A criterio del jeque Alí al-Naimí (ministro de energía y combustibles), “las principales economías están recomponiéndose y podrán pagar bastante más por sus hidrocarburos”. No es ése el mensaje de recientes estadísticas sobre producto bruto en la Unión Europea o desempleo persistente en Estados Unidos. <br />
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El alto funcionario habló un día antes de una reunión, en Viena, de la OPEP, entidad controlada por Riyadh. A su criterio, “se ha superado el peor momento de la crisis internacional y ya no volverán aquellos niveles de US$ 35 a 37 por barril. El actual aumento resulta del optimismo sobre el futuro mundial”. <br />
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Hace mucho que al-Naimí no sonaba eufórico. “La demanda se reactiva, especialmente en Asia oriental”, añadió. Naturalmente, el propósito de la OPEP es suspender restricciones que restan de mercado 4.200.00 barriles diarios. Esto convalidaría valores de US$ 60 a 65, pero no los 75 a 80 sugeridos por el ministro. <br />
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Los crudos WTI con entrega en julio alcanzaron en Nueva York esos US$ 63,45, antes de ceder a 63,15. En Londres, el Brent superaba los US$ 62. Fuera del negocio, en general los analistas no comparten el tono ni el diagnóstico saudí. Aun admitiendo que los precios se afirmen sobre US$ 60, no esperan 75 a 80 en meses. <br />
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US$ 63,45 el barril, una marca máxima en seis meses
El petróleo pasó este miércoles US$ 63,40, pico desde inicios de diciembre. Pero la explicación de Saudiarabia parece una expresión de deseos. El socio dominante de la Organización de Países Exportadores (OPEP) augura niveles de US$ 75 a 80 el barril.