Historia, Shakespeare y lecciones de liderazgo

Las palabras que el dramaturgo isabelino pone en boca del rey inglés Enrique V momentos antes de la histórica batalla de Agincourt podrían usarse en un manual de educación de líderes. Es considerada por muchos la más grande batalla de todos los tiempos.

24 mayo, 2012

<p>La escuela de negocios Wharton se vali&oacute; de un hecho hist&oacute;rico para dar una clase de liderazgo. El tema fue la batalla de Agincourt, que en 1415 gan&oacute; el rey ingl&eacute;s Enrique V frente al ej&eacute;rcito franc&eacute;s en el norte de Francia.<br />
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Enrique est&aacute; decidido a reivindicar lo que considera suyo por derecho de nacimiento, la corona de Francia, tal y como hiciera su bisa&shy;buelo Eduardo III m&aacute;s de medio siglo antes. Para esta campa&ntilde;a Enrique contaba aproximadamente con unos 6.000 hombres. Los franceses, liderados por los duques de Borb&oacute;n y Orle&aacute;ns y por el condestable de Francia, Charles de Albret, hab&iacute;an reunido un ej&eacute;rcito que, como m&iacute;nimo, triplicaba las cifras de los combatientes ingleses. Seg&uacute;n el historiador que se tome como referencia, ten&iacute;an entre 30.000 y 60.000 soldados, muchos de ellos caballeros con armadura preparados para pelear a pie y a caballo. Las filas inglesas no ten&iacute;an ni armaduras ni caballos y ven&iacute;an agotadas luego de dos meses de traves&iacute;a por Francia tratando de llegar a lo que entonces era el puerto ingl&eacute;s de Calais. <br />
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Pero tuvieron lo que finalmente result&oacute; una ventaja decisiva; las habilidades de liderazgo de Enrique V y su capacidad para convertir sus desventajas en ventajas ganadoras. Adem&aacute;s, antes de que comenzara la batalla, pronunci&oacute; una de las arengas m&aacute;s famosas de la historia, al menos seg&uacute;n la inventara la pluma de&nbsp;William Shakespere casi dos siglos m&aacute;s tarde en su drama Enrique V.<br />
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Esa arenga estuvo en los labios de los soldados que en 1945 cruzaban el canal de la Mancha rumbo a Normand&iacute;a durante la Segunda Guerra Mundial; se la repite en los vestuarios deportivos cuando alg&uacute;n equipo ha perdido el primer tiempo y se prepara para ganar el segundo.<br />
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As&iacute; es como gan&oacute; Enrique: detuvo a su ej&eacute;rcito en un campo que estaba flanqueado por bosques a ambos lados, obligando al ej&eacute;rcito franc&eacute;s a avanzar por un estrecho corredor neutralizando as&iacute; la superioridad num&eacute;rica del enemigo. Aprovech&oacute; la ventaja de la lluvia que hab&iacute;a embarrado el campo de batalla y que resultar&iacute;a desastrosa para las pesadas armaduras de los franceses.<br />
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Adem&aacute;s, en lugar de usar ballesta, Enrique eligi&oacute; el arco largo, que pod&iacute;a disparar flechas con mayor alcance. Enrique equip&oacute; a sus hombres con picas m&aacute;s largas que las que usaban los franceses, lo cual permiti&oacute; a los ingleses ganar en el combate mano a mano pues el primer golpe era de ellos y casi siempre mortal. Y recurri&oacute; a una innovaci&oacute;n: orden&oacute; plantar estacas filosas en la tierra justo en el lugar del encuentro entre ambos bandos. Los caballos franceses, al cargar, se ensartaban en las estacas y ca&iacute;an al suelo aplastando a sus jinetes y bloqueando el camino a los de atr&aacute;s. Cuando acab&oacute; la lucha, los franceses hab&iacute;an perdido 6.000 hombres y los ingleses 450. <br />
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Carol y Ken Adelman, fundadores de <em>Movers &amp; Shakespeares,</em> un grupo que usa al m&aacute;s grande dramaturgo de todos los tiempos para ense&ntilde;ar habilidades gerenciales a ejecutivos, participaron de un seminario en Wharton titulado &ldquo;El viaje hacia el liderazgo&rdquo;.</p>
<p><strong><br />
Esta &ldquo;banda de hermanos&rdquo;</strong><br />
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Enrique estaba dispuesto a innovar, reconociendo, por ejemplo, la superioridad del arco largo y asegurando que sus hombres estuvieran bien entrenados en c&oacute;mo usarlo. Antes de Agincourt, el ej&eacute;rcito ingl&eacute;s era 80% soldados de a pie y 20% arqueros. Despu&eacute;s de Agincourt, era 20% soldados de a pie y 80% arqueros. <br />
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Pero tal vez el capital m&aacute;s grande del ej&eacute;rcito ingl&eacute;s fue la arenga del rey a sus hombres justo antes de entrar en batalla, que incluye la oraci&oacute;n famosa: &ldquo;todo est&aacute; listo si la mente est&aacute; lista&rdquo;. (Las palabras son de Shakespeare, el texto de la arenga real no existe.) <br />
Algunos extractos de aquel discurso, seg&uacute;n Shakespeare:</p>
<p><em>&ldquo;A quien no tenga est&oacute;mago para esta pelea,<br />
Dejadle partir; dadle pasaporte<br />
y poned monedas en su bolsa:<br />
No queremos morir junto a un hombre<br />
Que teme caer&nbsp;con&nbsp;sus camaradas…<br />
Los viejos olvidan:&nbsp;olvidar&aacute;n todo,<br />
salvo las haza&ntilde;as que hicieron este d&iacute;a. <br />
Nosotros pocos, felices pocos, nosotros, banda de hermanos; <br />
Pues quien hoy vierta conmigo su sangre <br />
Ser&aacute; mi hermano por villano que sea, <br />
Este d&iacute;a le har&aacute; de noble rango: <br />
Y muchos caballeros de Inglaterra que ahora duermen en su cama <br />
Se&nbsp;dir&aacute;n malditos por no haber estado aqu&iacute;, <br />
Y sentir&aacute;n m&iacute;sera su valent&iacute;a cuando hable alguno <br />
De los que hoy pelee con nosotros en el d&iacute;a de San Crisp&iacute;n.</em></p>
<p>William Shakespeare &ndash; Enrique V. Acto IV.</p>

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