<p>No obstante, Singapur sigue siendo dominio de finanzas poco claras y muchos de sus operadores institucionales fueron responsables de extender al sudeste asiático la crisis sistémica occidental. En cuanto a la OCDE, el estado insular ha subscripto todos los acuerdos necesarios para limpiarse la cara ante el organismo con sede en París.<br />
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Por supuesto, las cosas no paran ahí. Este centro financiero tiene que arreglar cuentas con el grupo de los 20, pivote de la lucha internacional contra los paraísos fiscales. Pero la isla es un agente que influye más de lo debido en el mundo.<br />
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Por ejemplo, entre 2003 y 2008, su gestión de activos financieros pasó de US$ 331.000 a 615.000 millones a valores corrientes (+86%), según su propia autoridad monetaria. Existe una sobrepoblación de gestores de carteras, que creció 23% el año pasado, mientras el producto bruto interno cedía 3,6%.<br />
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También en 2008, hubo una explosión de negocios en derivados (18% del total), mercado monetario (22%), acciones y obligaciones (60%). En varios aspectos, Singapur se parece a Hongkong y los emiratos del golfo Pérsico, pero no en uno: la burbuja inmobiliaria que hoy se pincha en Dubai fue frenada a tiempo en el estado insular.<br />
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Singapur: ¿un offshore que sale de la lista negra?
Por lo menos, la organización de cooperación para desarrollo económico (OCDE, un club ortodoxo de treinta economías ricas) ha resuelto blanquear la ciudad-estado. Ya no será un paraíso fiscal, anunció Tharman Shanmugaratnam, ministro de hacienda.