Cómo reducir al mínimo las medidas disciplinarias

Hay dos cosas desagradables que deben realizar los supervisores: evaluar el trabajo y aplicar medidas disciplinarias. Del otro de la ecuación, demás está decir que a los empleados les desagrada que se les aplique una medida disciplinaria.

9 noviembre, 2004

Ante esta situación, la especialista en temas de recursos humanos Susan M. Heathfield cree que estos temas, como todos los que aluden a la conducta de la gente, de deben manejar con mucho cuidado.

Sin embargo, en un artículo reciente difundido en su newsletter electrónica, sugiere que la mejor forma de minimizar la utilización de las medidas correctivas es fomentar la autodisciplina. Como empleador, dice Heatfield, usted no puede afectar la forma en que sus empleados fueron criados y educados en el hogar, la escuela y hasta la forma en que desarrollaron sus habilidades, su conocimiento y la ética laboral en otras empresas anteriores.

Pero hay otras cosas que sí puede controlar. Puede crear un ambiente laboral que fomente la autodisciplina. Cuando eso se logra, la necesidad de supervisar o imponer disciplina desde afuera se minimiza. Si eso se logra, los supervisores se pueden dedicar a la parte más agradable de su tarea: relacionarse para alentar y ayudar a desarrollar capacidades.

Algunas de las ideas que propone para lograr esto:
Diga claramente cuáles son sus expectativas. Si los empleados saben exactamente qué espera usted de ellos, actuarán con más seguridad. Pero no les haga más que una descripción general de la tarea. No abarque todo para fomencar cierta flexibilidad.

· Cuando vea iniciativa y autodisciplina en acción, estimúlela. No escatime elogios y ofrezca ayuda. Sobre todo, asegúrese de que la idea o el proceso sean implementados. Premie las iniciativas de forma tal que el premio sea importante par quien lo recibe.

· Trate a los empleados como adultos. Justicia, equidad, respeto. Un adulto requiere un mínimo de reglas y lineamientos para asegurar un ambiente de trabajo donde reina la justicia. La gente grande quiere dar ideas para las decisiones que los afecta directa o indirectamente. Del trabajo esperan algo más que el sueldo a fin de mes. El trabajo satisface también necesidades sociales; a veces quieren sentir que están participando de algo importante.

· Capacítelos bien, especialmente a los nuevos, o cuando implemente un nuevo proceso de trabajo.

· Ponga todas las políticas de la empresa y los procedimientos al alcance de todos los empleados. Hable con ellos antes de implementar una nueva política. Organice reuniones para tantear la reacción del personal a un posible nuevo lineamiento. Deje que hagan preguntas y que se discuta el tema.

· Convierta a su lugar de trabajo en un ámbito seguro para sugerir y probar, ideas nuevas, donde no se castigue a los responsables de una idea fallida.

· Encuentre el tiempo que reunirse regularmente con su personal. Recorra regularmente el área de trabajo.

· Fomente la comunicación abierta entre usted y sus subordinados. Cuanto más sepan sobre su negocio, sus clientes, su rentabilidad, misión y visión, con más independencia actuarán para ayudarle.

· Como son seres humanos, ocasionalmente alguien no practicará la autodisciplina. En esos casos, ocúpese inmediatamente de la conducta inaceptable. No hay nada que desaliente más a los empleados colaboradores que ver una conducta inapropiada que no es reprendida.

Ante esta situación, la especialista en temas de recursos humanos Susan M. Heathfield cree que estos temas, como todos los que aluden a la conducta de la gente, de deben manejar con mucho cuidado.

Sin embargo, en un artículo reciente difundido en su newsletter electrónica, sugiere que la mejor forma de minimizar la utilización de las medidas correctivas es fomentar la autodisciplina. Como empleador, dice Heatfield, usted no puede afectar la forma en que sus empleados fueron criados y educados en el hogar, la escuela y hasta la forma en que desarrollaron sus habilidades, su conocimiento y la ética laboral en otras empresas anteriores.

Pero hay otras cosas que sí puede controlar. Puede crear un ambiente laboral que fomente la autodisciplina. Cuando eso se logra, la necesidad de supervisar o imponer disciplina desde afuera se minimiza. Si eso se logra, los supervisores se pueden dedicar a la parte más agradable de su tarea: relacionarse para alentar y ayudar a desarrollar capacidades.

Algunas de las ideas que propone para lograr esto:
Diga claramente cuáles son sus expectativas. Si los empleados saben exactamente qué espera usted de ellos, actuarán con más seguridad. Pero no les haga más que una descripción general de la tarea. No abarque todo para fomencar cierta flexibilidad.

· Cuando vea iniciativa y autodisciplina en acción, estimúlela. No escatime elogios y ofrezca ayuda. Sobre todo, asegúrese de que la idea o el proceso sean implementados. Premie las iniciativas de forma tal que el premio sea importante par quien lo recibe.

· Trate a los empleados como adultos. Justicia, equidad, respeto. Un adulto requiere un mínimo de reglas y lineamientos para asegurar un ambiente de trabajo donde reina la justicia. La gente grande quiere dar ideas para las decisiones que los afecta directa o indirectamente. Del trabajo esperan algo más que el sueldo a fin de mes. El trabajo satisface también necesidades sociales; a veces quieren sentir que están participando de algo importante.

· Capacítelos bien, especialmente a los nuevos, o cuando implemente un nuevo proceso de trabajo.

· Ponga todas las políticas de la empresa y los procedimientos al alcance de todos los empleados. Hable con ellos antes de implementar una nueva política. Organice reuniones para tantear la reacción del personal a un posible nuevo lineamiento. Deje que hagan preguntas y que se discuta el tema.

· Convierta a su lugar de trabajo en un ámbito seguro para sugerir y probar, ideas nuevas, donde no se castigue a los responsables de una idea fallida.

· Encuentre el tiempo que reunirse regularmente con su personal. Recorra regularmente el área de trabajo.

· Fomente la comunicación abierta entre usted y sus subordinados. Cuanto más sepan sobre su negocio, sus clientes, su rentabilidad, misión y visión, con más independencia actuarán para ayudarle.

· Como son seres humanos, ocasionalmente alguien no practicará la autodisciplina. En esos casos, ocúpese inmediatamente de la conducta inaceptable. No hay nada que desaliente más a los empleados colaboradores que ver una conducta inapropiada que no es reprendida.

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