6 tácticas para apaciguar a los accionistas

Los accionistas tienen muchas formas de presionar al CEO con exigencias pero los ceo también tienen varias maneras de esquivar esas amenazas.

17 marzo, 2015

Las formas que tiene a disposición el director ejecutivo para tratar de defenderse de los reclamos tienen que ver con manejar bien la compañía, tener una estrategia clara, optimizar oportunidades, cuidar los resultados financieros y ser capaz de pensar como accionista. ¿Pero qué pasa cuando hay un activista entre esos accionistas y esa persona está ganando adeptos en contra suya? ¿Qué debe hacer un CEO en esos casos’

 

Los expertos aportan seis consejos:

 

Ser profesional en todo momento. Aun cuando se las deben ver con un accionista activista, los expertos instan a los CEO a manejarse con ecuanimidad. El diálogo con el accionista debe ser siempre honesto y constructivo, y si ese accionista propone una buena idea, será mejor aceptarla con entusiasmo.

Crear un “gabinete de guerra”. Un equipo que entienda las estrategias de ataque del activista, evalúe las debilidades especiales de la compañía y prepare un plan de respuesta.

No depender del beneficio de la duda. Ya no se le da más al management el beneficio de la duda. Tanto el directorio como el CEO deben explicar por qué es necesario impedir que los ataques del activista se convierten en una pelea abierta por el controlde la compañía.

Tener decisión para mantener el control de la situación. Los activistas se mueven con rapidez y dependen de la celeridad para lograr sus objetivos mientras se cuadran contra un CEO aturdido. Esas batallas se ganan con habilidad para reaccionar inmediatamente y atender las preocupaciones de los accionistas.

Elegir mensajes positivos. Cuando el desafío se hace público, dice un asesor de comunicaciones empresariales, al “instinto visceral es ponerse a la defensiva”. Eso no se debe hacer. Lo que hay que hacer es responder como si la compañía estuviera recibiendo recomendaciones para mejorar. Eso sorprende siempre positivamente.

Comunicar internamente. Cuando llega un ataque, los CEO deberían mostrarse especialmente abiertos, disponibles para todos y comunicativos. Se los debe ser en funcionamiento y no deben arrinconarse en su oficina. La organización debe saber no solo lo que está ocurriendo sino qué significa. Todos los miembros del directorio deben estar enterados de la amenaza y de las posibles respuestas.

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