Del “te llamamos” al “yo te llamo” en la entrevista laboral

Un momento clave, y por lo general descuidado, de las entrevistas laborales es el seguimiento. El arte de mantenerse en contacto pero sin resultar molesto para la empresa. ¿Cómo se logra?

4 enero, 2016

La gran entrevista de trabajo que estábamos esperando por días o semanas terminó, y finalmente  se puede respirar un suspiro de alivio. Excepto que ahora viene la parte difícil: esperar hasta que llegué la respuesta. Y para que esa respuesta llegue es necesario hacer un seguimiento de la entrevista. Un concepto que no es tan común como parece en la mayoría de los postulantes a algún nuevo trabajo. Y hacer este seguimiento efectivo es una de las mejores formas de mejorar las chances de conseguir el trabajo que buscamos. ¿Cómo se hace?

 

Sí, es importante el seguimiento

Hacer un seguimiento de la entrevista es muy importante. En primer lugar, muestra interés en el trabajo que estamos tratando de conseguir. Y además ayuda a que el entrevistador nos tenga en su cabeza al final del día, luego de haber visto pasar a muchos interesados. No obstante, hay que tener precaución para no terminar siendo una carga para quien recluta personal en la empresa. Siempre es conveniente preguntar cuándo vamos a tener una respuesta y usar esa referencia como marco general para enviar mails, llamados o la forma de contacto que queramos. También podemos usar alguna noticia de actualidad respecto a la empresa como impulso para contactarnos nuevamente y saber algo más sobre la entrevista. Nuevamente, la clave del seguimiento de una entrevista es tener información sobre el progreso en el proceso de selección.

 

Saber cómo comunicarse

El modo de contactarse con un entrevistador es ser profesional. Esto quiere decir que tenemos que ser educados (por ejemplo respondiendo con un simple “gracias” los mails de cortesía que envíe la empresa luego de la entrevista de trabajo) y saber qué medio usar y a quién contactar. Como regla general es conveniente usar el mismo medio de comunicación que usamos para el último contacto. Si la empresa se comunicó con nosotros por mail, cualquier consulta debería ser por ese mismo medio. Si estamos en la situación en la que la compañía dice que tomará una decisión la próxima semana, y pasa una semana sin ninguna novedad después de que hallamos hecho el seguimiento inicial, está bien contactarse una vez más con una pregunta educada. No se trata de recriminar que aún no contestaron sino un recordatorio de que estamos al tanto del trabajo porque nos importa. Un mail corto y conciso señalando que pasó el tiempo fijado y que estamos a la expectativa del futuro de este trabajo es más que suficiente.

 

Saber darse por vencido

Es común que los intentos de contacto con la empresa se vuelvan excesivos si no nos dan una respuesta. Si ya esperamos pacientemente mucho tiempo y no hay respuesta lo mejor es seguir adelante, por ejemplo empezando una nueva búsqueda de empleo. Muchas situaciones pueden impedir que la compañía nos de el “no” definitivo, desde una personalidad esquiva por parte del reclutador hasta una emergencia imprevista en la empresa que suspende la actividad del departamento de RR.HH. De cualquiera manera, es conveniente seguir adelante por un tiempo y volver a contactarse más adelante si realmente nos interesaba mucho el trabajo.

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