Por otra parte, la baja de precios petroleros comienza a perjudicar los papeles del sector. Esto resultó de un informe difundido por el departamento federal de Energía, según el cual las existencias de crudos y refinados aumentaron la semana pasada. Por tanto, los crudos tejanos con entrega en julio perdieron 1,2% y cotizaban a US$ 36,85 el barril (mínimo desde fines de abril), casi 13% bajo el récord absoluto del 1° de junio.
En la bolsa, el Standard&Poor’s 500 cedió 0,8%, a 1.133 puntos. El Dos Jones industrial bajó 0,47%, a 10.383,9. El Nasdaq compuesto se vio más débil: 1.993,9 puntos, o sea 1,47% de retroceso (debido a Intel y otros fabricantes de chips).
“Ahora se teme una desaceleración de ingresos y ganancias. Por eso, el tono del piso es poco optimista y tiende a neutralizar las alzas registrada entre viernes y martes”. Así señala un análisis de Federated Growth Strategies, un fondo de Pittsburgh.
El balance del trimestre en curso no es del todo malo. Respecto del mínimo marcado este año (17 de mayo), el S%P 500 ha recobrado 4,8%, el DJ 30 casi 5% y 6,8% el Nasdaq C (tecnológicas). Entretanto, analistas y operadores esperan –para hoy jueves- las cifras sobre precios mayoristas. Según una encuesta de Bloomberg’s, pueden haber subido 0,6% en mayo y ése sería el sexto avance seguido.
Quizá previendo eso, el presidente del Sistema de Reserva Federal admitió hace dos días estar dispuesto a aumentar tipos referenciales, en cuanto los síntomas inflacionarios así lo demanden. Alan Greenspan formuló esas declaraciones y, acto seguido, el rinde de letras de Tesorería a dos años –la franja más sensible a estos estímulos- saltó al máximo desde julio de 2002: 2,8% anual. Más volátil, la T-10 avanzó a 4,81%.
En verdad, los operadores habían estado elevando rindes de deuda federal desde mediados de marzo, pues creen que la RF –en plena campaña electoral y con George W.Bush bajo en las encuestas- no reaccionará con celeridad a las “luces amarillas” inflacionarias. Greenspan sugirió lo contrario, mientras algunos expertos estimaban que los precios minoristas pueden subir este año 2,7%, el máximo desde 2000.
Por otra parte, la baja de precios petroleros comienza a perjudicar los papeles del sector. Esto resultó de un informe difundido por el departamento federal de Energía, según el cual las existencias de crudos y refinados aumentaron la semana pasada. Por tanto, los crudos tejanos con entrega en julio perdieron 1,2% y cotizaban a US$ 36,85 el barril (mínimo desde fines de abril), casi 13% bajo el récord absoluto del 1° de junio.
En la bolsa, el Standard&Poor’s 500 cedió 0,8%, a 1.133 puntos. El Dos Jones industrial bajó 0,47%, a 10.383,9. El Nasdaq compuesto se vio más débil: 1.993,9 puntos, o sea 1,47% de retroceso (debido a Intel y otros fabricantes de chips).
“Ahora se teme una desaceleración de ingresos y ganancias. Por eso, el tono del piso es poco optimista y tiende a neutralizar las alzas registrada entre viernes y martes”. Así señala un análisis de Federated Growth Strategies, un fondo de Pittsburgh.
El balance del trimestre en curso no es del todo malo. Respecto del mínimo marcado este año (17 de mayo), el S%P 500 ha recobrado 4,8%, el DJ 30 casi 5% y 6,8% el Nasdaq C (tecnológicas). Entretanto, analistas y operadores esperan –para hoy jueves- las cifras sobre precios mayoristas. Según una encuesta de Bloomberg’s, pueden haber subido 0,6% en mayo y ése sería el sexto avance seguido.
Quizá previendo eso, el presidente del Sistema de Reserva Federal admitió hace dos días estar dispuesto a aumentar tipos referenciales, en cuanto los síntomas inflacionarios así lo demanden. Alan Greenspan formuló esas declaraciones y, acto seguido, el rinde de letras de Tesorería a dos años –la franja más sensible a estos estímulos- saltó al máximo desde julio de 2002: 2,8% anual. Más volátil, la T-10 avanzó a 4,81%.
En verdad, los operadores habían estado elevando rindes de deuda federal desde mediados de marzo, pues creen que la RF –en plena campaña electoral y con George W.Bush bajo en las encuestas- no reaccionará con celeridad a las “luces amarillas” inflacionarias. Greenspan sugirió lo contrario, mientras algunos expertos estimaban que los precios minoristas pueden subir este año 2,7%, el máximo desde 2000.