Ventana de oportunidad en la relación con EE.UU

“Argentina debe sacar partido de una globalización que está hoy condicionada"

19 noviembre, 2020

El contexto internacional es positivo con Biden a cargo. Así lo augura Eduardo Fracchia en el último Informe Económico Mensual del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, y lo fundamenta en “las oscilaciones favorables observadas en las bolsas y en el mercado de bonos”.

“Nuestro país debe aprovechar esta ventana de oportunidad que se ha abierto con el nuevo gobierno americano para sacar partido de una globalización que está hoy condicionada”, agrega Fracchia.

Al repasar las posibles repercusiones de la elección de Biden para nuestro país, analizando algunos antecedentes del presidente electo, dice: “Biden desde el Senado ha influido en decisiones de Argentina vinculadas a negociación de deuda, dinámica de empresas y otros asuntos institucionales. Nos conoce bastante y sabe más de la región que Trump”, pero “Es prematuro conjeturar el impacto, podemos saber más hacia mediados del año que viene.”

“El actual gobierno peronista es más afín por su ideología a los demócratas como en su momento el peronismo de los 90 liderado por un Menem conservador se acercó a Bush. Es central y es una nueva ventana de oportunidad que nuestro país apueste fuerte por Estados Unidos que dominará la economía mundial hasta entrados los años 30 de este siglo. Históricamente desde 1900 nuestra relación fue tensa con Estados Unidos por no ser complementarios en el comercio exterior. Es una oportunidad más para revertir ese proceso siendo el capital americano el más significativo que recibe nuestro país desde la primera guerra mundial cuando desplazó al británico”, asegura Fracchia.

Por su parte, Juan José Llach coincide en que “con la probable aparición de las vacunas y la firmeza de los granos, aunque también con el clima seco por la Niña, el mundo se está poniendo algo menos hostil para la Argentina. Esto puede ayudar al país en la inminente e imprescindible negociación con el FMI.”

Sobre el panorama interno, Eduardo Fracchia comenta que la orientación de la economía nacional no cambiará de modo sustantivo en 2021 si sigue la pandemia, y que puede caer incluso 4 % en ese escenario adverso. “Estamos ante una economía que pretende crecer en base al consumo en un rebote cíclico, aunque sería conveniente que lo haga más por el empuje de la inversión y de las exportaciones”, sostiene.

En esta edición del IEM del IAE Business School, Federico de Cristo, docente de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, explica su percepción del ancla cambiaria: “El gobierno se aferra con uñas y dientes a defender el precio del dólar porque teme que un salto cambiario impulse los precios y derive en hiperinflación” y se pregunta si el Banco Central logrará evitar la devaluación.

Eduardo Fracchia reflexiona además sobre el panorama político ante el acercamiento de las elecciones de medio término, planteando varios interrogantes sobre liderazgos unificados poco claros tanto en oficialismo como en oposición, y destacando el peso de la economía en las decisiones del electorado.

Finalmente, se detalla el análisis de Martín Calveira de las principales variables de la coyuntura: el desanclaje inflacionario en un marco de excesos monetarios, la caída mensual de la actividad económica que se sostiene, aunque con desaceleración, las expectativas de una gestión fiscal de mayor sustentabilidad, la contracción del comercio exterior y el sostenimiento de las presiones cambiaras en un escenario incierto.

La llegada del Fondo Monetario

Fracchia sostiene que “La orientación de la economía nacional no cambiará de modo sustantivo en 2021 si sigue la pandemia y puede caer incluso 4 % en ese escenario adverso”, pero “con pandemia más acotada y flexibilización de actividades de bienes y servicios el crecimiento esperado (rebote) es de 6 %.”

Para Fracchia, el enfoque de la política económica seguirá un sendero antirecesión. “Sería deseable que a mediano plazo se recuperen los superávits gemelos perdidos, tanto el fiscal como el de cuenta corriente”.

“Estamos ante una economía que pretende crecer en base al consumo en un rebote cíclico, aunque sería conveniente que lo haga más por el empuje de la inversión y de las exportaciones. No se percibe salir rápido de la recesión en el horizonte de mediano plazo. No se esperan grandes ajustes del tipo Rodrigazo de 1975. Una gran amenaza para el próximo año está en el control de la inflación que hoy cierra en casi 37% anual. A este ritmo de los precios no será fácil bajar la inflación a un dígito antes de los próximos cinco años.”

Respecto al dólar, Fracchia sostiene que “El propósito de la administración debería ser mantener un tipo real de cambio más alto.”

El ancla cambiaria

También respecto al dólar, Federico De Cristo, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, sostiene que “Todo parece indicar que un salto cambiario sería necesario, ya que descomprimiría la brecha cambiaria, aumentaría el superávit externo y permitiría recomponer reservas, y a esta altura parece difícil evitar el aumento de precios que en algunos productos se hace mirando el dólar paralelo”.

Sin embargo, para De Cristo, “el gobierno sigue aferrado al tipo de cambio, la única ancla que hoy tiene a disposición, ya que el ancla monetaria y fiscal no está disponible. Devaluar sin reservas es peligroso, y sobre todo en un contexto de alta emisión monetaria y elevado déficit fiscal. Una de las tres variables debe oficiar de ancla”, explica.

 

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