidad Intermedia de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).
Ex Profesor Adjunto de Estados Contables de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).

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