El 25 de noviembre de 2025, el gobierno chino decidió volver a postergar la decisión respecto de la implementación de una medida de salvaguarda. Esta acción tendría como objetivo proteger a sus ganaderos de las crecientes importaciones de carne vacuna, que incluyen cerca de 600.000 toneladas anuales provenientes del país.
La medida iba a ser anunciada en estos días, pero las autoridades asiáticas informaron que, “dada la complejidad de este caso, el Ministerio de Comercio ha decidido extender nuevamente el plazo de investigación hasta el 26 de enero de 2026”.
Un exportador argentino del sector consideró que la prórroga obedece a la necesidad del país asiático de proveerse de carne vacuna para los festejos del Año Nuevo chino, que se celebran en enero. También señaló que la postergación no elimina la incertidumbre en el sector por lo que pueda suceder cuando se conozca el veredicto final.
El Ministerio de Comercio de China recordó en el comunicado que en 2024 se decidió iniciar una investigación de salvaguarda sobre la carne de vacuno importada, y que el 6 de agosto de 2025 se había extendido el período de investigación hasta el 26 de noviembre de 2025. Con esta nueva prórroga, la definición del tema se pospone nuevamente.
Esta medida añade incertidumbre al comercio con el mayor comprador global de carne vacuna. Las operaciones ya venían con dificultades debido a los controles que comenzaron a implementarse en las últimas semanas en los puertos de llegada, afectando a todos los embarques de carne. Esto ha generado demoras y pérdidas económicas que debieron absorber los exportadores.
Antes del veredicto, que ahora se trasladó a fines de enero, los exportadores creían que entre las medidas posibles se barajaba la definición de una cuota anual de importación y aumentos en los aranceles para el ingreso a ese mercado. Actualmente, esas tasas aduaneras son del 12%. También se preveía la posibilidad de limitar el abastecimiento de determinadas plantas de los grupos grandes para controlar el arribo del alimento.
China debe dar una respuesta a sus productores, pero, por otra parte, mantiene necesidades continuas y crecientes de abastecimiento de carne vacuna. Su demanda aumenta a un ritmo continuo y acelerado hace años, debido a los cambios en la composición social y demográfica que han modificado la dieta de sus habitantes. Hace años que se observa un proceso de abandono de la vida rural a los grandes centros urbanos en búsqueda de una mejor calidad de vida, consecuencia del potente proceso de crecimiento de su economía.
Establecer restricciones al ingreso de este alimento es complicado en estas condiciones, ya que podría impulsar la inflación interna o generar malestar social. Los datos muestran que China importaría cerca de 3,5 millones de toneladas de carne este año, casi el 30% del comercio total mundial, debido a las necesidades de abastecimiento de su mercado interno.












