El dilema de McDonalds

¿Sabor o salud? ¿Cambiar el aceite con que fríe sus famosas papas? La exigencia de las autoridades se choca con el gusto de la gente, que seguramente protestará por el cambio de sabor de un ítem que hizo mucho por la fama mundial de la cadena.

21 noviembre, 2006

La revista norteamericana de publicidad Advertising Age cuenta que cuando McDonald´s anunció que comenzaría a usar para sus frituras aceite libre de grasas trans, la compañía se vio inundada de e-mails de consumidores protestando porque “el sabor de las papas fritas no era el mismo”. En realidad la compañía todavía no había cambiado el aceite y las papas fritas eran las mismas de siempre. Todavía hoy – a cuatro años de aquel anuncio — el cambio no se ha realizado. Sus principales rivales – Wendy’s y KFC (Kentucky Fried Chicken) ya han eliminado las grasas trans y Burguer King está a punto de comenzar su período de prueba. Aumenta, por tanto, la presión sobre MCDonald’s para que cumpla con su promesa de 2002.

Según AdAge, es comprensible la reticencia de McDonald´s para cambiarle el sabor a sus famosas papas fritas, pues durante largos años ha sido líder indiscutido en sabor y calidad de ese ítem tan prominente del menú de la cadena.

Pero si la compañía de los arcos dorados no quiere toparse frente a frente con las autoridades nacionales, deberá cambiar al aceite sin grasas trans. Y eso le plantea un serio problema de relaciones públicas, pues es altamente probable que la reacción de su público sea similar a la que manifestó en 2002. La gente quiere que las papas fritas de McDonalds sigan teniendo el mismo sabor que las distinguen de las demás. Pero si no cambia por un método más sano, tendrá problemas con los abogados de la salud. En definitiva, la compañía deberá elegir el menor de los dos males.

La revista norteamericana de publicidad Advertising Age cuenta que cuando McDonald´s anunció que comenzaría a usar para sus frituras aceite libre de grasas trans, la compañía se vio inundada de e-mails de consumidores protestando porque “el sabor de las papas fritas no era el mismo”. En realidad la compañía todavía no había cambiado el aceite y las papas fritas eran las mismas de siempre. Todavía hoy – a cuatro años de aquel anuncio — el cambio no se ha realizado. Sus principales rivales – Wendy’s y KFC (Kentucky Fried Chicken) ya han eliminado las grasas trans y Burguer King está a punto de comenzar su período de prueba. Aumenta, por tanto, la presión sobre MCDonald’s para que cumpla con su promesa de 2002.

Según AdAge, es comprensible la reticencia de McDonald´s para cambiarle el sabor a sus famosas papas fritas, pues durante largos años ha sido líder indiscutido en sabor y calidad de ese ítem tan prominente del menú de la cadena.

Pero si la compañía de los arcos dorados no quiere toparse frente a frente con las autoridades nacionales, deberá cambiar al aceite sin grasas trans. Y eso le plantea un serio problema de relaciones públicas, pues es altamente probable que la reacción de su público sea similar a la que manifestó en 2002. La gente quiere que las papas fritas de McDonalds sigan teniendo el mismo sabor que las distinguen de las demás. Pero si no cambia por un método más sano, tendrá problemas con los abogados de la salud. En definitiva, la compañía deberá elegir el menor de los dos males.

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