sábado, 18 de enero de 2025

Saudiarabia empieza a temer los altos precios petroleros

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Días atrás, Alan Greenspan –presidente de la Reserva Federal- advirtió que los hidrocaburos son tan susceptibles a las fuerzas del mercado como todo lo demás. Esto es algo que Saudiarabia tiene presente desde 1974/81.

A esta altura de los acontecimientos y en una semana cuando los crudos tejanos intermediarios llegaron a picos de US$ 58,18 el barril, Riyadh divisa un horizonte poco agradable. Si se mantienen precios tan altos, en efecto, a la larga la economía mundial puede entrar en estancamiento inflacionario (estanflación), antesala de la recesión lisa y llana.

Como resultado, habrá menos liquidez y menor capacidad de pago, fenómeno que –como señala Greesnpan- finalmente reducirá la demanda de hidrocarburos. Por eso, el máximo exportador petrolero del mundo comienza a transmitir un mensaje a mercados, compradores y especuladores: hará cuanto sea posible para mantener la oferta y ayudar a reconstuir inventarios en forma preventiva.

En marzo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aseguró que produciría más, pero el anuncio casi no surtió efecto en los precios. Ahora, la promesa saudí va bastante más lejos que el cartel. Éste se limitaba a elevar el techo de la producción cuotificada.

No obstante, la volatilidad no cede. El miércoles, los valores del WTI llegaron hasta casi US$57 el barril, para luego amainar a 55. ¿Motivo? La repentina escasez de nafta en existencia en Estados Unidos. El jueves a mediodía, los niveles subían un poco, a US$ 56,50 y cerraban cediendo a 54.

Mientras, en Londres, el International petroleum exchange (IPC), la segunda bolsa de hidrocarburos del mundo, abandonaba las operaciones en el piso. Desde el viernes, los negociós serán virtuales, o sea en línea. Curiosa decisión, puesto que –en noviembre- su mayor rival a término(el NY mercatile exchange) abria salón en Dublin para competir en la plaza del Brent nórdico, que maenja US$ 5.000 millones diarios.

A esta altura de los acontecimientos y en una semana cuando los crudos tejanos intermediarios llegaron a picos de US$ 58,18 el barril, Riyadh divisa un horizonte poco agradable. Si se mantienen precios tan altos, en efecto, a la larga la economía mundial puede entrar en estancamiento inflacionario (estanflación), antesala de la recesión lisa y llana.

Como resultado, habrá menos liquidez y menor capacidad de pago, fenómeno que –como señala Greesnpan- finalmente reducirá la demanda de hidrocarburos. Por eso, el máximo exportador petrolero del mundo comienza a transmitir un mensaje a mercados, compradores y especuladores: hará cuanto sea posible para mantener la oferta y ayudar a reconstuir inventarios en forma preventiva.

En marzo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aseguró que produciría más, pero el anuncio casi no surtió efecto en los precios. Ahora, la promesa saudí va bastante más lejos que el cartel. Éste se limitaba a elevar el techo de la producción cuotificada.

No obstante, la volatilidad no cede. El miércoles, los valores del WTI llegaron hasta casi US$57 el barril, para luego amainar a 55. ¿Motivo? La repentina escasez de nafta en existencia en Estados Unidos. El jueves a mediodía, los niveles subían un poco, a US$ 56,50 y cerraban cediendo a 54.

Mientras, en Londres, el International petroleum exchange (IPC), la segunda bolsa de hidrocarburos del mundo, abandonaba las operaciones en el piso. Desde el viernes, los negociós serán virtuales, o sea en línea. Curiosa decisión, puesto que –en noviembre- su mayor rival a término(el NY mercatile exchange) abria salón en Dublin para competir en la plaza del Brent nórdico, que maenja US$ 5.000 millones diarios.

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