BP culpa a ejecutivos por la tragedia en una refinería tejana

Cuatro de los seis jerárquicos estadounidenses debieran ser despedidos. Así sostiene un informe interno acerca de la explosión en una refinería, que costó quince muertos y cientos de heridos en 2005. Se divulga recién ahora por orden judicial.

3 mayo, 2007

El estudio, que no fue publicado de buen grado por British Petroleum, revela también que John Manzoni, director global de refinería y marketing, “no prestó atención a una serie de graves señales” en las instalaciones de Texas city. Ahora el directorio debe resolver si Manzoni, segundo en jerarquía entre los ejecutivos, debe ser multado amén de despedido. El ahora ex presidente ejecutivo, John Browne, estaba implicado sólo en el bloqueo del informe.

“La conducción de la empresa era responsable última de asegurarse sobre el cumplimiento de medidas apropiadas en cuanto a seguridad en su mayor refinería estadounidense”. Así señala, en la presentación del trabajo, Wilhelm Bonse-Geuking, vicepresidente de la división refinadora, a cargo de las investigaciones. Algunos se preguntan por qué el alemán no hizo nada para divulgar el texto.

En realidad, BP trató por todos los medios de obstruir la circulación del trabajo, originado en la explosión acaecida en marzo de 2005. British Petroleum, con sede en Londres, es la segunda petrolera de la Unión Europea. Hace un tiempo, descargó de libros más de US$ 1.600 millones para financiar unas tres mil demanda relacionada con el desastre. Hasta el momento, logró acuerdos extrajudiciales en 1.350 causas, inclusive las referentes a las quince víctimas fatales.

“Ni mal mantenimiento ni problemas en la cadena de mandos fueron causales directas”, apunta el informe Bonse-Geuking. “Sí lo fueron deficientes ideas sobre seguridad, proclividad a ignorar riesgos, tolerancia a errores e incompetencia generalizada”.

El estudio, que no fue publicado de buen grado por British Petroleum, revela también que John Manzoni, director global de refinería y marketing, “no prestó atención a una serie de graves señales” en las instalaciones de Texas city. Ahora el directorio debe resolver si Manzoni, segundo en jerarquía entre los ejecutivos, debe ser multado amén de despedido. El ahora ex presidente ejecutivo, John Browne, estaba implicado sólo en el bloqueo del informe.

“La conducción de la empresa era responsable última de asegurarse sobre el cumplimiento de medidas apropiadas en cuanto a seguridad en su mayor refinería estadounidense”. Así señala, en la presentación del trabajo, Wilhelm Bonse-Geuking, vicepresidente de la división refinadora, a cargo de las investigaciones. Algunos se preguntan por qué el alemán no hizo nada para divulgar el texto.

En realidad, BP trató por todos los medios de obstruir la circulación del trabajo, originado en la explosión acaecida en marzo de 2005. British Petroleum, con sede en Londres, es la segunda petrolera de la Unión Europea. Hace un tiempo, descargó de libros más de US$ 1.600 millones para financiar unas tres mil demanda relacionada con el desastre. Hasta el momento, logró acuerdos extrajudiciales en 1.350 causas, inclusive las referentes a las quince víctimas fatales.

“Ni mal mantenimiento ni problemas en la cadena de mandos fueron causales directas”, apunta el informe Bonse-Geuking. “Sí lo fueron deficientes ideas sobre seguridad, proclividad a ignorar riesgos, tolerancia a errores e incompetencia generalizada”.

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