Desafíos en el horizonte digital

Éste será un año muy ajetreado para las actividades en informática y también para las empresas que intentan adaptarse a las demandas del comercio electrónico.

12 febrero, 2001

Los progresos tecnológicos no suelen tener demasiado en cuenta las fechas célebres. El año 1984, que George Orwell inmortalizara en su libro futurista, se destacó por el lanzamiento de la Apple Macintosh y la PC-AT de IBM; si bien se trató de dos acontecimientos que hicieron historia en el terreno de la computación personal, el año no trajo al mundo nada más digno de mención.

¿Será el año 2001 — también inmortalizado en el cine por el afamado director Will Stanley Kubrick — un año para recordar? En estos días, la informática avanza en forma que parece constante. Hay quienes especulan si su progreso será discontinuo como ocurrió con el de la invención del radio transmisor en 1948 o el de la producción de la primera fibra óptica en 1955

Las predicciones de este tipo pueden ser problemáticas y, por otro lado, la tecnología suele sorprender en los momentos menos esperados.

Las áreas en las que más se invertirá y en las que se espera el mayor progreso para este año incluyen el diseño del semiconductor, especialmente el procesador de señales digitales, principal propulsor de la revolución de la telecomunicación, las tecnologías ópticas y los sistemas inalámbricos.

Algunas tecnologías muy promocionadas seguirán decepcionando. Tras el fiasco del protocolo de aplicación inalámbrica (WAP) en Europa, donde la idea de una Internet móvil fracasó debido a la lentitud de la conexión y a la escasez de contenido, es probable que el GPRS (General Packet Radio Service) no mejore demasiado la situación.

En busca del éxito de los servicios móviles de tercera generación a lanzarse en el año 2002, el GPRS promete una transmisión de datos más rápida y una conexión “fija” a Internet. Mientras tanto, los fabricantes de teléfonos celulares seguirán intentando desarrollar dispositivos capaces de cumplir con las especificaciones de la tecnología de próxima generación.

También durante este año, Bluetooth hará su debut comercial. Esta tecnología inalámbrica de corto alcance promete eliminar el cable y, en teoría, podría conectar aparatos electrónicos de todo tipo a Internet.

El software continuará mejorando, especialmente el de los sistemas operativos, los navegadores de Internet y los sistemas de cobro. No obstante, se espera un avance en el diseño, comparable con el desarrollo de circuitos integrados, para así acelerar el progreso.

Sólo se pueden hacer tres predicciones tecnológicas certeras para el año que está comenzando: primero, la ley de Moore –observación empírica que indica que el nivel de rendimiento del semiconductor se duplica cada 18 meses– seguirá siendo válida.

Segundo, la falta de tecnólogos especializados en áreas críticas como el diseño de semiconductores, desarrollo de software, transmisión inalámbrica, entre otras, continuará frenando los avances hacia una “sociedad conectada”.

Y, tercero, continuará ensanchándose la brecha digital entre quienes tienen acceso a la tecnología y quienes no lo tienen. Ya se ha producido una separación entre las empresas de tecnología tradicional y sus competidoras digitales.

Gary Hamel de la consultora Strategos destaca en su último libro que SAP, el grupo alemán de software corporativo, demostró en los años noventa que una empresa europea podía competir con una estadounidense como Oracle y Computer Associates.

Y agregó: “cuando las empresas empezaron a utilizar la Web para conectarse con proveedores y clientes, no había señales de SAP. Pero al cabo de unos pocos meses, Ariba, i2 Tecnologies, Siebel Systems y una serie de nuevos especialistas en B2B se ubicaron en posiciones de liderazgo en el nuevo mercado mundial de software”.

No obstante, el año pasado estuvo plagado de violentos altibajos, algo nada bueno para las acciones de tecnología. Ya a mediados de noviembre de 1999, el índice Nasdaq se ubicaba apenas por encima de 3.300. Para el mes de febrero, remontó a más de 5.000 a raíz de la locura de las puntocom. Y, sobre el final, cayó por debajo de los 3.000, lo que representó un cambio negativo de alrededor de 17% para los últimos 12 meses. Inaugurado a fines de 1999, el índice Techmark del Reino Unido registró una conducta similar y, el primer año, cayó 7% en términos de dólares.

Según cree la mayoría de los observadores, la corrección fue inevitable, pese a que parece haberse exagerado sobre la gravedad del asunto. Sin embargo, la interrupción resultante sirvió para distinguir del resto a las empresas con tecnologías genuinas, productos útiles, planes comerciales lógicos y metas ambiciosas para lograr objetivos comerciales rentables.

Tal vez sería exagerado pronosticar, como hace el británico Richard Holway, especialista en la industria del software, que todas las empresas digitales B2C “fracasarán o que alguien las comprará o que les deparará quién sabe qué otro destino vergonzoso”. No obstante, muchos coinciden con Holway en que los verdaderos triunfadores de los negocios electrónicos serán las reconocidas empresas del mundo ladrillo.

A modo de ejemplo, dice: “Si Amazon.com hubiera aprovechado las excelentes cotizaciones de bolsa para comprar un importante centro de venta de libros, hoy no tendría que construir el mismo modelo de distribución”.

Por otro lado, The Butler Group, una consultora en tecnología, sostiene que el fenómeno de las puntocom se infló demasiado: “Como consecuencia del caos resultante, las empresas ahora tienen que prestar más atención a las competencias arraigadas: por ejemplo, de qué manera crean y mantienen el valor de la marca, cómo confeccionan efectivos modelos de fijación de precio y cómo dirigen el gerenciamiento y el marketing”.

La conclusión respecto de las perspectivas para el e-business es que la incertidumbre actual dará lugar a un periodo de expansión rentable.

La industria del semiconductor sigue siendo el pilar de los negocios tecnológicos; la velocidad de procesamiento y la capacidad de memoria, los indicadores clave del progreso. Hace menos de dos meses, Intel, líder mundial en la fabricación de semiconductores, lanzó el último procesador, Pentium 4, con una velocidad superior a 1,5 GHz. Se esperan chips con una velocidad de 2 GHz para el tercer trimestre del año que viene.

No obstante, podría peligrar la posición de la empresa como líder indiscutible. Los críticos aseguran que, según algunas pruebas, los nuevos chips son más lentos que los chips de Athlon de la empresa rival Advanced Micro Devices. Esto prepara el terreno para que se inicie una batalla campal entre las dos empresas en el año 2001.

Intel parece estar preparada a acaparar una importante porción del mercado de las notebook, junto con Transmeta, un nuevo grupo de semiconductores que desarrolló una familia de chips procesadores con bajo requisito de potencia. El secreto está en un software que la empresa denomina , o sea un software que realiza muchas de las funciones que, de lo contrario, tendría que hacer el chip.

Analistas como Berhard Borges de PriceWaterhouse-Coopers, creen que Transmeta tendrá una gran influencia en el mercado de las notebook y los dispositivos portátiles. Borges destaca la importancia de los requisitos de bajo voltaje en la aparición de una computación penetrante, en la que diminutos dispositivos de computación se conectan a computadoras u otros aparatos portátiles.

Según el Gartner Group, para el año 2010, al menos 40% de los adultos y 75% de los jóvenes contarán con aparatos portátiles de comunicación y computación que estén siempre conectados; es decir, que no tendrán que conectarse telefónicamente para intercambiar o procesar información.

En tanto que las empresas con referencias tecnológicas genuinas dominan el terreno y se alejan de las puntocom, los grupos de “propiedad intelectual”, especializados en conocimiento y experiencia, adquirirán mayor importancia.

Las primeras de las empresas de diseño de semiconductores ya están causando problemas. Entre ellas se encuentran la empresa Mips, con sede en Silicon Valley, que en algún momento aspiró a formar parte de la liga de fabricantes de chips de alto rendimiento y hoy reaparece como diseñadora de chips aplicables a máquinas de juegos avanzados como el PlayStation II de Sony, y la empresa británica Arm Holdings, líder mundial en chips para teléfonos celulares.

Muchas de estas empresas son europeas, lo que demuestra que no es necesario pertenecer a la cultura Silicon Valley para triunfar.

La importancia de estas empresas reside en la complejidad de los chips modernos. Hoy es casi imposible diseñar un chip casero. El diseño y las pruebas exigirían mucho tiempo. Entonces, las empresas de semiconductores sobreviven porque obtienen la licencia para utilizar las tecnologías funcionales de empresas como Mips o Arm. Sin duda, se avecina una avalancha de estas nuevas empresas IP, que proporcionan funcionalidad clave para los fabricantes de chips.

Las tecnologías ópticas seguirán apoyando las demandas de Internet en pos de una mayor capacidad de transmisión. Con luces individuales de colores para transportar información, el DWDM (dense wavelength division multiplexing) ha incrementado en gran medida la capacidad de las fibras ópticas individuales. No obstante, el desafío está en el manejo de la red — que resulta cada vez más complejo debido a la incorporación de canales — y en el desarrollo de sistemas de circuitos totalmente ópticos.

Para los tecnólogos, el gran desafío de los años venideros será desarrollar mejores defensas en contra de los piratas informáticos y los generadores de virus. Las herramientas de piratería de próxima generación han incrementado los riesgos sustancialmente. Con estas herramientas, incluso personas con pocos conocimientos tecnológicos pueden piratear sistemas informáticos. A menos que se desarrollen y adopten medidas para contrarrestar este fenómeno, 2001 será recordado como el año en el que la humanidad perdió toda confianza en la invención más compleja del mundo.

Los progresos tecnológicos no suelen tener demasiado en cuenta las fechas célebres. El año 1984, que George Orwell inmortalizara en su libro futurista, se destacó por el lanzamiento de la Apple Macintosh y la PC-AT de IBM; si bien se trató de dos acontecimientos que hicieron historia en el terreno de la computación personal, el año no trajo al mundo nada más digno de mención.

¿Será el año 2001 — también inmortalizado en el cine por el afamado director Will Stanley Kubrick — un año para recordar? En estos días, la informática avanza en forma que parece constante. Hay quienes especulan si su progreso será discontinuo como ocurrió con el de la invención del radio transmisor en 1948 o el de la producción de la primera fibra óptica en 1955

Las predicciones de este tipo pueden ser problemáticas y, por otro lado, la tecnología suele sorprender en los momentos menos esperados.

Las áreas en las que más se invertirá y en las que se espera el mayor progreso para este año incluyen el diseño del semiconductor, especialmente el procesador de señales digitales, principal propulsor de la revolución de la telecomunicación, las tecnologías ópticas y los sistemas inalámbricos.

Algunas tecnologías muy promocionadas seguirán decepcionando. Tras el fiasco del protocolo de aplicación inalámbrica (WAP) en Europa, donde la idea de una Internet móvil fracasó debido a la lentitud de la conexión y a la escasez de contenido, es probable que el GPRS (General Packet Radio Service) no mejore demasiado la situación.

En busca del éxito de los servicios móviles de tercera generación a lanzarse en el año 2002, el GPRS promete una transmisión de datos más rápida y una conexión “fija” a Internet. Mientras tanto, los fabricantes de teléfonos celulares seguirán intentando desarrollar dispositivos capaces de cumplir con las especificaciones de la tecnología de próxima generación.

También durante este año, Bluetooth hará su debut comercial. Esta tecnología inalámbrica de corto alcance promete eliminar el cable y, en teoría, podría conectar aparatos electrónicos de todo tipo a Internet.

El software continuará mejorando, especialmente el de los sistemas operativos, los navegadores de Internet y los sistemas de cobro. No obstante, se espera un avance en el diseño, comparable con el desarrollo de circuitos integrados, para así acelerar el progreso.

Sólo se pueden hacer tres predicciones tecnológicas certeras para el año que está comenzando: primero, la ley de Moore –observación empírica que indica que el nivel de rendimiento del semiconductor se duplica cada 18 meses– seguirá siendo válida.

Segundo, la falta de tecnólogos especializados en áreas críticas como el diseño de semiconductores, desarrollo de software, transmisión inalámbrica, entre otras, continuará frenando los avances hacia una “sociedad conectada”.

Y, tercero, continuará ensanchándose la brecha digital entre quienes tienen acceso a la tecnología y quienes no lo tienen. Ya se ha producido una separación entre las empresas de tecnología tradicional y sus competidoras digitales.

Gary Hamel de la consultora Strategos destaca en su último libro que SAP, el grupo alemán de software corporativo, demostró en los años noventa que una empresa europea podía competir con una estadounidense como Oracle y Computer Associates.

Y agregó: “cuando las empresas empezaron a utilizar la Web para conectarse con proveedores y clientes, no había señales de SAP. Pero al cabo de unos pocos meses, Ariba, i2 Tecnologies, Siebel Systems y una serie de nuevos especialistas en B2B se ubicaron en posiciones de liderazgo en el nuevo mercado mundial de software”.

No obstante, el año pasado estuvo plagado de violentos altibajos, algo nada bueno para las acciones de tecnología. Ya a mediados de noviembre de 1999, el índice Nasdaq se ubicaba apenas por encima de 3.300. Para el mes de febrero, remontó a más de 5.000 a raíz de la locura de las puntocom. Y, sobre el final, cayó por debajo de los 3.000, lo que representó un cambio negativo de alrededor de 17% para los últimos 12 meses. Inaugurado a fines de 1999, el índice Techmark del Reino Unido registró una conducta similar y, el primer año, cayó 7% en términos de dólares.

Según cree la mayoría de los observadores, la corrección fue inevitable, pese a que parece haberse exagerado sobre la gravedad del asunto. Sin embargo, la interrupción resultante sirvió para distinguir del resto a las empresas con tecnologías genuinas, productos útiles, planes comerciales lógicos y metas ambiciosas para lograr objetivos comerciales rentables.

Tal vez sería exagerado pronosticar, como hace el británico Richard Holway, especialista en la industria del software, que todas las empresas digitales B2C “fracasarán o que alguien las comprará o que les deparará quién sabe qué otro destino vergonzoso”. No obstante, muchos coinciden con Holway en que los verdaderos triunfadores de los negocios electrónicos serán las reconocidas empresas del mundo ladrillo.

A modo de ejemplo, dice: “Si Amazon.com hubiera aprovechado las excelentes cotizaciones de bolsa para comprar un importante centro de venta de libros, hoy no tendría que construir el mismo modelo de distribución”.

Por otro lado, The Butler Group, una consultora en tecnología, sostiene que el fenómeno de las puntocom se infló demasiado: “Como consecuencia del caos resultante, las empresas ahora tienen que prestar más atención a las competencias arraigadas: por ejemplo, de qué manera crean y mantienen el valor de la marca, cómo confeccionan efectivos modelos de fijación de precio y cómo dirigen el gerenciamiento y el marketing”.

La conclusión respecto de las perspectivas para el e-business es que la incertidumbre actual dará lugar a un periodo de expansión rentable.

La industria del semiconductor sigue siendo el pilar de los negocios tecnológicos; la velocidad de procesamiento y la capacidad de memoria, los indicadores clave del progreso. Hace menos de dos meses, Intel, líder mundial en la fabricación de semiconductores, lanzó el último procesador, Pentium 4, con una velocidad superior a 1,5 GHz. Se esperan chips con una velocidad de 2 GHz para el tercer trimestre del año que viene.

No obstante, podría peligrar la posición de la empresa como líder indiscutible. Los críticos aseguran que, según algunas pruebas, los nuevos chips son más lentos que los chips de Athlon de la empresa rival Advanced Micro Devices. Esto prepara el terreno para que se inicie una batalla campal entre las dos empresas en el año 2001.

Intel parece estar preparada a acaparar una importante porción del mercado de las notebook, junto con Transmeta, un nuevo grupo de semiconductores que desarrolló una familia de chips procesadores con bajo requisito de potencia. El secreto está en un software que la empresa denomina , o sea un software que realiza muchas de las funciones que, de lo contrario, tendría que hacer el chip.

Analistas como Berhard Borges de PriceWaterhouse-Coopers, creen que Transmeta tendrá una gran influencia en el mercado de las notebook y los dispositivos portátiles. Borges destaca la importancia de los requisitos de bajo voltaje en la aparición de una computación penetrante, en la que diminutos dispositivos de computación se conectan a computadoras u otros aparatos portátiles.

Según el Gartner Group, para el año 2010, al menos 40% de los adultos y 75% de los jóvenes contarán con aparatos portátiles de comunicación y computación que estén siempre conectados; es decir, que no tendrán que conectarse telefónicamente para intercambiar o procesar información.

En tanto que las empresas con referencias tecnológicas genuinas dominan el terreno y se alejan de las puntocom, los grupos de “propiedad intelectual”, especializados en conocimiento y experiencia, adquirirán mayor importancia.

Las primeras de las empresas de diseño de semiconductores ya están causando problemas. Entre ellas se encuentran la empresa Mips, con sede en Silicon Valley, que en algún momento aspiró a formar parte de la liga de fabricantes de chips de alto rendimiento y hoy reaparece como diseñadora de chips aplicables a máquinas de juegos avanzados como el PlayStation II de Sony, y la empresa británica Arm Holdings, líder mundial en chips para teléfonos celulares.

Muchas de estas empresas son europeas, lo que demuestra que no es necesario pertenecer a la cultura Silicon Valley para triunfar.

La importancia de estas empresas reside en la complejidad de los chips modernos. Hoy es casi imposible diseñar un chip casero. El diseño y las pruebas exigirían mucho tiempo. Entonces, las empresas de semiconductores sobreviven porque obtienen la licencia para utilizar las tecnologías funcionales de empresas como Mips o Arm. Sin duda, se avecina una avalancha de estas nuevas empresas IP, que proporcionan funcionalidad clave para los fabricantes de chips.

Las tecnologías ópticas seguirán apoyando las demandas de Internet en pos de una mayor capacidad de transmisión. Con luces individuales de colores para transportar información, el DWDM (dense wavelength division multiplexing) ha incrementado en gran medida la capacidad de las fibras ópticas individuales. No obstante, el desafío está en el manejo de la red — que resulta cada vez más complejo debido a la incorporación de canales — y en el desarrollo de sistemas de circuitos totalmente ópticos.

Para los tecnólogos, el gran desafío de los años venideros será desarrollar mejores defensas en contra de los piratas informáticos y los generadores de virus. Las herramientas de piratería de próxima generación han incrementado los riesgos sustancialmente. Con estas herramientas, incluso personas con pocos conocimientos tecnológicos pueden piratear sistemas informáticos. A menos que se desarrollen y adopten medidas para contrarrestar este fenómeno, 2001 será recordado como el año en el que la humanidad perdió toda confianza en la invención más compleja del mundo.

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