Aprovechar talento allí donde esté

Las tecnologías de Internet están facilitando y abaratando cada vez más el proceso de integrar y manejar el trabajo de personas ajenas a la empresa, y ese desarrollo abre muchas puertas a los gerentes de funciones empresariales.

10 enero, 2008

A medida que va aumentando el nivel de complejidad del trabajo que tiene lugar interactivamente en la web y que aparecen nuevas herramientas de colaboración y comunicación, las empresas pueden tercerizar cada vez más los aspectos especializados de su trabajo y todavía mantener coherencia organizacional. Así como la tecnología les permite descentralizar la innovación a través de redes con clientes, también les permite delegar más trabajo en especialistas o redes de talento.

Las mejores cabezas para realizar todo tipo de actividades – desde finanzas hasta marketing pasando por operaciones de TI) – se pueden encontrar en cualquier parte. La mejor persona para una tarea puede ser un trabajador independiente en India o un empleado de una pequeña empresas en Italia en lugar de alguien que trabaja para un proveedor de servicios empresariales. Las tecnologías de Internet están facilitando y abaratando cada vez más el proceso de integrar y manejar el trabajo de personas ajenas a la empresa, y ese desarrollo abre muchas puertas a los gerentes de funciones empresariales.

Las implicancias de derivar más trabajo a los colaboradores externos son interesantes. En primer lugar, podrían aparecer nuevos modelos de utilización de talento. TopCoder, una empresa que ha creado una red de desarrolladores de software, puede representar uno de esos modelos. TopCoder da a todas las organizaciones que quieren un software especialmente desarrollado para sus necesidades, acceso a su banco de talento. Los clientes explican el tipo de software que quieren y ofrecen premios a quienes hagan el mejor trabajo—un método que cuesta menos que emplear ingenieros experimentados. Además, los cambios en la naturaleza de las relaciones de trabajo podrían llegar a nuevos modelos de precios que cambiarán los planes de pago. La remuneración, más que tiempo y materiales, se haría en base a resultados.

Esta tendencia debería cobrar impulso en sectores como software, servicios de salud, servicios profesionales y bienes raíces, donde las compañías pueden fácilmente segmentar el trabajo en tareas separadas para contratistas independientes y luego ensamblarlo. A medida que las empresas se mueven en esa dirección, deberán comprender más cabalmente el valor de su capital humano y administrar adecuadamente las diferentes clases de contribuyentes. También deberán crear capacidades para contratar talento internacional o contratar a quienes se especialicen en brindar esos servicios. La ventaja competitiva será de las empresas que dominen el arte de diseminar tareas y luego ensamblarlas.

A medida que va aumentando el nivel de complejidad del trabajo que tiene lugar interactivamente en la web y que aparecen nuevas herramientas de colaboración y comunicación, las empresas pueden tercerizar cada vez más los aspectos especializados de su trabajo y todavía mantener coherencia organizacional. Así como la tecnología les permite descentralizar la innovación a través de redes con clientes, también les permite delegar más trabajo en especialistas o redes de talento.

Las mejores cabezas para realizar todo tipo de actividades – desde finanzas hasta marketing pasando por operaciones de TI) – se pueden encontrar en cualquier parte. La mejor persona para una tarea puede ser un trabajador independiente en India o un empleado de una pequeña empresas en Italia en lugar de alguien que trabaja para un proveedor de servicios empresariales. Las tecnologías de Internet están facilitando y abaratando cada vez más el proceso de integrar y manejar el trabajo de personas ajenas a la empresa, y ese desarrollo abre muchas puertas a los gerentes de funciones empresariales.

Las implicancias de derivar más trabajo a los colaboradores externos son interesantes. En primer lugar, podrían aparecer nuevos modelos de utilización de talento. TopCoder, una empresa que ha creado una red de desarrolladores de software, puede representar uno de esos modelos. TopCoder da a todas las organizaciones que quieren un software especialmente desarrollado para sus necesidades, acceso a su banco de talento. Los clientes explican el tipo de software que quieren y ofrecen premios a quienes hagan el mejor trabajo—un método que cuesta menos que emplear ingenieros experimentados. Además, los cambios en la naturaleza de las relaciones de trabajo podrían llegar a nuevos modelos de precios que cambiarán los planes de pago. La remuneración, más que tiempo y materiales, se haría en base a resultados.

Esta tendencia debería cobrar impulso en sectores como software, servicios de salud, servicios profesionales y bienes raíces, donde las compañías pueden fácilmente segmentar el trabajo en tareas separadas para contratistas independientes y luego ensamblarlo. A medida que las empresas se mueven en esa dirección, deberán comprender más cabalmente el valor de su capital humano y administrar adecuadamente las diferentes clases de contribuyentes. También deberán crear capacidades para contratar talento internacional o contratar a quienes se especialicen en brindar esos servicios. La ventaja competitiva será de las empresas que dominen el arte de diseminar tareas y luego ensamblarlas.

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