lunes, 23 de diciembre de 2024

El sector inmobiliario cierra el año con un 40% más de operaciones que el anterior

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Las medidas implementadas por el gobierno, como el blanqueo de capitales y la reactivación de los créditos hipotecarios fueron fundamentales para dinamizar el mercado inmobiliario durante 2024 alcanzando un 40% más de operaciones.

El año 2024 presentó importantes desafíos para Argentina, marcados por un contexto económico complejo. La alta inflación, las fluctuaciones en el valor del dólar y la transición hacia un nuevo gobierno generaron incertidumbre en todos los sectores. Sin embargo, este escenario de dificultad también abrió la puerta a políticas que buscaron estabilizar la economía y sentar bases sólidas para el crecimiento. Para el sector inmobiliario, particularmente, aspectos como la Ley de alquileres, la introducción de los créditos UBA y la reglamentación del blanqueo de capitales,  han sentado las bases para un año que cerrará con un notable incremento del 40% en el volumen de operaciones en comparación con 2023.

“El 2024 fue un periodo de transformación y recuperación. Entre las medidas de mayor impacto, el blanqueo de capitales se posicionó como un motor clave en el corto plazo, reactivando la inversión en proyectos. Esta Ley incentivó operaciones con montos promedio cercanos a los 140.000 dólares y picos donde el 40% de las transacciones mensuales se realizaron bajo este esquema. Asimismo, los créditos UBA comenzaron a dar frutos tras años de ausencia: el 15% de las operaciones actuales ya se realizan con este financiamiento. Si bien todavía falta una reglamentación robusta y la implementación de las hipotecas divisibles y los créditos para proyectos en pozo, el sector ha mostrado un dinamismo que no se veía desde 2018”, expresó Rodrigo Saldaña, gerente comercial de Oslo Propiedades.

El año dejó importantes beneficios para todos los actores del sector. Los desarrolladores pudieron acceder a un mercado revitalizado, con mayor estabilidad cambiaria y un flujo constante de operaciones. Los inversores, a su vez, encontraron nuevas oportunidades de diversificar su portafolio gracias a las facilidades del blanqueo, y los compradores, por su parte, lograron mejores condiciones de financiamiento y una mayor oferta, facilitando el acceso a viviendas y propiedades que antes parecían inalcanzables.

El impacto de estos cambios fue significativo en todos los niveles. Con un dólar estable y un aumento mensual en las operaciones, el sector recuperó el dinamismo perdido en años anteriores. Además, con el incremento del 40% en el volumen de operaciones respecto al 2023, este año se posiciona como una bisagra clave hacia una nueva etapa de crecimiento. Aunque la implementación de algunas herramientas, como la reglamentación completa de los créditos UVA, sigue siendo necesaria, el avance logrado es innegable.

“El 2024 puede calificarse como un año altamente positivo para el sector inmobiliario, alcanzando cifras no vistas desde 2018. Las expectativas para 2025 son aún más optimistas. Si la economía continúa en su senda de recuperación, el mercado cuenta con las herramientas necesarias para consolidar un despegue definitivo. El fortalecimiento de la confianza, sumado a una mayor estabilidad económica, augura un panorama alentador en términos de inversión, generación de empleo y crecimiento del sector”, agregaron desde Oslo Propiedades.

Un repunte positivo en el sector inmobiliario para 2025 no solo beneficiaría a desarrolladores e inversores, sino que también impactaría en la economía general del país. La construcción es uno de los principales motores de empleo y dinamismo económico, con un efecto multiplicador en otras industrias. Además, la consolidación de un mercado inmobiliario estable fomentaría un acceso más justo a la vivienda, promoviendo un desarrollo urbano más equitativo.

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