Del Monte destaca frescura enlatada

La comida enlatada nunca gozó de muy buena reputación. De hecho, siempre es un mal reemplazante de su equivalente fresco. Es lo que se guarda en la alacena para el caso de una emergencia. 

13 junio, 2013

Está el tema de la frescura, especialmente cuando lo enlatado son vegetales o frutas. Tal vez el obstáculo más grande que han debido superar las marcas de enlatados es las sospechas de los consumidores de que la fruta no es fresca, algo que nunca es si se la compra con al recién cosechada. “Incluso en la actualidad, más de doscientos años desde la introducción del enlatado,  todavía se mantiene la idea de que hay algo extraño en comprar alimentos en un cilindro de metalâ€, dice Andy Havens, veterano publicitario. “Siempre suponemos que la comida enlatada es 20% menos buena que la fresca”. 
Pelear contra estas expectativas es una tarea que viene encarando Del Monte desde hace muchos años. en los años 20 debía explicar las bondades de los productos dentro de una lata. Hoy, el mensaje de frescura opera en un nivel diferente. Como los norteamericanos ya están profundamente familiarizados con los alimentos enlatados, ya no es necesario explicar nada. La lata misma, su etiqueta levemente modificada, es conocida y nostálgica. El texto se reduce al mínimo, y el dibujo se reduce a una rama y un durazno, que se ve claramente cayendo dentro de la lata. Nada de recargar el mensaje: del árbol a la lata. Así de simple. 
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