<p>Por un lado, reguladores federales y estaduales forzaron arreglos con veintitrés bancas, entre diciembre y agosto, para recomprar a inversores individuales US$ 61.000 millones en bonos. Por el otro, las nuevas subastas en generan fracasan.</p>
<p>Hay más de cuatrocientas empresas con un clavo de US$ 22.000 millones en deuda y malvenden con hasta 60% de quita sobre el valor nominal. Lo hacen porque necesitan efectivo de inmediato, en un mercado secundario donde muchos papeles tardarán decenios en alcanzar el vencimiento. <br />
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“Esto no nos gusta para nada. Wall Street nos ha burlado”, clama James Flaws, director financiero de Corning Inc., copropietaria de Dow Croning, fabricante de siliconas. La compañía tiene US$ 1.100 millones en títulos que valían 330.000 millones nominales.<br />
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Corning acaba de depreciar en US$ 33.000 millones su cartera y ha reclasificado esos activos como inversiones a largo plazo, según informó a la Securities & Exchage Commission (SEC, comisión federal de valores). Con fecha del 30 de junio, el documento acusa a varios intermediarios de destruir un segmento que funcionó bien durante unos veinte años. <br />
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Mucha gente se colocó en títulos de buena fe vías subastas. Se le hizo creer –apunta Flaws – que eran instrumentos de mercado monetario, muy líquidos. Casi como efectivo. Ahora presionamos para las bancas reabran esas subastas, pero bajo supervisión”. Entretanto, de 449 sociedades registradas en bolsa con US$ 22.000 millones en títulos, sólo 45 no han declarado quebrantos.</p>
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Wall St.: una traición que cuesta ya US$ 4.800 millones
Hace año y medio, las bancas de inversión abandonaron las subastas de bonos, ofrecidos como si fuesen efectivo. Ahora, firmas como Texas Instruments y otras se siente traicionadas y han doblado a US$ 4.800 millones la liquidación de títulos.