Carteles publicitarios: medir o no medir

En círculos publicitarios, los sistemas de cámara oculta en carteles callejeros significan una bienvenida respuesta al viejo problema de medir cuánto público los mira. Pero podrían generar otro más serio: la queja de la gente.

2 junio, 2008

<p>Hoy todo aquel que se precie de hacer las cosas bien en publicidad debe poder mostrar que puede medir casi todo: cu&aacute;nta gente ve un aviso determinado, cu&aacute;ndo lo ve, qui&eacute;nes son, etc. Todo eso es f&aacute;cil en Internet, y cada vez se est&aacute; haciendo m&aacute;s f&aacute;cil en televisi&oacute;n y en medios gr&aacute;ficos. </p>
<p>Sin embargo, los carteles en v&iacute;a p&uacute;blica son harina de otro costal. Ese canal sigue siendo una especie de reliquia del mundo de los viejos medios, y lo m&aacute;s que se puede adivinar sobre cu&aacute;nta gente los mira proviene de registros de tr&aacute;nsito o informaci&oacute;n sobre circulaci&oacute;n en autopistas, ninguno de los cuales puede garantizar que la gente que pas&oacute; estuviera realmente mirando el cartel, o que sean las personas a las que se busca llegar.</p>
<p>Sin embargo, ya hay algunos emprendimientos que introducen tecnolog&iacute;a para resolver el problema. Est&aacute;n equipando los carteles con c&aacute;maras diminutas que juntan informaci&oacute;n sobre la gente que pasa delante: g&eacute;nero, edad aproximada y cu&aacute;nto tiempo se quedan mirando el cartel. Esos detalles son luego transmitidos a una base de datos central. </p>
<p>Detr&aacute;s de esta tecnolog&iacute;a hay peque&ntilde;as <em>start-up</em> que, dicen, no est&aacute;n almacenando las im&aacute;genes de los transe&uacute;ntes, de manera de no generar preocupaciones sobre privacidad. Las c&aacute;maras usan software para determinar cuando una persona est&aacute; detenida frente a un cartel, luego registra rasgos faciales (como altura de la mand&iacute;bula y la distancia entre nariz y ment&oacute;n) para juzgar su sexo y su edad. Hasta ahora, no est&aacute;n usando la raza como par&aacute;metro, pero dicen que pronto podr&aacute;n hacerlo. </p>
<p>El objetivo es, seg&uacute;n ellas, poder llegar a adaptar lo que muestra la imagen a la persona que se para delante. Mostrar, por ejemplo, un aviso a una mujer blanca de mediana edad y otro diferente a un adolescente asi&aacute;tico. <br />
Falta conocer la actitud que adoptar&aacute;n las ONG que se ocupan de vigilar temas relacionados con privacidad. </p>
<p>Hasta ahora, la pr&aacute;ctica de vigilar los carteles es demasiado nueva y m&iacute;nima para generar mucha oposici&oacute;n. Pero la colocaci&oacute;n de c&aacute;maras disimuladas en lugares p&uacute;blicos ha dado lugar a mucha controversia, al menos en Londres y Manhattan, donde se las usaron para detectar terroristas.</p>
<p>Aunque ya la gente se ha acostumbrado a que haya c&aacute;maras en bancos, tiendas y edificios de oficinas, su presencia adopta una significaci&oacute;n diferente cuando lo que se busca es vender productos m&aacute;s que prevenir el crimen. De modo que si bien la tecnolog&iacute;a para carteleras puede resolver un problema para los anunciantes, tambi&eacute;n puede tropezar con temas de aceptaci&oacute;n del p&uacute;blico. </p>
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