Lipsky representó al FMI en Chile y, en ese cargo, apoyó firmemente al régimen de Augusto Pinochet. En lo formal, el puesto se llama “primer subdirector gerente”, resabio de la fuerte influencia francesa en los primeros treinta años de la entidad. Hasta fin de agosto, está ahí Anne Krueger, una economista financiera de mucha mayor enjundia que su sucesor.
Pero Rato es optimista. A su criterio, el futuro vice “aportará una importante reputación internacional y liderazgo” (justamente lo que los estatutos del Fondo vedan). Por supuesto, la designación exige el “imprimatur” del directorio ejecutivo, algo más bien simbólico, pues ya lo aprobó Estados Unidos.
“Se trata de una elección excelente y será digno remplazante de Krieger”, señaló John Snow, secretario de Hacienda. Curiosamente, éste corre peligro de ser “renunciado” antes de que asuma Lipsky. En cuanto a las relaciones del organismo con Argentina, medios ligados a fondos buitres –empezando por el FT- no ocultan su satisfacción: Lipsky fue uno de los duros durante las negociaciones del canje.
El arribo de este graduado de Stanford puede coincidir con el inicio de una reforma interna en el FMI, no motorizada por él. En efecto, la entidad acaba de formar un comité (lo integran funcionarios de bancos) para asesorar sobre el mejor modo de financiar y manejar operaciones. Casi por casualidad, lo encabezará Andrew Crockett, presidente de JP Morgan Chase International y ex director en el Banco de Ajustes Internacionales (BAI, Basilea).
Lipsky representó al FMI en Chile y, en ese cargo, apoyó firmemente al régimen de Augusto Pinochet. En lo formal, el puesto se llama “primer subdirector gerente”, resabio de la fuerte influencia francesa en los primeros treinta años de la entidad. Hasta fin de agosto, está ahí Anne Krueger, una economista financiera de mucha mayor enjundia que su sucesor.
Pero Rato es optimista. A su criterio, el futuro vice “aportará una importante reputación internacional y liderazgo” (justamente lo que los estatutos del Fondo vedan). Por supuesto, la designación exige el “imprimatur” del directorio ejecutivo, algo más bien simbólico, pues ya lo aprobó Estados Unidos.
“Se trata de una elección excelente y será digno remplazante de Krieger”, señaló John Snow, secretario de Hacienda. Curiosamente, éste corre peligro de ser “renunciado” antes de que asuma Lipsky. En cuanto a las relaciones del organismo con Argentina, medios ligados a fondos buitres –empezando por el FT- no ocultan su satisfacción: Lipsky fue uno de los duros durante las negociaciones del canje.
El arribo de este graduado de Stanford puede coincidir con el inicio de una reforma interna en el FMI, no motorizada por él. En efecto, la entidad acaba de formar un comité (lo integran funcionarios de bancos) para asesorar sobre el mejor modo de financiar y manejar operaciones. Casi por casualidad, lo encabezará Andrew Crockett, presidente de JP Morgan Chase International y ex director en el Banco de Ajustes Internacionales (BAI, Basilea).