10 cosas que un gerente no debe decir

Los malos gerentes suelen ser muy buenos maestros de management. Muchos años después de haberlos sufrido recordamos sus frases, sus arranques, sus neurosis, todos ejemplos de  lo que no habría que hacer, opina la periodista Liz Ryan en Forbes.

19 marzo, 2014

A veces lleva años reconocer el poder de enseñanza que tuvo la conducta de un jefe que recordamos con desagrado.  Pero todo lo que a uno le queda grabado porque le ha molestado, con el tiempo se convierte en enseñanza porque indica por qué camino no hay que tomar nunca.

No le pago para que piense.

Este es un chiste muy genealizado. En realidad, sí me paga usted para que piense. Podría ser más exacto decir  “no quiero escuchar lo que usted piensa, me hace sentir inseguro cuando la gente es más inteligente que yo”.

Eso suena como un problema personal.

Un mal gerente dice esto cuando no quiere escuchar lo que usted está pensando ni quiere tomarse la molestia de entender lo que se le plantea.

Es trabajo, no se supone que sea divertido.

Interesante teoría. “El trabajo no es interesante pero los empleados lo hacen porque los obligamos”. No parece ir muy bien con la filosofía de la administración del talento. En realidad, se supone que el trabajo debe ser divertido. Todo buen gerente lo sabe. Todo mal gerente tiene dificultades con este concepto.

Usted no es mi único empleado.

Esto significa “No puedo manejar mi trabajo,” pero no es inteligente que usted abra la boca, o al menos hasta que no esté empleado en otra parte.

Lo tomaré como consejo.

Esa es una frase arcaica que solo es usada hoy por gerentes incompetentes que no saben cómo decir  “no entiendo la idea que propone pero no quiero quedar como un idiota diciéndolo.” Si su jefe le dice eso considere muerta la idea, a menos que se la robe como propia.

No me importan cuáles son sus prioridades, esta es su nueva prioridad.

Quien dice esto no entiende que todo el trabajo que usted y sus compañeros hacen está relacionado con todo lo demás.  Quien dice esto ignora que aquello que es empujado hacia un costado nos golpeará más tarde.

Yo no hago las reglas, solo las hago cumplir.

Todo el mundo sabe que los supervisores individuales no hicieron las reglas, pero aun así queremos que emitan una opinión sobre lo que se les propone. Algo así como “me gusta lo que propone y trataré de darle prioridad pero no sé si lo van a aceptar”.         

Si no quiere el puesto, encontraré a alguien que lo quiera.

Esta es una formula agresiva de quien amenaza para mantener a sus empleados en su lugar. La idea es que si usted se queja, pone en peligro su empleo.  Esta es la definición de un management basado en el miedo.

En esta economía, tiene suerte de tener empleo.

Por más que se use mucho, esto no es cierto. La gente inteligente y capaz siempre tiene posibilidades. La vida es demasiado corta para trabajar para gente que es capaz de usar este argumento.

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