De adorar a la juventud a apreciar la Tercera Edad

Marketineros y fabricantes ya comenzaron a ocuparse de los mayores. Ahora que el grupo etario que más crece es el de la gente de más de 80 años, olvidan su obsesión con la juventud y atienden las realidades de una población cada vez más vieja.

27 abril, 2007

Hoy, 35 millones de estadounidenses tienen 65 años o más. El número
se duplicará en poco más de 30 años gracias a los 70 millones
de baby boomers, cuyos representantes más viejos ya están en los
50. En realidad, gran parte del mundo desarrollado está envejeciendo, a
medida que la gente vive más y las tasas de natalidad declinan. Japón
pronto tendrá menos de dos adultos en actividad para sostener a un jubilado
(hoy trabajan cinco por cada jubilado). El número de italianos de más
de 65 años aumentará 15% en los próximos 12 años mientras
que la tasa de natalidad se contraerá 30%. Alemania y Francia presentan
situaciones semejantes.

o Los marketineros redoblarán sus esfuerzos por llegar a los ciudadanos
viejos que tienen más salud y más dinero que las generaciones anteriores.
En publicidad, las imágenes de ancianos reflejarán más justamente
una heterogénea población de ancianos: muchas razas, muchos intereses,
muchos niveles de bienestar emocional y físico. (Y, por qué no,
también se los puede ir a buscar en la Internet. La gente de más
de 50 constituye el segmento de usuarios Web de mayor crecimiento, y tan inclinado
a comprar online como cualquier otro grupo).

o La persistente escasez de mano de obra obligará a los empleadores a ajustar
la estructura organizacional para acomodar trabajadores de diferentes generaciones.
Esto llevará a una nueva apreciación de lo que los más viejos
aportan al trabajo: lealtad, flexibilidad y un tesoro de conocimiento acumulado
y experiencia. Lo que es más, muchos de los viejos de mañana no
podrán darse el lujo de la jubilación, y querrán seguir viviendo
vidas productivas prolongando sus carreras o iniciando nuevas.

o Las comunidades de retirados cambiarán de aspecto para reflejar una nueva
clase de residentes, más activos y más independientes. Los colegios
de los pueblos, siempre ricos en estimulación cultural e intelectual, están
brotando con campos de retiro. Nuevos modelos de viviendas para ancianos y hasta
comunidades con atención personal y médica y viviendas preparadas
para impedidos o personas con dificultades físicas. Las ciudades están
haciendo esfuerzos por ser más confortables para los ancianos, para que
puedan continuar viviendo en las casas que ya conocen y quieren, en lugar de verse
obligados a retirarse a lugares especiales.

o Los productos y servicios para el consumo se volverán más accesibles
a la gente que ya no se mueve como antes, o que tiene problemas de visión
y oye menos. Comparativamente tendrán más salud que antes, pero
a la larga el tiempo deja su marca en la mayoría de los cuerpos. Aparatos
que se activan con una orden verbal, libros con letra grande y ropa cómoda
y fácil de mantener, son algunas de las respuestas para esta tendencia.

También aquí surgen oportunidades:

o Centros de salud que atiendan especialmente a los pacientes de más edad
y medios económicos.
o Servicios personales, incluyendo mantenimiento del hogar, diligencias y cuidado
del césped.
o Nuevas formas de viviendas para gente de más edad.
o Talleres de computación e Internet y materiales educativos.
o Guías de turismo.
o Productos contra el envejecimiento.
o Formas de compra y entrega de productos que faciliten la vida del anciano.

La población que está entrando en la tercera edad obligará
a casi todos los negocios a repensar sus productos, servicios y marketing. Las
empresas crearán “empleos puente” para ayudar a que los empleados
hagan la transición hacia la jubilación en forma gradual. Se acentuará
el debate sobre el derecho a morir a medida que crece el número de los
que confrontan su propia mortalidad.

Hoy, 35 millones de estadounidenses tienen 65 años o más. El número
se duplicará en poco más de 30 años gracias a los 70 millones
de baby boomers, cuyos representantes más viejos ya están en los
50. En realidad, gran parte del mundo desarrollado está envejeciendo, a
medida que la gente vive más y las tasas de natalidad declinan. Japón
pronto tendrá menos de dos adultos en actividad para sostener a un jubilado
(hoy trabajan cinco por cada jubilado). El número de italianos de más
de 65 años aumentará 15% en los próximos 12 años mientras
que la tasa de natalidad se contraerá 30%. Alemania y Francia presentan
situaciones semejantes.

o Los marketineros redoblarán sus esfuerzos por llegar a los ciudadanos
viejos que tienen más salud y más dinero que las generaciones anteriores.
En publicidad, las imágenes de ancianos reflejarán más justamente
una heterogénea población de ancianos: muchas razas, muchos intereses,
muchos niveles de bienestar emocional y físico. (Y, por qué no,
también se los puede ir a buscar en la Internet. La gente de más
de 50 constituye el segmento de usuarios Web de mayor crecimiento, y tan inclinado
a comprar online como cualquier otro grupo).

o La persistente escasez de mano de obra obligará a los empleadores a ajustar
la estructura organizacional para acomodar trabajadores de diferentes generaciones.
Esto llevará a una nueva apreciación de lo que los más viejos
aportan al trabajo: lealtad, flexibilidad y un tesoro de conocimiento acumulado
y experiencia. Lo que es más, muchos de los viejos de mañana no
podrán darse el lujo de la jubilación, y querrán seguir viviendo
vidas productivas prolongando sus carreras o iniciando nuevas.

o Las comunidades de retirados cambiarán de aspecto para reflejar una nueva
clase de residentes, más activos y más independientes. Los colegios
de los pueblos, siempre ricos en estimulación cultural e intelectual, están
brotando con campos de retiro. Nuevos modelos de viviendas para ancianos y hasta
comunidades con atención personal y médica y viviendas preparadas
para impedidos o personas con dificultades físicas. Las ciudades están
haciendo esfuerzos por ser más confortables para los ancianos, para que
puedan continuar viviendo en las casas que ya conocen y quieren, en lugar de verse
obligados a retirarse a lugares especiales.

o Los productos y servicios para el consumo se volverán más accesibles
a la gente que ya no se mueve como antes, o que tiene problemas de visión
y oye menos. Comparativamente tendrán más salud que antes, pero
a la larga el tiempo deja su marca en la mayoría de los cuerpos. Aparatos
que se activan con una orden verbal, libros con letra grande y ropa cómoda
y fácil de mantener, son algunas de las respuestas para esta tendencia.

También aquí surgen oportunidades:

o Centros de salud que atiendan especialmente a los pacientes de más edad
y medios económicos.
o Servicios personales, incluyendo mantenimiento del hogar, diligencias y cuidado
del césped.
o Nuevas formas de viviendas para gente de más edad.
o Talleres de computación e Internet y materiales educativos.
o Guías de turismo.
o Productos contra el envejecimiento.
o Formas de compra y entrega de productos que faciliten la vida del anciano.

La población que está entrando en la tercera edad obligará
a casi todos los negocios a repensar sus productos, servicios y marketing. Las
empresas crearán “empleos puente” para ayudar a que los empleados
hagan la transición hacia la jubilación en forma gradual. Se acentuará
el debate sobre el derecho a morir a medida que crece el número de los
que confrontan su propia mortalidad.

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