Cuando el fracaso es bueno para le empresa

Es común que los equipos de trabajo en sus reuniones periódicas tomen de 10 a 15 minutos para hablar de fracaso. Alguien contará cómo falló en algo, explorarán sobre lo que salió mal y compartirán las lecciones aprendidas.

28 abril, 2016

Las empresas que se sienten cómodas con el fracaso son más ágiles, innovadoras y exitosas, explica John Harmeling, director de marketing de Grant Thornton EE.UU.

¿Por qué hacemos esto? Porque queremos estar más cómodos con el fracaso. Al hablar abiertamente, todos nos volvemos más a gusto con la posibilidad de fracasar en nuestras propias empresas y, a su vez, nos hace más aventureros y menos gobernados por el miedo. En última instancia, nos centramos en el fracaso porque queremos innovar; y no se puede tener lo uno sin lo otro.

Si se tiene una cultura empresarial que anima a la gente a probar algo nuevo sin temor al fracaso, entonces hay al menos cuatro aspectos positivos.

 

1) Se puede cambiar de forma rápida

Una admisión de fracaso o de haber tomado la decisión equivocada, permite movernos rápidamente. Soy un aficionado al fútbol americano y vi un brillante ejemplo de esto en mi equipo, los Carolina Panthers. En 2010, reclutaron a un mariscal universitario llamado Jimmy Clausen. Llegó en medio de una enorme expectativa, se creía que iba a ser el niño de oro. El problema era que los directivos aprendieron rápidamente que no era adecuado para la NFL y sus números no eran grandes, por lo que pronto reclutaron a Cam Newton para reemplazarlo. Esta temporada, Newton fue nombrado el jugador más valioso de la NFL y llevó a los Panthers al Superbowl. Una admisión de fracaso y un plan de cambio, permitió que el equipo se moviera hacia adelante y hacia arriba. Lo mismo se aplica a los negocios.

Las empresas a menudo se resisten a un cambio de dirección, ya que puede ser visto como una admisión de fracaso y porque son reacios a invertir más. Sin embargo, si la situación actual está obstaculizando el negocio, a continuación, una mayor inversión y un cambio rápido de dirección podrían ofrecer beneficios incluso antes de lo esperado.

 

2) Su visión será más clara

Con demasiada frecuencia nos encontramos con malas decisiones surgidas de las peores razones. Tenemos miedo a molestar a la persona a la que se le ocurrió la idea, sobre todo si llegan a ser nuestro jefe. Las Falacias del Jugador y de Aversión a la pérdida son dos sesgos cognitivos bien documentados que paralizan a los inversores cuando los valores de sus acciones caen. Si se tiene miedo al fracaso, se está en riesgo de tratar de hacer girar cada situación para mejor. Eso es peligroso. Solamente cuando las emociones están en calma, ya que no se tiene miedo al fracaso, se pueden ver claramente las ventajas y desventajas de cada escenario sin distorsión.

 

3) Las ideas fluirán

Los empleados deben tener libertad para ventilar ideas, sean grandes o pequeñas, sensibles o locas. Ellos sólo harán eso si saben que van a ser apoyados. El Media Lab en el mundialmente reconocido MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) establece grupos dedicados a generar ideas radicales. Cuando trabajaba en el Bank of America, el banco había diseñado un sensor que seguía el estado de ánimo de los clientes cuando entraban en un banco. De esta manera, el personal era advertido si el cliente estaba enojado o feliz, lo que les permitía responder en consecuencia. Es un ejemplo de innovación fantástica que puede fluir en un entorno empresarial creativo.

 

4) El éxito será más grande

Si se quiere ganar a lo grande se necesita tomar riesgos – a pesar de que a veces fallaremos. Por el contrario, si se tiene aversión al riesgo, se perderá. Aquí hay otra analogía deportiva: en sus primeros días, alrededor de 1918, la leyenda del béisbol Babe Ruth encabezó la Liga Americana para cuadrangulares. Pero también tenía el mayor número de eliminación por strikes, lo que significa que un jugador queda fuera. Se sentía cómodo con este fracaso, sabiendo que su actitud le daría más cuadrangulares, a pesar del alto riesgo de estar fuera. Es lo mismo en los negocios; es un equilibrio entre riesgo y recompensa. Trate de identificar las cosas en las que su empresa está dispuesta a fallar en (o por lo menos el riesgo de fracasar a) para entregar sus victorias más grandes y éxito global. Esto implica asegurarse de que la atención se centra en las cosas que realmente importan, en lugar de las cosas granulares que suceden en el camino.

 

Equilibrar el riesgo con la oportunidad

 

Debemos tomar en cuenta que es verdaderamente importante sentirse cómodo con el fracaso, para tomar riesgos calculados, fomentar una cultura de ensayo y error, y aprender mediante el intercambio de experiencias. La clave es asegurarse que se den ciclos de retroalimentación – de redespliegue de recursos y de inversión hacia esas ideas que están trabajando para poder mejorar. Innovar empresarialmente a través de ensayo y error, ser ágil e inculcar una cultura que permite a todos prosperar en un entorno en el que se anima a tener ideas.

 

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