Comienza el congreso sobre marketing boca a boca

Mientras la técnica se populariza como nuevo canal de marketing, el boca a boca se ubica en el centro de una polémica, pues convierte en método lo que originalmente era un proceso espontáneo de los consumidores. Algunos denuncian falta de ética.

19 enero, 2006

En la conferencia anual del marketing boca a boca (“Word of Mouth Marketing Association”- WOMMA) que arranca hoy 19 de enero, uno de los temas más delicados a tratar será seguramente el del sinceramiento: ¿debe la persona común que recomienda un producto o servicio, revelar a quienes escuchan que forma parte de un programa de marketing?

La respuesta es un decidido sí, según una investigación reciente de Walter Carl, profesor adjunto de la Northeastern University, quien reunió información de más de 800 “agentes WOM” (del boca a boca) y de personas a quienes los primeros contactaron.

Muchos de los participantes dijeron que no les importaba que un amigo o familiar los contactara por un mensaje publicitario. Carl descubrió que cuando los entrevistados se enteraban de la asociación comercial de un agente con determinado producto, eran más proclives a registrar sentimientos positivos hacia el agente y la compañía para la cual trabaja.

En la conferencia que se inicia hoy, Carl comentará las conclusiones de su estudio, un tema muy controvertido ahora que crece la disciplina. Mientras agencias y marketineros intentan encontrar la manera de usar el poder de los consumidores para promocionar productos y servicios, los grupos que defienden a los consumidores reclaman que se regulen los programas que convierten a gente común en agentes de marketing.

Varias fuentes de autoridad legal han dicho que las iniciativas boca a boca que no usan el recurso del sinceramiento incurren en violación de las reglamentaciones de la Federal Trade Commission. El código de ética de WOMMA exige sinceramiento y muchos de los que actualmente practican el método también abogan por que el agente revele su condición de tal.

Carl realizó su estudio en colaboración con la firma BzzAgent, una compañía con sede en Boston que mantiene una red de consumidores dispuestos a participar en programas boca a boca para agencias y marketineros. En un principio BzzAgent no exigía sinceramiento, pero sus directivos advirtieron pronto que ésa era la forma más eficaz y ética de hacerlo y finalmente decidieron cambiar de política.

En la conferencia anual del marketing boca a boca (“Word of Mouth Marketing Association”- WOMMA) que arranca hoy 19 de enero, uno de los temas más delicados a tratar será seguramente el del sinceramiento: ¿debe la persona común que recomienda un producto o servicio, revelar a quienes escuchan que forma parte de un programa de marketing?

La respuesta es un decidido sí, según una investigación reciente de Walter Carl, profesor adjunto de la Northeastern University, quien reunió información de más de 800 “agentes WOM” (del boca a boca) y de personas a quienes los primeros contactaron.

Muchos de los participantes dijeron que no les importaba que un amigo o familiar los contactara por un mensaje publicitario. Carl descubrió que cuando los entrevistados se enteraban de la asociación comercial de un agente con determinado producto, eran más proclives a registrar sentimientos positivos hacia el agente y la compañía para la cual trabaja.

En la conferencia que se inicia hoy, Carl comentará las conclusiones de su estudio, un tema muy controvertido ahora que crece la disciplina. Mientras agencias y marketineros intentan encontrar la manera de usar el poder de los consumidores para promocionar productos y servicios, los grupos que defienden a los consumidores reclaman que se regulen los programas que convierten a gente común en agentes de marketing.

Varias fuentes de autoridad legal han dicho que las iniciativas boca a boca que no usan el recurso del sinceramiento incurren en violación de las reglamentaciones de la Federal Trade Commission. El código de ética de WOMMA exige sinceramiento y muchos de los que actualmente practican el método también abogan por que el agente revele su condición de tal.

Carl realizó su estudio en colaboración con la firma BzzAgent, una compañía con sede en Boston que mantiene una red de consumidores dispuestos a participar en programas boca a boca para agencias y marketineros. En un principio BzzAgent no exigía sinceramiento, pero sus directivos advirtieron pronto que ésa era la forma más eficaz y ética de hacerlo y finalmente decidieron cambiar de política.

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