Coca-Cola designó a Muhtar Kent como virtual sucesor de Isdell

La compañía ubicó a Kent en un curioso doble cargo: presidente y director operativo, funciones que asume de inmediato. En realidad, todo saben que acabará remplazando al pálido Neville Isdell como presidente y director ejecutivo.

8 diciembre, 2006

En 2004 y en medio de una crisis de conducción, Coca-Cola sacó de retiro a Isdell y lo puso como CEO. Ahora, Kent afrontará el mismo problema que el ex jubilado y su antecesor no pudieron superar: recobrar el liderazgo mundial, desde hace algunos años en manos de PepsiCo.

Puesto que las gaseosas constituyen un segmento demasiado maduro y frustran todo intento de marketing innovador, la empresa deberá imitar a su rival y dedicarse a promover otros rubros. Por otra parte, buena parte de los consumidores vienen abandonando gaseosas en favor de jugos y aguas minerales saborizadas, mucho más afines a una dieta sana. Esto se nota también en Argentiona, pese al excesivo precio de esos substitutos.

Hasta ahora, Kent manejaba las operaciones internacionales del grupo, que significan US$ 15.000 millones en ventas y 80% de las utilidades totales. Varios analistas esperan cautela del nuevo directivo y creen que resistirá una tentación obvia: apelear a fusiones y adquisiciones para pelear espacios de mercado.

Como Isdell, su sucesor proviene de adentro. Ha trabajado en la compañía durante casi treinta años. Justamente esa historia incluye un antecedente inquietante para los inversores: la mala venta hace diez años del paquete Coca-Cola Amatil.

Por entoces, Kent encabezaba esa embotelladoraa australiana y su papel en la transacción dejó sospechas. “Se trata de cosas que no debieran pasarse por alto en la era post Enron”, sostiene James Berman, de JBGlobal, un fondo especulativo que administra US$ 28.000 millones y tiene a Coca-Cola entre los principales componentes de cartera. En otro plano, algunos expertos sectoriales temen que, si Kent fracasa, se habrá acabado la posibilidad de substituirlo desde adentro.

En 2004 y en medio de una crisis de conducción, Coca-Cola sacó de retiro a Isdell y lo puso como CEO. Ahora, Kent afrontará el mismo problema que el ex jubilado y su antecesor no pudieron superar: recobrar el liderazgo mundial, desde hace algunos años en manos de PepsiCo.

Puesto que las gaseosas constituyen un segmento demasiado maduro y frustran todo intento de marketing innovador, la empresa deberá imitar a su rival y dedicarse a promover otros rubros. Por otra parte, buena parte de los consumidores vienen abandonando gaseosas en favor de jugos y aguas minerales saborizadas, mucho más afines a una dieta sana. Esto se nota también en Argentiona, pese al excesivo precio de esos substitutos.

Hasta ahora, Kent manejaba las operaciones internacionales del grupo, que significan US$ 15.000 millones en ventas y 80% de las utilidades totales. Varios analistas esperan cautela del nuevo directivo y creen que resistirá una tentación obvia: apelear a fusiones y adquisiciones para pelear espacios de mercado.

Como Isdell, su sucesor proviene de adentro. Ha trabajado en la compañía durante casi treinta años. Justamente esa historia incluye un antecedente inquietante para los inversores: la mala venta hace diez años del paquete Coca-Cola Amatil.

Por entoces, Kent encabezaba esa embotelladoraa australiana y su papel en la transacción dejó sospechas. “Se trata de cosas que no debieran pasarse por alto en la era post Enron”, sostiene James Berman, de JBGlobal, un fondo especulativo que administra US$ 28.000 millones y tiene a Coca-Cola entre los principales componentes de cartera. En otro plano, algunos expertos sectoriales temen que, si Kent fracasa, se habrá acabado la posibilidad de substituirlo desde adentro.

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