Implacable poder del consumidor

Mayor velocidad en los cambios, clientes informados y exigentes y más dificultades para encontrar auténticos diferenciales entre las marcas. ¿Cómo afectan estos “nuevos poderes? ¿Qué puede aportar el conocimiento de este nuevo consumidor para descifrar este contexto desafiante?

11 noviembre, 2010

<p>Por Mariela Mociulsky (*)</p>
<p><img src="../../../../mercado/ro/imagenes/foto_nota_1105_6_1.jpg" alt="" /></p>
<p>Se viven tiempos acelerados, hiperactivos, con recorridos vitales y par&aacute;metros sociales menos precisos que hace algunas d&eacute;cadas. Est&aacute; claro que de este contexto se desprende una de las principales paradojas de nuestro tiempo: la tensi&oacute;n entre la libertad y el <em>empowerment</em> (conferir poder) y la angustia que genera el exceso de opciones disponibles y la falta de certezas (en garantes, instituciones y proyectos). <br />
Los fragmentos &ndash;y a veces la totalidad&ndash; de esta problem&aacute;tica se reflejan constantemente en el plano acad&eacute;mico mediante los trabajos de los autores m&aacute;s rigurosos del an&aacute;lisis social y cultural, en las investigaciones de mercado con consumidores y en nuestra propia experiencia como personas inmersas en determinado contexto. <br />
Existe consenso respecto de que nos encontramos en una etapa compleja del capitalismo en donde &ndash;crisis econ&oacute;mica global y auge de la ecolog&iacute;a mediante&ndash; las mismas bases del consumo y producci&oacute;n de bienes est&aacute;n siendo puestas en cuesti&oacute;n. As&iacute; la teor&iacute;a y la pr&aacute;ctica nos se&ntilde;alan que se trata de tiempos complejos, que necesitan una decodificaci&oacute;n m&aacute;s precisa para poder navegarlos con solvencia. <br />
Pero a pesar de los actuales cuestionamientos que el consumo pueda originar, es innegable que toda modalidad de consumo es cultural, es decir, simb&oacute;licamente significativa y contextualmente relativa, que responde a un sistema de representaciones compartido entre las personas de ciertos grupos sociales y que mediante el consumo o el rechazo del consumo de categor&iacute;as y marcas, dicho sistema se reproduce o se cuestiona, generando rutas alternativas para la identificaci&oacute;n. <br />
Se&ntilde;ala el c&eacute;lebre antrop&oacute;logo Marshall Sahlins, que la econom&iacute;a es el principal &aacute;mbito de la producci&oacute;n simb&oacute;lica en la cultura occidental y el soci&oacute;logo Zygmunt Bauman refuerza el concepto, argumentando que las filiaciones sociales m&aacute;s o menos heredadas individualmente (tales como la raza, el g&eacute;nero, el lugar de nacimiento, la familia y la clase social), paulatinamente cobran menor importancia en los pa&iacute;ses tecnol&oacute;gica y econ&oacute;micamente avanzados, en favor de nuevos colectivos que cooperen con forjar la identidad. <br />
En este sentido, el consumo es una forma de filiaci&oacute;n y diferenciaci&oacute;n, de decir qui&eacute;n soy y qui&eacute;n seguro no quiero ser, que coopera &ndash;entre otras&ndash; en la construcci&oacute;n de la propia identidad, afirm&aacute;ndola y defini&eacute;ndola, acercando ciertas certezas y alejando algunos fantasmas. Y aqu&iacute; es donde el tema se torna complejo, porque con el trasfondo de este contexto social y cultural descripto y que es claramente diferente al de otras &eacute;pocas, encontramos a un consumidor en consecuencia: m&aacute;s informado, m&aacute;s sofisticado, m&aacute;s infiel, m&aacute;s voluble, con m&aacute;s poder, m&aacute;s exigente y tambi&eacute;n m&aacute;s saturado, m&aacute;s impaciente y m&aacute;s esc&eacute;ptico respecto de las propuestas y promesas del mercado.</p>
<p><strong>Una demanda a medida</strong><br />
Un mercado que a su vez pas&oacute; de generar una oferta activa y en serie en base a las intuiciones e innovaciones de los grandes creadores y pioneros industriales (de procesos de producci&oacute;n, de formatos de comunicaci&oacute;n, de promesas, contenidos y valores en el nacimiento del marketing y el manejo de las marcas), a tener actualmente que escuchar cada vez m&aacute;s de cerca y con nuevas metodolog&iacute;as, a este consumidor que construye pr&aacute;cticamente una demanda a medida. <br />
Un consumidor que &ndash;sin olvidar las variaciones y declinaciones propias de la edad, el sexo y el nivel socioecon&oacute;mico&ndash; en mayor o menor medida exige, critica, jerarquiza y publica sus opiniones, genera contenidos a favor y en contra de las marcas (ampliando su influencia gracias al acceso a la tecnolog&iacute;a y la difusi&oacute;n de las redes sociales) y que finalmente compra y consume, pidi&eacute;ndole a las marcas lo mejor de todos los mundos que conoce.<br />
Una demanda autocentrada en requisitos, valores, funcionalidades e imaginarios que toma rasgos no ya predominantes de la categor&iacute;a o la competencia, sino de otras categor&iacute;as y ampl&iacute;a as&iacute; exponencialmente el set competitivo y el marco de expectativas, generando un verdadero desaf&iacute;o para las marcas y para las disciplinas que ayudan a la comprensi&oacute;n de los mercados y los consumidores. <br />
En esta nueva habilidad de &ldquo;hibridizar&rdquo;, potenciar e integrar como demanda lo mejor de todos los mundos que conoce, esta exigencia de integrar rasgos con todo o gran parte de lo bueno que conoce, radica el nuevo &ldquo;poder&rdquo; del consumidor, que nos obliga a interpelarlo y estudiarlo de forma innovadora.<br />
El consumidor hoy espera lo mejor de todos los mundos que conoce, la oferta avanza proponiendo beneficios de una categor&iacute;a, en otras. Este juego entre la oferta y la demanda va haciendo cada vez m&aacute;s h&iacute;bridas las categor&iacute;as y colaborando en estirar y desdibujar sus l&iacute;mites continuamente en pos de ofrecer y obtener una mayor satisfacci&oacute;n. <br />
La oferta busca sorprender al consumidor y lo logra. En ese movimiento tambi&eacute;n va elevando los umbrales de sorpresa y demanda que lo vuelven cada vez m&aacute;s sofisticado. Las mayores expectativas se suman a sus nuevos poderes de informaci&oacute;n, evaluaci&oacute;n, recomendaci&oacute;n o castigo.<br />
Algunos ejemplos de innovaciones en este sentido:</p>
<p>&bull; Migraci&oacute;n de <em>claims</em> (apelaciones o reclamos de cada producto) entre categor&iacute;as (es decir, categor&iacute;as que ofrecen los beneficios correspondientes a otras): por ejemplo:<br />
-Peter Thomas Roths Lashes To Die For (acondicionador nocturno de pesta&ntilde;as que toma prestado el <em>claim</em> del cuidado capilar).<br />
-Benefiber masticables (fibra en cualquier momento y lugar masticable como un chicle). <br />
&bull; Creaci&oacute;n de nuevas ocasiones de consumo que toman prestadas las l&oacute;gicas de otras industrias:<br />
– aprovechamiento del tiempo caracter&iacute;stico de la industria tecnol&oacute;gica (proponiendo eficientizar al m&aacute;ximo el tiempo en propuestas cosm&eacute;ticas pasivas ofrecidas por diversas marcas que hacen efecto mientras se duerme): Est&eacute;e Lauder Overnight Lift Extreme, &ldquo;<em>lift</em> al dormir&rdquo;); Klorane Dry Shampoo (lavado sin necesidad de mojar el cabello); Bliss Fatgirlsleep (combate celulitis durante el sue&ntilde;o y provee olor a lavanda para mejor descanso). <br />
– Inmunidad farmac&eacute;utica en alimentos: Dan Active (Inmunity), Becel (pro-activ/colesterol) o Milchhof Mer Mente Viva (probi&oacute;tico con DHA con la l&oacute;gica de la industria farmac&eacute;utica).<br />
La lista es pr&aacute;cticamente interminable en las distintas actividades: alimentaria, farmac&eacute;utica, indumentaria, tecnol&oacute;gica, <em>retail</em>, etc., y adem&aacute;s se actualiza constantemente. <br />
Los ejemplos mencionados son solamente la punta del iceberg de un cambio profundo en el consumo, que nos obliga a estar cada vez m&aacute;s atentos. Las mayores expectativas se van sumando a los nuevos poderes de informaci&oacute;n, evaluaci&oacute;n, recomendaci&oacute;n o castigo. El poder del consumidor es, adem&aacute;s, cada vez m&aacute;s consciente: es garante de calidad, prescriptor o proscriptor, emisor de mensajes publicitarios, due&ntilde;o de sus &ldquo;canales de comunicaci&oacute;n&rdquo; y de la red de contactos.<br />
Queda claro que el individuo se ha convertido en un protagonista activo que no solo elige productos, sino que les da un significado que ayuda a estructurar su identidad en sinton&iacute;a con sus valores y principios &eacute;ticos.</p>
<p><strong>Nuevos modelos de negocios</strong><br />
El camino hacia el &ldquo;poder&rdquo; es potenciado por las nuevas tecnolog&iacute;as que le permiten contar qu&eacute; le gusta, qu&eacute; odia, a qui&eacute;n admira, ser fan de una marca en Facebook y crear su club de admiradores, recomendarla y elevarla en YouTube, mostrar su v&iacute;nculo con la marca a trav&eacute;s de GPS en la ciudad con sistemas de geoposicionamiento, o interactuar en blogs, Twitter y redes sociales.<br />
En fin, todas puertas abiertas para expresar su sentir respecto de las propuestas de la oferta, pero tambi&eacute;n con el peligro de &ldquo;viralizar&rdquo; sus cr&iacute;ticas. Potencial dolor de cabeza y asignaci&oacute;n de recursos para las marcas, pero tambi&eacute;n la oportunidad de escucharlos honestamente e inspirarse en sus requerimientos y ambiciones para estar m&aacute;s cerca de ellos. <br />
En este sentido, son relevantes no solamente nuevas y sofisticadas expectativas sino nuevos modelos de negocio basados en el poder del consumidor que se van perfilando en el horizonte gracias a la masificaci&oacute;n de la tecnolog&iacute;a. <br />
Chris Anderson, editor de <em>Wired</em> y autor del <em>best seller</em> de negocios <em>The Long Tail</em>, sostiene que, mientras que en el mundo del retail es imposible tener todos los contenidos posibles, todos los libros publicados, todos los CD, todos los DVD, con la llegada de los consumos a trav&eacute;s de medios digitales, esta barrera se rompe permitiendo la llegada de lo que Anderson llama &ldquo;una larga cola&rdquo;.<br />
Es decir, una reformulaci&oacute;n de la regla 80/20 de Pareto en donde, si bien existe 20% de los productos responsable de una gran parte de los ingresos, no se trata ya de 80% sino algo m&aacute;s parecido a 60% y el restante 40% es la sumatoria de miles de ventas individuales &ndash;ya no de un <em>hit</em>&ndash; sino de ese libro en particular, esa canci&oacute;n, ese DVD que de otra manera no podr&iacute;a estar en ning&uacute;n negocio f&iacute;sico, pero en donde la venta (no necesariamente el <em>delivery</em>) es digital, la b&uacute;squeda y hallazgo son pr&aacute;cticamente sin&oacute;nimos.<br />
Si la <em>customizaci&oacute;n</em> era una tendencia, la tecnolog&iacute;a potencia sus posibilidades al infinito y plantea nuevas oportunidades para las marcas. La convergencia tecnol&oacute;gica facilita no solo la personalizaci&oacute;n extrema y la posibilidad de tener el <em>retail</em> en la punta de los dedos, sino tambi&eacute;n el consumo y producci&oacute;n de contenidos del <em>prosumer</em> (consumidor productor) y la integraci&oacute;n, en un solo medio (el celular), del objeto de uso, el medio de pago y el mecanismo de promoci&oacute;n. <br />
En el l&iacute;mite difuso entre la recepci&oacute;n y la generaci&oacute;n de contenidos, los <em>blogs</em> y los <em>podcasts</em> se presentan como dos nuevos medios que est&aacute;n buscando su modelo de negocio para ser sustentables publicitariamente. <br />
<em>Banners, newsletters</em> y <em>links</em> son lugares &ldquo;auspiciables&rdquo; a los cuales habr&aacute; que prestar atenci&oacute;n para verificar su desarrollo comercial y comunicacional desde el punto de vista de las marcas. Si cada consumidor puede ser un &ldquo;gur&uacute;&rdquo; parcial o referente en su grupo, las posibilidades de auspicio en estos sitios de &ldquo;nicho&rdquo; ser&aacute;n cada vez moneda m&aacute;s corriente.<br />
La contracara de la disponibilidad de los actores comunicativos y el cambio cognitivo de acceso y producci&oacute;n que las nuevas tecnolog&iacute;as traen aparejados, generan una audiencia cada d&iacute;a m&aacute;s dif&iacute;cil de impresionar, con multiplicidad y simultaneidad de mensajes y nuevos lugares en donde ser interpelados por las marcas.<br />
Si a esto le sumamos las <em>reviews</em> en tiempo real de productos y servicios, los servicios de <em>tracks</em> y alertas auspiciados o no por las marcas y la posibilidad de ubicuidad permanente y generaci&oacute;n de experiencias que integren el mundo<em> on line </em>y <em>off line</em> que cada vez m&aacute;s son uno solo, el poder del consumidor se ampl&iacute;a en plataformas que exceden el mundo real e ingresan al terreno de lo virtual, as&iacute; como crece su saturaci&oacute;n y su necesidad de confianza en los mensajes y emisores pertinentes.<br />
<br />
<strong>Comprensi&oacute;n del consumidor </strong><br />
Claridad, creatividad, sutileza, amplitud del marco del an&aacute;lisis (pero sin perder profundidad), foco en los objetivos (pero tambi&eacute;n coraje en las recomendaciones), consideraci&oacute;n hacia el contexto de la marca (tanto el externo como el organizacional), inspiraci&oacute;n para el debate, rigurosidad, bagaje metodol&oacute;gico, articulaci&oacute;n informada, acompa&ntilde;amiento y s&iacute;ntesis operable. <br />
Estos suelen ser los requisitos que frecuentemente componen la demanda de quienes trabajan con las marcas. Pero no siempre fue as&iacute;: en tiempos de par&aacute;metros estables y trayectorias m&aacute;s predecibles, una exacta descripci&oacute;n de los mercados, de los consumidores, de sus estilos de vida y preferencias permit&iacute;an dise&ntilde;ar estrategias y llegar al mercado en un tiempo oportuno. <br />
La investigaci&oacute;n de mercado, por ejemplo, se encontraba m&aacute;s alejada del proceso de toma de decisiones de negocio; el foco se centraba en la postura objetiva y desapegada; las metodolog&iacute;as se compartimentaban en lo cuantitativo y lo cualitativo para el an&aacute;lisis de los hallazgos y evidencias; los investigadores contaban como fortaleza con una formaci&oacute;n metodol&oacute;gica espec&iacute;fica y el &eacute;nfasis se colocaba en el poder de la recolecci&oacute;n de datos. <br />
Hoy este contexto ha cambiado: vivimos en la sociedad de la informaci&oacute;n; es dif&iacute;cil tener tiempo y energ&iacute;a para editar y articular el c&uacute;mulo de informaci&oacute;n disponible (muchas veces, excesiva) para hacerla operable. As&iacute;, la complejidad del mundo actual impuso nuevas demandas en la investigaci&oacute;n de mercado, dado que requiere un an&aacute;lisis m&aacute;s articulado y m&aacute;s rico de todos los emergentes, nuevas metodolog&iacute;as de abordaje de un consumidor cada vez m&aacute;s complejo, exigente e informado, un consumidor con los &rdquo;poderes&rdquo; que acabamos de recorrer, y un nuevo nivel de involucrarse en el negocio. <br />
Asimismo, sucede tambi&eacute;n que en muchos casos si las empresas abordan al consumidor de modos parecidos obtienen hallazgos similares, &iquest;C&oacute;mo lograr algo m&aacute;s y lograr diferenciarse en un contexto de crecientes exigencias?<br />
Como respuesta a estas necesidades, surgen tendencias globales de nuevas metodolog&iacute;as basadas en el uso de los nuevos poderes del consumidor, metodolog&iacute;as que permiten aliarse con este poder.<br />
<strong>Estudio de <em>prosumers</em>:</strong> en lo que se dio en llamar &ldquo;co-creaci&oacute;n&rdquo;, donde los consumidores dise&ntilde;an codo a codo con los responsables de la marca las propuestas que saldr&aacute;n al mercado a trav&eacute;s de talleres, <em>blogs</em>, votaciones y propuestas de<em> naming, claims</em> y hasta sabores y atributos intr&iacute;nsecos de producto, aportando a la innovaci&oacute;n.<br />
<em><strong>Coolhunting: </strong></em>que permite la inspiraci&oacute;n a partir de los aspectos menos investigados de la vida del consumidor, estudi&aacute;ndolo en sus recorridos no habituales (festivales, medios de transporte, tribus urbanas, el mundo del arte, etc.), donde habitualmente no llega la investigaci&oacute;n de mercado tradicional.<br />
<strong>Netnography: </strong>o etnograf&iacute;a <em>online</em>, observando de modo no intrusivo las conversaciones que los consumidores mantienen online en diversas plataformas, sobre sus preocupaciones, sus gustos, intereses y opiniones con el fin de capturar los <em>insights</em> m&aacute;s genuinos y espont&aacute;neos. Tambi&eacute;n la posibilidad de conducir focus groups remotos <em>online</em> y paneles cualitativos.<br />
<strong>Etnograf&iacute;as: </strong>aplicando la metodolog&iacute;a propia de la antropolog&iacute;a. Una inmersi&oacute;n real en la vida cotidiana del consumidor, acompa&ntilde;&aacute;ndolo en sus compras y consumos dentro y fuera del hogar, para comprender en profundidad su l&oacute;gica de compra y consumo contextualizadas en su cultura y valores sociales subyacentes. <br />
<strong>Inmersiones tem&aacute;ticas: </strong>en tendencias y mundos adyacentes a la categor&iacute;a a investigar, a fin de generar una &ldquo;fertilizaci&oacute;n cruzada&rdquo; que permita capitalizar hallazgos inspiradores en otras categor&iacute;as o segmentos que no son los propios de la marca, pero que se&ntilde;alan caminos menos transitados para la innovaci&oacute;n.<br />
Mediante estas y otras metodolog&iacute;as m&aacute;s difundidas, el abordaje del consumidor debe facilitar el proceso de toma de decisiones aportando una visi&oacute;n rigurosa pero sin olvidar que se involucra de modo subjetivo en los desaf&iacute;os de las marcas. <br />
Para generar un diferencial aut&eacute;ntico en la informaci&oacute;n producida, hoy no basta con lograr un buen trabajo de campo (con las metodolog&iacute;as pertinentes a cada proyecto, las nuevas y las tradicionales). Cada vez es m&aacute;s importante lograr una mirada prospectiva. <br />
Con este fin, y como marco comprensivo de la investigaci&oacute;n, el estudio de las tendencias sociales permite anticipar las necesidades y motivaciones de los consumidores, generando una mirada en sinton&iacute;a con sus demandas (que muchas veces ellos mismos no pueden explicitar pero que se hacen evidentes a trav&eacute;s del an&aacute;lisis de m&uacute;ltiples categor&iacute;as y de la exploraci&oacute;n del clima social que las delinea).<br />
En el actual ambiente social y cultural dominado por el cambio y la incertidumbre se hace imprescindible el conocimiento profundo y la cercan&iacute;a con el consumidor cada vez m&aacute;s poderoso, para la detecci&oacute;n de nuevas oportunidades y el crecimiento de los negocios.</p>
<p><strong>El nuevo rol</strong><br />
Consumidores con m&aacute;s poder, marcas luchando por la diferenciaci&oacute;n en un ambiente de saturaci&oacute;n de est&iacute;mulos y escepticismo &iquest;Cu&aacute;l es en s&iacute;ntesis el nuevo rol de quienes buscan entender sus motivaciones y anticipar sus movimientos? La de ser curadores de informaci&oacute;n: protegiendo y preservando los hallazgos ya encontrados solo para poder superarlos profundizando con amplitud, creatividad y rigor en los territorios inexplorados. <br />
Ayudando a trazar un camino de verdadera diferenciaci&oacute;n para las marcas a partir de un conocimiento profundo y prospectivo de los consumidores. <br />
Como sugieren los antrop&oacute;logos George Marcus y Michael Fisher (**) &ldquo;hay que reconocer que somos parte del mundo social que estudiamos (…) y esto no es meramente una cuesti&oacute;n metodol&oacute;gica, es un hecho existencial&rdquo;. <br />
Precisamente por ser parte del mundo social, no estamos exentos de ser juzgados seg&uacute;n los valores de &eacute;poca: flexibilidad, eficiencia, productividad, creatividad, capacidad para la diversidad. Nuevas demandas y nuevos desaf&iacute;os para nuestra tarea. En un mundo donde muchas de las variables que nos defin&iacute;an socialmente han ido mutando, estas capacidades de anticipar, aclarar, profundizar, reducir la incertidumbre ser&aacute;n cada vez m&aacute;s, parte de nuestra tarea.<br />
Si en un mundo saturado por el acceso a la informaci&oacute;n, somos capaces de aportar no solamente respuestas adecuadas sino mejores preguntas, estaremos siendo aut&eacute;nticos curadores de informaci&oacute;n, una herramienta de generaci&oacute;n de valor concreto de negocio.</p>
<p>(*) Mariela Mociulsky es licenciada en Psicolog&iacute;a (UBA), con estudios de posgrado en IAE (PDD-Programa de Desarrollo Directivo), en Psicolog&iacute;a Social y en Investigaci&oacute;n de Mercado y Opini&oacute;n P&uacute;blica (UBA). Especialista en investigaci&oacute;n de mercado y an&aacute;lisis de tendencias sociales y sus manifestaciones en el consumo. Cuenta con m&aacute;s 18 a&ntilde;os de experiencia aplicada. Es directora socia de Trendsity.<br />
(**) Marcus, George; Fisher, Michael (2000).<em> La antropolog&iacute;a como Cr&iacute;tica Cultural.</em> Buenos Aires: Amorrortu.</p>
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<tbody>
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<td>
<p><font color="#dd5d3f"><strong>El nuevo consumidor japon&eacute;s </strong></font></p>
<p>Despu&eacute;s de d&eacute;cadas de comportamiento diferente, s&uacute;bitamente, los consumidores japoneses comienzan a parecerse a los de Europa o Estados Unidos. Famosos por su voluntad de pagar por la calidad de los productos, y usualmente indiferentes al atractivo de bienes baratos, avanzan ahora en bandadas sobre el <em>retail</em> famoso por sus descuentos o bien compran <em>online</em>. Es notable el aumento en la venta de alimentos de marcas propias del <em>retail</em>. <br />
Este cambio esencial parece dispuesto a perdurar con independencia de la fortaleza que tenga la recuperaci&oacute;n econ&oacute;mica. Es que la naturaleza de los cambios no deviene de la crisis econ&oacute;mica, sino de factores como la revoluci&oacute;n digital o el auge de una generaci&oacute;n joven menos materialista.<br />
Los nuevos consumidores est&aacute;n a la pesca de valor a la vez que reduciendo costos, aun a riesgo de abandonar marcas famosas a las que fueron leales durante a&ntilde;os. Tradicionalmente pasaban poco tiempo en el hogar, tanto por la cantidad de horas de trabajo como por lo reducido de las viviendas. Ahora est&aacute;n m&aacute;s tiempo en casa y no comen afuera, en principio debido a la reciente crisis. Tambi&eacute;n compran diferente: abandonan los grandes centros de compras, las tiendas por departamentos y eligen negocios especializados aunque tengan que viajar porque les queda lejos.</p>
</td>
</tr>
</tbody>
</table>
<p>&nbsp;</p>
<table width="500" cellspacing="0" cellpadding="0" border="0" bgcolor="#eeecda">
<tbody>
<tr>
<td>
<p><font color="#dd5d3f"><strong>Una frugalidad desconocida </strong></font></p>
<p>Hay una nueva frugalidad entre los consumidores estadounidenses, seg&uacute;n revela un reciente informe de Booz &amp; Company. Dos a&ntilde;os de crisis han moldeado nuevos patrones de conducta de manera tal que los nuevos h&aacute;bitos persistir&aacute;n incluso cuando se opere una franca recuperaci&oacute;n econ&oacute;mica. <br />
Esta actitud in&eacute;dita se caracteriza por una fuerte conciencia que arbitra continuamente en las decisiones del comprador en materia de precios, de marcas, y de conveniencia. Entre los nuevos h&aacute;bitos est&aacute; la b&uacute;squeda del precio bajo y el &eacute;nfasis puesto en ahorrar en lugar de gastar. La estad&iacute;stica demuestra que se descendido el consumo per c&aacute;pita en todos los grupos demogr&aacute;ficos estudiados.<br />
Es sencillo acudir a la explicaci&oacute;n de la crisis financiera de los dos &uacute;ltimos a&ntilde;os. Pero hay algo m&aacute;s que har&aacute; persistente las nuevas tendencias. Existe ahora una prolija investigaci&oacute;n <em>online</em> que hace el comprador antes de comprar. Por otra parte, las marcas privadas de los supermercados han capturado una porci&oacute;n importante del mercado que antes detentaban las marcas de la industria. La gran recesi&oacute;n oblig&oacute; a un cambio profundo en la conducta del consumidor instalando h&aacute;bitos que perdurar&aacute;n. Ahora falta que cambien tambi&eacute;n los marketineros.</p>
</td>
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