El sector inmobiliario argentino muestra signos de estabilidad en el año en curso, impulsado por una inflación más contenida y condiciones de negociación más claras. Esta tendencia se observa tanto en la compraventa de propiedades como en los contratos, en un entorno donde la previsibilidad resulta clave para el desarrollo de la actividad.
Hugo Koifman, CEO del Grupo Branson, analizó el panorama actual y destacó la relevancia del sector dentro de la economía nacional. El directivo expresó: “La palabra desafío refleja bien a la Argentina de hoy y siempre”, y agregó que el sector inmobiliario “genera trabajo, movimiento y dinamiza gran parte de la economía”.
En los últimos meses, la baja en la inflación ha favorecido la normalización de operaciones y acuerdos, aunque persisten momentos de incertidumbre que afectan el ánimo de los agentes del sector. Koifman sostuvo: “La inflación más baja nos ha permitido un día a día más previsible y más normal en la negociación de contratos y ventas”.
En relación a los créditos hipotecarios, el CEO remarcó que constituyen “un tema central para toda la sociedad”, y señaló que “se está desarrollando, aunque se vio limitado por la tasa de interés”. Según el ejecutivo, el regreso de estos instrumentos financieros con mayor fuerza podría contribuir al acceso a la vivienda.
Respecto a los costos, Koifman indicó que, si bien “uno siempre aspira a que bajen”, los valores son elevados y requieren adaptación. La reciente disminución en materiales se atribuye al ingreso de productos importados, lo que obligó a la industria local a ajustar precios.
La coyuntura actual, con una inflación más razonable, facilita la contratación y la negociación, elementos que anteriormente se encontraban condicionados por ajustes permanentes.
