De la estructura vertical a la horizontal

A medida que las organizaciones aumentaban en tamaño y complejidad, dificultando la tarea de manejar todo desde la cúpula, el modelo de "mande y controle" comenzó a sufrir modificaciones.

6 marzo, 2000

Durante todo el siglo XX las grandes organizaciones se estructuraron alrededor del sagrado principio militar de “mandar y controlar”, que se refleja hoy con claridad en el lenguaje empresarial. La alta gerencia define la “estrategia”, que luego comunica a sus “subordinados” inmediatos para su implementación. La estrategia se traduce luego en “operaciones” delegadas a los directores de departamento, quienes, a su vez, las subdividen en “funciones” que reparten entre su personal.

El proceso continúa hacia abajo, en cascada, hasta que el mensaje llega por fin a la línea del frente: los obreros de la fábrica, los empleados de la tienda, o el equipo de ventas. La información, en cambio, recorría el camino inverso, de abajo hacia arriba, nivel por nivel.

Sin embargo, a medida que las organizaciones aumentaban en tamaño y complejidad, dificultando la tarea de manejar todo desde la cúpula, ese modelo de “mande y controle” comenzó a sufrir modificaciones. Pero a comienzos de los años ´80 terminó la modificación gradual. El sistema sucumbió bajo el impacto de varias presiones.

*La presión del costo. El aparato gerencial creció demasiado en todos los niveles. En algunas empresas todavía tiene hasta diez niveles.
*La presión de la competencia y del acortamiento del ciclo de vida de los productos. La lucha actual por el mercado exige estar atento a sus necesidades o deseos para tratar de satisfacerlos antes que el competidor. Pero una empresa con muchos niveles jerárquicos no puede tener velocidad de respuesta. Esto no importaba demasiado en los ´60, cuando el crecimiento era seguro y la competencia se daba casi exclusivamente a nivel nacional. Pero desde finales de los ´70 las empresas tienen competidores dentro y fuera de su país.

*La presión de la informática, que dejó muchos empleos girando en la obsolescencia. Al abaratar el costo de la transferencia electrónica de la información, facilitó la comunicación de la alta gerencia con los estadios inferiores, y también la comunicación entre la gente de cualquier nivel dentro de la organización. Esto significa que ya no hacen falta tantos intermediarios.

*La presión de las estructuras horizontales. La necesidad de lograr resultados rápidos forzó a las compañías a reducir la comunicación vertical. En lugar de las tradicionales comisiones de gerentes, hoy hay grupos de trabajo y equipos encargados de proyectos especiales que reúnen a personas de distintos departamentos. Se aprovecha así, según recomiendan los partidarios de la “re-ingeniería” en las empresas, las habilidades y la experiencia de personas con distintas especialidades.

Durante todo el siglo XX las grandes organizaciones se estructuraron alrededor del sagrado principio militar de “mandar y controlar”, que se refleja hoy con claridad en el lenguaje empresarial. La alta gerencia define la “estrategia”, que luego comunica a sus “subordinados” inmediatos para su implementación. La estrategia se traduce luego en “operaciones” delegadas a los directores de departamento, quienes, a su vez, las subdividen en “funciones” que reparten entre su personal.

El proceso continúa hacia abajo, en cascada, hasta que el mensaje llega por fin a la línea del frente: los obreros de la fábrica, los empleados de la tienda, o el equipo de ventas. La información, en cambio, recorría el camino inverso, de abajo hacia arriba, nivel por nivel.

Sin embargo, a medida que las organizaciones aumentaban en tamaño y complejidad, dificultando la tarea de manejar todo desde la cúpula, ese modelo de “mande y controle” comenzó a sufrir modificaciones. Pero a comienzos de los años ´80 terminó la modificación gradual. El sistema sucumbió bajo el impacto de varias presiones.

*La presión del costo. El aparato gerencial creció demasiado en todos los niveles. En algunas empresas todavía tiene hasta diez niveles.
*La presión de la competencia y del acortamiento del ciclo de vida de los productos. La lucha actual por el mercado exige estar atento a sus necesidades o deseos para tratar de satisfacerlos antes que el competidor. Pero una empresa con muchos niveles jerárquicos no puede tener velocidad de respuesta. Esto no importaba demasiado en los ´60, cuando el crecimiento era seguro y la competencia se daba casi exclusivamente a nivel nacional. Pero desde finales de los ´70 las empresas tienen competidores dentro y fuera de su país.

*La presión de la informática, que dejó muchos empleos girando en la obsolescencia. Al abaratar el costo de la transferencia electrónica de la información, facilitó la comunicación de la alta gerencia con los estadios inferiores, y también la comunicación entre la gente de cualquier nivel dentro de la organización. Esto significa que ya no hacen falta tantos intermediarios.

*La presión de las estructuras horizontales. La necesidad de lograr resultados rápidos forzó a las compañías a reducir la comunicación vertical. En lugar de las tradicionales comisiones de gerentes, hoy hay grupos de trabajo y equipos encargados de proyectos especiales que reúnen a personas de distintos departamentos. Se aprovecha así, según recomiendan los partidarios de la “re-ingeniería” en las empresas, las habilidades y la experiencia de personas con distintas especialidades.

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