Ciberhogar y nuevos mercados

El hogar del futuro abre oportunidades de oro a la informática, las telecomunicaciones y el negocio del entretenimiento digital.

15 junio, 2000

El aspecto de las viviendas en tiempos futuros es un tema que supo inspirar a generaciones de escritores de ciencia ficción y dibujantes, quienes al verse libres de las limitaciones que imponen las tecnologías actuales, siempre dan rienda suelta a la imaginación.

Ahora es la infotecnología la que se anima a soñar, pero su visión del futuro no brota de utópicas fantasías sino de las posibilidades comerciales de productos digitales que, aunque en forma embrionaria, ya existen hoy.

En muy poco tiempo, toda casa estándar que se construya podría llegar a alojar más de 50 microcontroladores, esos chips que permiten programar un microondas o el sistema de calefacción central.

Habrá una computadora que controle todos los programas de automatización de tareas y la red interna de aparatos electrónicos.

La tecnología digital ya está en condiciones de invadir la sala de estar.

El compacto digital (CD) volvió obsoletos al disco y al casete, y el videodisco digital (DVD) estándar amenaza con desplazar al videocasete.

Radios y televisores serán las próximas víctimas de la digitalización.

En algunos países ya funcionan programas piloto de difusión radial digital. Y la televisión digital no está lejos.

Todo esto podría ser maná del cielo para la industria electrónica cuando los consumidores corran a reemplazar por sistemas digitales sus radios, caseteras y televisores análogos, o sientan la necesidad de comprar productos nuevos, aparatos informáticos que todavía no existen.

El negocio de la informática no quiere quedar fuera de este florecimiento digital, pues, hasta ahora, su participación en el mercado de productos de consumo general ha sido sumamente modesta.

Los analistas creen que antes de que una PC se vuelva importante en el hogar como producto independiente, y no como una especie de sustituto de la que está en la oficina, habrá que prestar atención a varios temas.

Uno de ellos es el precio. Hasta ahora es un aparato bastante más caro de lo que el consumidor medio está dispuesto a pagar por un entretenimiento.

Además, es un aparato complejo, bastante difícil de configurar y manejar.

Con respecto al precio, hace ya tiempo que las principales marcas de PC presentaron modelos cuyo precio es inferior a US$ 1000, cifra considerada como una especie de barrera psicológica para los consumidores.

Simultáneamente, la industria se embarcó en un profundo rediseño de la PC para que pueda encontrar su sitio en el hogar digital del futuro.

El WebTV, creado por WebTV Networks (ahora una subsidiaria de Microsoft) fue un primer intento de lograr un producto con esas características, pero en general no fue bien recibido por los consumidores.

Las críticas fueron varias: que demoraba mucho para pasar de navegador de la Web a televisor; que no se podían leer bien las páginas Web en la pantalla, que la calidad de la imagen era inferior a la de un monitor de PC.

La combinación de televisión y navegación de Internet no ha sido hasta ahora tecnológicamente robusta, pero el potencial de la mezcla es enorme.

Hace ya varios años que Philips desarrolla un producto que da rienda suelta a los ingenieros para soñar con productos que los consumidores podrían usar en 10 años.

Sus últimas ideas suponen que la tecnología será menos incómoda si se la integra a las paredes y a los muebles, por ejemplo.

Los únicos objetos expuestos serán las interfaces de control, que podrían convertirse en íconos o pequeñas esculturas. La cocina podría estar equipada con un chef virtual y un tacho inteligente de basura.

Compaq sueña, para la cocina, con un aparato que se monte en la pared para manejar e-mail, videoconferencia y comercio electrónico en la Internet.

También tiene otras ideas: un aparatito similar a un teléfono celular que maneje correo electrónico, faxes y obtenga información de la Internet.

Por otro lado están los críticos que afirman que la industria de las PC no entiende el nuevo mercado, y que sus productos, más que entusiasmo, van a provocar frustración en los consumidores.

Los críticos afirman que la famosa costumbre de la industria de recurrir permanentemente a la actualización (upgrade) de los productos no va a ser tolerada por los consumidores.

Algunos optimistas calculan que para el año 2005 habrá en los hogares casi 100 millones de aparatos que sin ser PC tendrán acceso a Internet.

La infotecnología ve al ciberhogar como una oportunidad de oro para ampliar su llegada a nuevos mercados.

Sin embargo, la última palabra la tendrá el consumidor, que será quien decide cuáles productos digitales enriquecen su vida u cuáles quedarán juntando polvo en los estantes de los comercios.

El aspecto de las viviendas en tiempos futuros es un tema que supo inspirar a generaciones de escritores de ciencia ficción y dibujantes, quienes al verse libres de las limitaciones que imponen las tecnologías actuales, siempre dan rienda suelta a la imaginación.

Ahora es la infotecnología la que se anima a soñar, pero su visión del futuro no brota de utópicas fantasías sino de las posibilidades comerciales de productos digitales que, aunque en forma embrionaria, ya existen hoy.

En muy poco tiempo, toda casa estándar que se construya podría llegar a alojar más de 50 microcontroladores, esos chips que permiten programar un microondas o el sistema de calefacción central.

Habrá una computadora que controle todos los programas de automatización de tareas y la red interna de aparatos electrónicos.

La tecnología digital ya está en condiciones de invadir la sala de estar.

El compacto digital (CD) volvió obsoletos al disco y al casete, y el videodisco digital (DVD) estándar amenaza con desplazar al videocasete.

Radios y televisores serán las próximas víctimas de la digitalización.

En algunos países ya funcionan programas piloto de difusión radial digital. Y la televisión digital no está lejos.

Todo esto podría ser maná del cielo para la industria electrónica cuando los consumidores corran a reemplazar por sistemas digitales sus radios, caseteras y televisores análogos, o sientan la necesidad de comprar productos nuevos, aparatos informáticos que todavía no existen.

El negocio de la informática no quiere quedar fuera de este florecimiento digital, pues, hasta ahora, su participación en el mercado de productos de consumo general ha sido sumamente modesta.

Los analistas creen que antes de que una PC se vuelva importante en el hogar como producto independiente, y no como una especie de sustituto de la que está en la oficina, habrá que prestar atención a varios temas.

Uno de ellos es el precio. Hasta ahora es un aparato bastante más caro de lo que el consumidor medio está dispuesto a pagar por un entretenimiento.

Además, es un aparato complejo, bastante difícil de configurar y manejar.

Con respecto al precio, hace ya tiempo que las principales marcas de PC presentaron modelos cuyo precio es inferior a US$ 1000, cifra considerada como una especie de barrera psicológica para los consumidores.

Simultáneamente, la industria se embarcó en un profundo rediseño de la PC para que pueda encontrar su sitio en el hogar digital del futuro.

El WebTV, creado por WebTV Networks (ahora una subsidiaria de Microsoft) fue un primer intento de lograr un producto con esas características, pero en general no fue bien recibido por los consumidores.

Las críticas fueron varias: que demoraba mucho para pasar de navegador de la Web a televisor; que no se podían leer bien las páginas Web en la pantalla, que la calidad de la imagen era inferior a la de un monitor de PC.

La combinación de televisión y navegación de Internet no ha sido hasta ahora tecnológicamente robusta, pero el potencial de la mezcla es enorme.

Hace ya varios años que Philips desarrolla un producto que da rienda suelta a los ingenieros para soñar con productos que los consumidores podrían usar en 10 años.

Sus últimas ideas suponen que la tecnología será menos incómoda si se la integra a las paredes y a los muebles, por ejemplo.

Los únicos objetos expuestos serán las interfaces de control, que podrían convertirse en íconos o pequeñas esculturas. La cocina podría estar equipada con un chef virtual y un tacho inteligente de basura.

Compaq sueña, para la cocina, con un aparato que se monte en la pared para manejar e-mail, videoconferencia y comercio electrónico en la Internet.

También tiene otras ideas: un aparatito similar a un teléfono celular que maneje correo electrónico, faxes y obtenga información de la Internet.

Por otro lado están los críticos que afirman que la industria de las PC no entiende el nuevo mercado, y que sus productos, más que entusiasmo, van a provocar frustración en los consumidores.

Los críticos afirman que la famosa costumbre de la industria de recurrir permanentemente a la actualización (upgrade) de los productos no va a ser tolerada por los consumidores.

Algunos optimistas calculan que para el año 2005 habrá en los hogares casi 100 millones de aparatos que sin ser PC tendrán acceso a Internet.

La infotecnología ve al ciberhogar como una oportunidad de oro para ampliar su llegada a nuevos mercados.

Sin embargo, la última palabra la tendrá el consumidor, que será quien decide cuáles productos digitales enriquecen su vida u cuáles quedarán juntando polvo en los estantes de los comercios.

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