Robert Mundell: ¿un tipo fijo dólar-euro?

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Desde Lindau, Alemania, este economista liberal –Nobel 1999 y mentor del euro- propuso aplicar una relación cambaria entre el dólar y su actual competidor. Eso resolvería la crisis occidental “sin correr riesgos como los de Argentina en 2001”.

<p>En realidad, lo que este experto hizo (en 1961) fue definir el concepto de &ldquo;&aacute;reas monetarias &oacute;ptimas&rdquo;, luego aplicado para crear el euro (1989). En la actualidad, el te&oacute;rico todav&iacute;a defiende la experiencia de la moneda &uacute;nica (por hoy s&oacute;lo rige en los diecisiete adherentes a la Eurozona). A su vez, crecientes cr&iacute;ticas acusan al sistema por &ldquo;d&eacute;ficit de flexibilidad&rdquo;. Por el contrario, sostiene, &ldquo;los tipos de cambio flexibles han generado la crisis en curso&rdquo;.</p>
<p>Este exponente tard&iacute;o de la escuela de Chicago, nacido en Canad&aacute;, viene insistiendo desde 2008 en que &ldquo;la guerra de divisas reci&eacute;n acabar&aacute; cuando se vinculen expl&iacute;citamente las dos divisas principales&rdquo;. En Lindau reapareci&oacute; una obsesi&oacute;n suya: el derrumbe de la convertibilidad argentina hace diez a&ntilde;os. Sin detenerse en el fracaso de los tipos fijos, Mundell calific&oacute; como desastre ese ensayo fallido. &ldquo;Si hubiesen esperado seis meses, habr&iacute;a marchado todo bien porque el d&oacute;lar se vino abajo&rdquo;.</p>
<p>Por supuesto, Mundell se&ntilde;al&oacute; que sus posturas no implicaban reivindicar las pol&iacute;ticas de Domingo F. Cavallo, porque &ndash;entre otras cosas- no frenaron el d&eacute;ficit fiscal. Al respecto, hay algo que casi nadie recuerda: el gur&uacute; de Chicago y Nobel 1974, Milton Friedman, nunca apoy&oacute; expl&iacute;citamente a quienes dec&iacute;an ser sus &eacute;mulos en Chile y Argentina. &ldquo;Ning&uacute;n pa&iacute;s debiera pegarse unilateralmente a una divisa fuerte si el resto no lo acompa&ntilde;a&rdquo;, reitera Mundell.</p>
<p>Volviendo a la presente crisis occidental, afirm&oacute; que, si los estados se mueven por su cuenta, el fen&oacute;meno adoptar&aacute; nuevas manifestaciones. Obviamente, el economista postula el regreso al cambio fijo, si no al patr&oacute;n oro. En este caso, alud&iacute;a a la convertibilidad oro-d&oacute;lar vigente entre 1944 (acuerdo de Bretton Woods) y 1971, cuando Richard Nixon la suspendi&oacute; para siempre.</p>
<p>Mundell, claro, indic&oacute; que tornar al patr&oacute;n oro ser&iacute;a por dem&aacute;s complicado. En primer lugar, porque EE.UU. ya no es tan fuerte tenedor del metal como la Uni&oacute;n Europea, Suiza o China. En lo atinente a rescates multilaterales, coincidi&oacute; con las cr&iacute;ticas de Christian Wulff (presidente alem&aacute;n), cuyo discurso en Lindau tuvo m&aacute;s repercusiones que la exposici&oacute;n del Nobel. <br />
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