“Coke zero”, un marketing por demás confuso

En América septentrional, el público no sabe bien qué es “Coke zero”. La culpa es de avisos poco claros y un lema de 1971, mal actualizado: “I’d like to teach the world to sing”. Esta vez, el texto desafinaba.

17 agosto, 2005

En castellano, el jingle significa “Quisiera enseñarle al mundo a cantar”, pero las largas filas de carteles a lo largo de calles y rutas no podían hacerlo, en buena medida porque no guardaban relación directa con “Coke zero”. Por el contrario, la gente creía que se trataba de otro producto, “Diet Coke Splenda”.

El primer retoque al texto tampoco ayudó, pues “el auténtico sabor de Coca-Cola y nada más” hacía pensar en la bebida tradicional, a veces llamada “clásica”. Entonces, los bochos publicitarios hicieron otro retoque y la leyenda quedó como “el sabor auténtico de Coca-Cola. Cero calorìas, sin compromisos”.

Un texto algo largo. La imagen televisual parece más clara, pues consiste en una botella de “Classic” girando hasta convertirse en “Coke zero”. No ha servido de mucho, pues las ventas alcanzaron apenas 0,8% del total de la marca entre el lanzamiento (mediados de junio) y mediados de este mes julio. “Es decepcionante, pues una encuesta hecha en mayo indicaba que los consumidores parecían muy interesados en una versión Coke de Sprite zero”. Así señalaba un experto de Morgan Stanley.

Naturalmente, los tozudos ejecutivos de la firma insisten en que la novedad es un éxito (decían lo mismo sobre la “nueva Coke”, que fracasó años atrás). Pero no atinan a explicar tantos cambios en los avisos. Una parte del público supone que “Coke zero” es la dietética con el edulcorante Splenda. Otros, que es un nuevo envase de C2, un refresco presentado en 2004 por Coca-Cola. Un tercer grupo cree que “zero” significa ausencia de cafeína.

En realidad, “Coke zero” contiene cafeína, pero no calorías ni carbohidratos ni edulcorantes tipo Splenda. En cuanto al marketing, se orienta hacia varones de 18 a 24 años, que han abandonado las gaseosas convencionales pero no gustan de las dietéticas. Influyen, por un lado, el colapso de Atkins y, por el otro, la imagen femenina de los productos dietéticos-

Ni corta ni perezosa, PepsiCo busca exagerar las confusiones y “cargarlo” al rival, un recurso que los analistas del negocio y la justicia norteamericana no demonizan como en Argentina. En un aviso televisual, la gente compra bebidas en un dispensador de “Diet Pepsi”. Entretanto, una grupo de operarios deambula instalando máquinas de Diet Coke, C2, Diet Coke Splenda y Coke zero. Un grupo de personas los sigue sin decidirse por cuál variante optar.

En castellano, el jingle significa “Quisiera enseñarle al mundo a cantar”, pero las largas filas de carteles a lo largo de calles y rutas no podían hacerlo, en buena medida porque no guardaban relación directa con “Coke zero”. Por el contrario, la gente creía que se trataba de otro producto, “Diet Coke Splenda”.

El primer retoque al texto tampoco ayudó, pues “el auténtico sabor de Coca-Cola y nada más” hacía pensar en la bebida tradicional, a veces llamada “clásica”. Entonces, los bochos publicitarios hicieron otro retoque y la leyenda quedó como “el sabor auténtico de Coca-Cola. Cero calorìas, sin compromisos”.

Un texto algo largo. La imagen televisual parece más clara, pues consiste en una botella de “Classic” girando hasta convertirse en “Coke zero”. No ha servido de mucho, pues las ventas alcanzaron apenas 0,8% del total de la marca entre el lanzamiento (mediados de junio) y mediados de este mes julio. “Es decepcionante, pues una encuesta hecha en mayo indicaba que los consumidores parecían muy interesados en una versión Coke de Sprite zero”. Así señalaba un experto de Morgan Stanley.

Naturalmente, los tozudos ejecutivos de la firma insisten en que la novedad es un éxito (decían lo mismo sobre la “nueva Coke”, que fracasó años atrás). Pero no atinan a explicar tantos cambios en los avisos. Una parte del público supone que “Coke zero” es la dietética con el edulcorante Splenda. Otros, que es un nuevo envase de C2, un refresco presentado en 2004 por Coca-Cola. Un tercer grupo cree que “zero” significa ausencia de cafeína.

En realidad, “Coke zero” contiene cafeína, pero no calorías ni carbohidratos ni edulcorantes tipo Splenda. En cuanto al marketing, se orienta hacia varones de 18 a 24 años, que han abandonado las gaseosas convencionales pero no gustan de las dietéticas. Influyen, por un lado, el colapso de Atkins y, por el otro, la imagen femenina de los productos dietéticos-

Ni corta ni perezosa, PepsiCo busca exagerar las confusiones y “cargarlo” al rival, un recurso que los analistas del negocio y la justicia norteamericana no demonizan como en Argentina. En un aviso televisual, la gente compra bebidas en un dispensador de “Diet Pepsi”. Entretanto, una grupo de operarios deambula instalando máquinas de Diet Coke, C2, Diet Coke Splenda y Coke zero. Un grupo de personas los sigue sin decidirse por cuál variante optar.

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