Superávit comercial tras 20 meses en rojo

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En septiembre finalmente se alcanzó un excedente comercial de US$ 314 millones.

Se revirtió holgadamente el déficit de US$ 700 millones de igual mes de 2017. Tal como era esperable, la mejora del saldo obedeció a un desplome importador (-21% i.a. en valores y -28% i.a. en cantidades) ya que las exportaciones también cayeron (-5% i.a. en valores y -11% i.a. en volúmenes), golpeadas por la sequía, según explica el último informe de la consultora Ecolatina.

Las principales causas de la recuperación del superávit fueron el salto cambiario, la recesión que se extendió a todas las ramas de actividad y la elevada incertidumbre de los últimos meses.

Al desagregar las ventas externas, se observa que los productos agropecuarios continuaron en rojo por la magra cosecha. Sin embargo, ese mes se sumaron las manufacturas de origen industrial: motivadas por la incertidumbre de Brasil (septiembre, mes previo a las elecciones), marcaron un retroceso de -4% i.a. en cantidades. Dado que el impacto de la cosecha se diluye en el cierre del año y que la situación del gigante sudamericano debería estabilizarse superado su proceso electoral, se estima que se recuperarían hacia fin de año. A contramano, por el lado importador, el “apretón monetario” que se puso en marcha en octubre, pese a que ayudará a calmar las tensiones en el frente cambiario, agravará la recesión; por lo tanto, la caída de las compras sería una constante en el último trimestre.

En este marco, se proyecta que las exportaciones cerrarían 2018 con un crecimiento en torno al 3% i.a. (manteniendo el alza registrada en el acumulado a septiembre) mientras que las importaciones cederían levemente en comparación a 2017 (-1% i.a., revirtiendo el avance de 6% acumulado en los primeros nueve meses del año).

De este modo, el año cerraría con un déficit comercial de bienes en torno a US$ 5.500 millones, lo que implicaría una mejora sensible en comparación con 2017, cuando el rojo alcanzó USS 8.300 millones, sobre todo si se considera el deterioro en los términos de intercambio (que acumula 2,5% en lo que va del año) y la magra cosecha agropecuaria. No obstante, la mejora llegará por “razones negativas” (caída de la demanda) y no por “razones positivas” (aumento de las exportaciones).

 

 

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