Los resquemores giran en torno del Sistema de Reserva Federal y su presunta decisión de elevar en agosto tipos referenciales, hoy en el piso de 45 años (1% anual). Pese a la acción psicológica desatada ayer –vía medios latinoamericanos- por analistas no identificados, no parece factible que se repita lo de 1994. En ese momento, un alza de tasas norteamericanos empalmó con el segundo cese unilateral de pagos mejicano (el primero había sido en 1982) y desencadenó el “efecto tequila”.
Actualmente, el aumento de rindes en bonos y su eventual correlato en los tipos referenciales tienen motivos que, por diversas razones –políticas, inclusive-, la prensa allegada al negocio financiero en el Río de la Plata prefiere no mencionar. Se trata de Estados Unidos y la yuxtaposición de crecientes déficit en presupuesto, balanza de pagos, comercio y sistema previsional. Dado que esa economía carece de ahorro interno, precisa US$ 1.500 millones diarios en inversión externa directa. En las presentes condiciones, las tasas por demás exiguas expulsan capitales en vez de atraerlos y, quizá pronto, sea necesario elevarlas.
Este clima explica que, ayer, los principales paneles de Wall Street no hayan podido mantener los avances iniciales. El Dow-Jones industrial acabó cediendo 0,7% y 0,6% el S&P 500. El Nasdaq compuesto (tecnológicas) perdía 0,3% cuando apareció un “oportuno” dato sobre Intel y pudo concluir casi neutro.
Los resquemores giran en torno del Sistema de Reserva Federal y su presunta decisión de elevar en agosto tipos referenciales, hoy en el piso de 45 años (1% anual). Pese a la acción psicológica desatada ayer –vía medios latinoamericanos- por analistas no identificados, no parece factible que se repita lo de 1994. En ese momento, un alza de tasas norteamericanos empalmó con el segundo cese unilateral de pagos mejicano (el primero había sido en 1982) y desencadenó el “efecto tequila”.
Actualmente, el aumento de rindes en bonos y su eventual correlato en los tipos referenciales tienen motivos que, por diversas razones –políticas, inclusive-, la prensa allegada al negocio financiero en el Río de la Plata prefiere no mencionar. Se trata de Estados Unidos y la yuxtaposición de crecientes déficit en presupuesto, balanza de pagos, comercio y sistema previsional. Dado que esa economía carece de ahorro interno, precisa US$ 1.500 millones diarios en inversión externa directa. En las presentes condiciones, las tasas por demás exiguas expulsan capitales en vez de atraerlos y, quizá pronto, sea necesario elevarlas.
Este clima explica que, ayer, los principales paneles de Wall Street no hayan podido mantener los avances iniciales. El Dow-Jones industrial acabó cediendo 0,7% y 0,6% el S&P 500. El Nasdaq compuesto (tecnológicas) perdía 0,3% cuando apareció un “oportuno” dato sobre Intel y pudo concluir casi neutro.