Aunque lejana, la sucesión en Microsoft ya tiene un delfín

Quien aspire algún día a llegar a la cima de Microsoft tendrá que vérselas con dos de los intelectos más formidables del mundo empresarial norteamericano: Bill Gates y su cofundador, Steven Ballmer, director ejecutivo. Pero ya circula un nombre.

26 mayo, 2005

Eric Rudder, vicepresidente senior, demostró capacidad para eso apenas
entró a Microsoft. En 1992, cuando Rudder (que significa, curiosamente,
timón) tenía apenas 25 años, tuvo una fuerte confrontación
con Gates sobre un tema técnico que ya no importa sobre el sistema operativo.
Pero en aquel momento le dijo a Bill que estaba totalmente equivocado y le explicó
por qué. Y lo más notable es que Gates, después de escucharlo,
le dio la razón.

Todavía no hay heredero visible en Microsoft. Gates y Ballmer sólo
tienen 49 años y ninguno ha dado a entender que piense todavía hacerse
a un lado. Pero al poner a Rudder, hoy 38, al frente de la poderosa unidad de
productos para servidores de empresas, lo destacan como probable candidato para
la próxima generación de líderes.

La división servidores que dirige Rudder tuvo un crecimiento entre 15%
y 20% anual durante los últimos años y registró ventas anuales
de hasta US$ 10.000 millones. Se ha convertido en el tercer negocio de Microsoft
al crecer el doble que la división desktop. De modo que se ha convertido
en el primer ganador en la estrategia de Microsoft de apartarse del negocio desktop.
Porque en realidad, Microsoft se está alejando de su tradición insular,
concentrado enteramente en vender productos de software.

Microsoft sigue siendo, primero y principal, una empresa de tecnología,
pero ahora una que está mucho más abierta a “outsiders”;
y el grupo de Rudder, en muchos sentidos, abrió el camino. Acerca clientes
corporativos para ayudar en el diseño de productos. Ahora la compañía
envía regularmente técnicos a las empresas para ver cómo
usan la tecnología y qué es lo que necesitan.

En la unidad de Rudder miles de ingenieros y gerentes de productos crearon blogs
en los últimos dos años para explicar lo que está haciendo
Microsoft y recoger opiniones y críticas de clientes y programadores de
fuera de la compañía.

“Para nosotros es un cambio cultural enorme”, dice Simon Witts, un vicepresidente
con 14 años en Microsoft. Para pasar más tiempo él mismo
con los clientes, Rudder decidió el mudarse a París por un año
con toda su familia. Necesitaba, decía, ver las cosas a través de
los ojos de los equipos de ventas y sus clientes corporativos. Viajó a
docenas de países en Europa, Medio Oriente y África.

En 1997, Gates lo eligió como su asistente técnico, señal
que muchos interpretaron como que comenzaba a prepararlo. Se desempeñó
en ese cargo hasta 2001, mucho más que cualquier antecesor. Luego se lo
puso a cargo del negocio de herramientas de software, de gran importancia estratégica
en un momento en que los desarrolladores, en masa, elegían java como herramienta
de programación para la era de Internet de comunicación abierta.
Rudder mantuvo el control del negocio de herramientas cuando se hizo cargo de
la división servidores en 2003. Hoy, la herramienta alternativa de programación
que tiene Microsoft — .Net – cerró la brecha que la separaba del entorno
de programación Java.

Probablemente, el futuro de Rudder en Microsoft dependa de cómo le va a
la compañía en su desafío al software de fuente abierta,
que se distribuye gratuitamente y es mejorado por redes cooperativas de programadores.
Windows y Linux anduvieron bien últimamente porque ambos sistemas corren
en máquinas que usan microprocesadores baratos de la industria de la computación
personal y porque las empresas están adoptando esos servidores para recortar
costos.

Pero Linux implica un peligro a largo plazo para Microsoft. En la mayoría
de los mercados, Microsoft adoptó una estrategia de gran volumen y bajo
costo. Sin embargo, el software de fuente abierta es un fenómeno que surgió
de abajo, un competidor muy diferente para Microsoft. Rudder es de los que sostienen
que el software “gratis” no es para nada gratuito, una vez que se incluyen
costos de mantenimiento y apoyo. Destaca, en cambio, en vasto “ecosistema”
de millones de programadores que tiene Microsoft en todo el mundo y los cientos
de miles de empresas que usan productos y herramientas Microsoft.

Eric Rudder, vicepresidente senior, demostró capacidad para eso apenas
entró a Microsoft. En 1992, cuando Rudder (que significa, curiosamente,
timón) tenía apenas 25 años, tuvo una fuerte confrontación
con Gates sobre un tema técnico que ya no importa sobre el sistema operativo.
Pero en aquel momento le dijo a Bill que estaba totalmente equivocado y le explicó
por qué. Y lo más notable es que Gates, después de escucharlo,
le dio la razón.

Todavía no hay heredero visible en Microsoft. Gates y Ballmer sólo
tienen 49 años y ninguno ha dado a entender que piense todavía hacerse
a un lado. Pero al poner a Rudder, hoy 38, al frente de la poderosa unidad de
productos para servidores de empresas, lo destacan como probable candidato para
la próxima generación de líderes.

La división servidores que dirige Rudder tuvo un crecimiento entre 15%
y 20% anual durante los últimos años y registró ventas anuales
de hasta US$ 10.000 millones. Se ha convertido en el tercer negocio de Microsoft
al crecer el doble que la división desktop. De modo que se ha convertido
en el primer ganador en la estrategia de Microsoft de apartarse del negocio desktop.
Porque en realidad, Microsoft se está alejando de su tradición insular,
concentrado enteramente en vender productos de software.

Microsoft sigue siendo, primero y principal, una empresa de tecnología,
pero ahora una que está mucho más abierta a “outsiders”;
y el grupo de Rudder, en muchos sentidos, abrió el camino. Acerca clientes
corporativos para ayudar en el diseño de productos. Ahora la compañía
envía regularmente técnicos a las empresas para ver cómo
usan la tecnología y qué es lo que necesitan.

En la unidad de Rudder miles de ingenieros y gerentes de productos crearon blogs
en los últimos dos años para explicar lo que está haciendo
Microsoft y recoger opiniones y críticas de clientes y programadores de
fuera de la compañía.

“Para nosotros es un cambio cultural enorme”, dice Simon Witts, un vicepresidente
con 14 años en Microsoft. Para pasar más tiempo él mismo
con los clientes, Rudder decidió el mudarse a París por un año
con toda su familia. Necesitaba, decía, ver las cosas a través de
los ojos de los equipos de ventas y sus clientes corporativos. Viajó a
docenas de países en Europa, Medio Oriente y África.

En 1997, Gates lo eligió como su asistente técnico, señal
que muchos interpretaron como que comenzaba a prepararlo. Se desempeñó
en ese cargo hasta 2001, mucho más que cualquier antecesor. Luego se lo
puso a cargo del negocio de herramientas de software, de gran importancia estratégica
en un momento en que los desarrolladores, en masa, elegían java como herramienta
de programación para la era de Internet de comunicación abierta.
Rudder mantuvo el control del negocio de herramientas cuando se hizo cargo de
la división servidores en 2003. Hoy, la herramienta alternativa de programación
que tiene Microsoft — .Net – cerró la brecha que la separaba del entorno
de programación Java.

Probablemente, el futuro de Rudder en Microsoft dependa de cómo le va a
la compañía en su desafío al software de fuente abierta,
que se distribuye gratuitamente y es mejorado por redes cooperativas de programadores.
Windows y Linux anduvieron bien últimamente porque ambos sistemas corren
en máquinas que usan microprocesadores baratos de la industria de la computación
personal y porque las empresas están adoptando esos servidores para recortar
costos.

Pero Linux implica un peligro a largo plazo para Microsoft. En la mayoría
de los mercados, Microsoft adoptó una estrategia de gran volumen y bajo
costo. Sin embargo, el software de fuente abierta es un fenómeno que surgió
de abajo, un competidor muy diferente para Microsoft. Rudder es de los que sostienen
que el software “gratis” no es para nada gratuito, una vez que se incluyen
costos de mantenimiento y apoyo. Destaca, en cambio, en vasto “ecosistema”
de millones de programadores que tiene Microsoft en todo el mundo y los cientos
de miles de empresas que usan productos y herramientas Microsoft.

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