Carrefour: vuela un presidente y entra otro con menos poder

Daniel Bernard renunció como presidente y director ejecutivo del grupo francés. Cayó víctima de un sacudón en la cúpula de la segunda cadena minorista mundial, cuyo control sigue siendo familiar. Lo reemplaza un viejo rival belga.

4 febrero, 2005

Bernard condujo la empresa durante doce años. Lo substituye un enemigo personal, Luc Vendevelde. Pero éste será sólo presidente de la nueva junta supervisora, no ya CEO. El sucesor de Bernard fue otrora director gerente de la cadena británica Marks & Spencer.

La dimisión deriva de meses de tensas negociaciones entre Bernard –un autoritario remiso a admitir errores- y el accionista principal, el clan Halley. Éste venía exigiendo cambios profundos en el management, a la luz del pobre desempeño de Carrefour en su propio mercado. Los Halley (familia de donde provenía Guillaume “Bill”, astro roquero francés de hace cuarenta años) tienen 13% del paquete y ya no soportaban más a Bernard, a quien responsabilizan por la caída de sus acciones en la bolsa de París.

El ex “patron” también ha sido criticado durante años por el mal desempeño de los “hipermercados” en Francia, que representan 25% de las ventas y 34% de las utilidades. No obstante, expertos en la materia sostienen que su experiencia lo hacía invalorable, pues fue clave en la expansión internacional del grupo. Pero, según señalan analistas británicos, “las cadenas minoristas dominadas por familias terminan casi siempre provocando estas crisis, máxime si el CEO no pariente, por mejor que sea su gestión”.

También renunció Joël Saveuse, director de operaciones europeas y firme aliado de Bernard. Carrefour ha divido la cúpula. Por un lado, el flamenco Vandevelde. Por el otro, el español José Luis Durán –hasta ahora director financiero-, a cargo de la junta directiva. Las relaciones entre Bernard-Saveuse y Vandevelde-Durán nunca fueron buenas. Ambos aparecieron hace menos de un año, promovidos por los Halley.

Poco después, empezaba la guerra civil. Tres de los clanes fundadores de Carrefour (eran cuatro, por eso el nombre, que significa “cuadrado”) se negaron a renovar un pacto entre los accionistas y Bernard, en protesta por su manejo de la compañía.

En cuanto a Vandevelde, ve su retorno a Carrefour como oportunidad de rescatar su propia reputación, El belga había perdido la batalla con Bernard por la conducción del grupo, luego de su fusión con Promodès, en 1999. En ese momento, abandonó la firma rumbo a M&S, donde su gestión empezó bien –estabilizando una delicada situación financiera-, pero terminó cuando los ingresos tornaron a aflojar.

Bernard condujo la empresa durante doce años. Lo substituye un enemigo personal, Luc Vendevelde. Pero éste será sólo presidente de la nueva junta supervisora, no ya CEO. El sucesor de Bernard fue otrora director gerente de la cadena británica Marks & Spencer.

La dimisión deriva de meses de tensas negociaciones entre Bernard –un autoritario remiso a admitir errores- y el accionista principal, el clan Halley. Éste venía exigiendo cambios profundos en el management, a la luz del pobre desempeño de Carrefour en su propio mercado. Los Halley (familia de donde provenía Guillaume “Bill”, astro roquero francés de hace cuarenta años) tienen 13% del paquete y ya no soportaban más a Bernard, a quien responsabilizan por la caída de sus acciones en la bolsa de París.

El ex “patron” también ha sido criticado durante años por el mal desempeño de los “hipermercados” en Francia, que representan 25% de las ventas y 34% de las utilidades. No obstante, expertos en la materia sostienen que su experiencia lo hacía invalorable, pues fue clave en la expansión internacional del grupo. Pero, según señalan analistas británicos, “las cadenas minoristas dominadas por familias terminan casi siempre provocando estas crisis, máxime si el CEO no pariente, por mejor que sea su gestión”.

También renunció Joël Saveuse, director de operaciones europeas y firme aliado de Bernard. Carrefour ha divido la cúpula. Por un lado, el flamenco Vandevelde. Por el otro, el español José Luis Durán –hasta ahora director financiero-, a cargo de la junta directiva. Las relaciones entre Bernard-Saveuse y Vandevelde-Durán nunca fueron buenas. Ambos aparecieron hace menos de un año, promovidos por los Halley.

Poco después, empezaba la guerra civil. Tres de los clanes fundadores de Carrefour (eran cuatro, por eso el nombre, que significa “cuadrado”) se negaron a renovar un pacto entre los accionistas y Bernard, en protesta por su manejo de la compañía.

En cuanto a Vandevelde, ve su retorno a Carrefour como oportunidad de rescatar su propia reputación, El belga había perdido la batalla con Bernard por la conducción del grupo, luego de su fusión con Promodès, en 1999. En ese momento, abandonó la firma rumbo a M&S, donde su gestión empezó bien –estabilizando una delicada situación financiera-, pero terminó cuando los ingresos tornaron a aflojar.

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