Disney, Ford y Jobs fueron dictadores que crearon imperios

En el capitalismo la mayoría de las empresas funcionan de manera autocrática. Los empleados hacen lo que les orden y no tienen participación en la estrategia o las operaciones de la compañía.

9 junio, 2016

El liderazgo empresarial no es un concurso de popularidad; las mejores compañías están manejadas por dictadores iluminados.

 

Los CEO deben escuchar atentamente a sus empleados pero tienen que hacer lo que es mejor para la compañía, los empleados y los accionistas. Tienen que tomar decisiones difíciles y asumir la responsabilidad cuando algo sale mal. Esperan que una vez que se toma una decisión, los empleados la acaten, ya sea la decisión buena o mala. Los mejores líderes comparten el crédito cuando logran éxito y asumen la culpa cuando las cosas salen mal.

Dictadura no es un término que suena bien, pero es lo que implica el liderazgo empresarial. A la gente le gusta seguir a un líder fuerte.  Quiere ser conducida por personas con visión, convicción y buenos valores.  Pueden no estar de acuerdo con todo lo que hacen, pero mientras los valores éticos no se ignoren, los empleados van a seguir las directivas, trabajar mucho y ser leales. Una reseña de los líderes más exitosos de la historia empresarial norteamericana:

  •          Walt Disney pedía ideas a sus empleados pero luego dictaba sus directivas. Cuando los empleados no rendían, los echaba inmediatamente.  Tenía una clara visión era coherente, ético y exigente. Terminó siendo excesivamente autocrático y perdiendo contacto con aquello que lo hizo exitoso. Sin embargo logró conquistar a miles de millones de personas en todo el mundo y creó una de las más grandes compañías de su tiempo.
  •          A Henry Ford se lo conocía como un líder duro que metía baza en cada una de las grandes decisiones. Era tan exigente con sus empleados que vigilaba sus actividades fuera del trabajo. Hizo frente a sus inversores cuando le pidieron que hiciera un auto para los ricos  y aumentó el suelo promedio a US$ 5 diarios mientras reducía el horario laboral a ocho horas. Terminó revolucionando el transporte y fijando nuevos estándares para las fábricas.
  •          Steve Jobs dirigía con mano de hierro y exigió secreto y lealtad absoluta de sus empleados. Tenía un ego fenomenal y muy mal humor.  Sin embargo, su visión era brillante, su determinación firme y una idea clarísima de lo que deseaban los consumidores. Creó la compañía más valiosa del mundo y fijó nuevos estándares en el diseño tecnológico
  •          El más grande innovador tecnológico de la actualidad, Elon Musk, es un ser humano muy imperfecto que exige al exgtremo y fija plazos irrealizables para sus empleados. Sin embargo,  está, solito él, cambiando varias industrias: la espacial, la energética y la del transporte.

El liderazgo autocrático funciona solamente hasta que deja de hacerlo.  Y entones todo sale mal: colapsan compañías enteras.  Los CEO autocráticos  suelen convertirse en un impedimento para tomar decisiones porque todo tiene que ser aprobado por ellos. Son la causa de que los empleados dejen de correr riesgos por temor a equivocarse. Esos líderes comienzan a creer en su propia prensa y pierden contacto con aquellos que los hizo triunfar.

Lo que se necesita es que haya un equilibrio  entre liderazgo fuerte, autonomía y delegación de poder a los empleados.  Y los líderes deben dar un paso al costado cuando han llegado a su pico como hizo en Cisco John Chambers el año pasado.  Él también fue autocrático: “Soy una persona de controlar y mandar.”

La tarea de un gerente hoy es dirigir, articular metas, inspirar, motivar y permitir actuar. Los Ceo deben facilitar en lugar de controlar y también escuchar y comunicar. Con tecnología, pueden obtener información de todas las partes de la compañía y explicar las decisiones impopulares. A través de un email, de los medios sociales internos, las compañías pueden  hacer que todos participen en la resolución de problemas.

 

Los líderes pueden ser dictatoriales y aun inspirar y motivar si escuchan y comunican bien. Para sobrevivir a los cambios que van a causar las tecnologías las empresas necesitarán dictadores dictatoriales que tengan corazón.

 

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