<p>Durante la segunda mitad de julio, por cierto, la reacción alcista fue notable, si bien con altibajos. Desde el piso de la tercera semana, algunos bancos y prestamistas –no firmas de valores disfrazadas como bancas inversoras- subieron hasta 44% (índice DJ-Wilshire).</p>
<p>Sin embargo, hipotecarias tipos Fannie Mae, Freddie Mac (paraestatales, término tabú en Wall Street), Washington Mutual o National City continúan 80% bajo los máximos de 2007, previos a las crisis inmobiliaria y crediticia. A criterio de algunos analistas, pues, parece todavía prematuro sostener que lo peor ha pasado.</p>
<p>En números, el índice DJ-W fue cediendo desde algo más de 5.000 puntos (enero último) a 2.500 al promediar julio, para recobrarse a 3.600 poco después. Respectivamente, de –100% a +44%. Esos saltos se producen porque los títulos se desploman al punto de ofrecer oportunidades de recomprar barato y hacer diferencia.</p>
<p>Pero la mano oficial empieza a interferir. Una medida para trabar ventas al descubierto dificulta aportar a la baja y, por tanto facilitó el rebote de estos días. Queda por verse qué efecto tendrá el presuroso rescate a Fannie y Freddie, por US$ 300.000 millones, aprobado este fin de semana en el congreso.</p>
<p>Obviamente, si el mercado resuelve que, al fin, lo peor ya pasó, la reacción de la última semana podrá asentarse y quebrar los impulsos negativos. Pero, si quienes operan a mediano o largo plazo no vuelven ni permanecen, este repunte será efímero. “Las condiciones siguen deteriorándose en materia inmobiliaria y crediticia. Los balances del sector privado muestran nuevas depreciaciones contables”, señala un informe del fondo inversor Glenmede Trust.</p>
<p>Igual presunción formulan los propios banqueros. “El problema se inició en malas hipotecas, pero ahora se contagia al segmento más tradicional y estable del negocio”, apunta Oaktree Asset Management. El peligro es claro: “las hipotecas normales representan un volumen muy superior al de las riesgosas”.</p>
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Wall Street: ¿lo peor ya pasó o aún está por pasar?
En realidad, la incógnita se cifra en el sector financiero de la cartera Standard&Poors 500 y del respectivo panel Dow Jones. Desde febrero, en efecto, esos indicadores atravesaron burbujas que nunca llegaron a consolidarse.