<p>En un clima de nervios, al primer ministro y titular de Economía, Mario Monti no se le ocurrió nada mejor que proclamar “la solidez de los bancos italianos no se halla en discusión”. Precisamente, sucedía lo contrario y, como signo ilustrativo, se acentuaba la fuga de depósitos a Suiza, Liechtenstein, Austria y Luxemburgo.</p>
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<p>Más realista era Federico Ghizzoni, director gerente de UniCredit: “no desechamos el desafío de la Eurozona –señaló-, pero esta súbita volatilidad nos toma de sorpresa”. Al cabo de la semana, la acción del banco (en realidad binacional) quedó en apenas € 3,98 y la bolsa milanesa marcaba un deterioro próximo a € 4.600 millones en tres jornadas. <br />
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Sin compartir el optimismo de Monti sobre la salud del sistema financiero, Ghizzoni explica: “la reacción del mercado, si bien debida en alto grado a aspectos técnicos, no deja de ser desmedida”. Por otra parte, “refleja la diversidad de los sistemas financieros locales”.<br />
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En este punto, el ejecutivo resalta un dato favorable: UniCredit logró un aumento de capital de € 7.500 millones. A criterio de Ghizzoni (y Monti), durante los primeros días de febrero, cuando ese incremento se haya completado, la institución figurará entre las más sólidas de la Eurozona. Similar posición comparte Dieter Rampi, presidente de la entidad ítalogermana.</p>
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UniCredit se desplomó 37% en sólo tres ruedas
Probablemente, haya sido el peor ataque especulativo montado en Milán y lo sufrió el mayor banco italiano. Recién el viernes hubo un asomo de rebote. Mientras, la brecha entre los bonos a diez años y el referente alemán subía a 527 puntos básicos.