El argumento esgrimido no es nuevo y alude a “las cambiantes funciones de la autoridad monetaria en el entorno actual”. En un foro sobre problemas de deudores hipotecarios poco solventes (tan luego), el “peor presidente de la RF en mucho tiempo” –lo califica Paul Krugman- recomendaba: “el congreso debe otorgarnos mayores facultades ejecutivas sobre los mercados financieros para asegurar estabilidad futura”. Sonaba a chiste. <br />
Por primera vez, el sucesor de Alan Greenspan –cuya errática política monetaria llevó a la doble crisis hipotecaria y crediticia- admitió que estudia extender a 2009 el programa de emergencia que inyecta dinero de los contribuyentes a firma de valores disfrazados como bancas de inversión. Algunos legisladores y el candidato demócrata Barack Obama quieren saber “por qué la especulación no debe pagar por sus errores, como sucede en la economía real”. <br />
Ese esquema, que preocupa inclusive a analistas ortodoxos, permite a esas bancas tomar fondos directamente de la RF a la actual tasa de redescuento (3% anual, un regalo). Fue impuesto de apuro en marzo cuando el virtual colapso de Bear Stearns –luego se malvendió a JP Morgan Chase- puso en peligro todo el negocio. El mecanismo expira a mediados de septiembre. <br />
La posible acumulación de poder en la Reserva Federal desvela inclusive a funcionarios de línea en hacienda. Pero no al secretario Henry Paulson, que actúa como si siguiera en Goldman Sachs. “Nos encontraremos –advierte el ‘Wall Street Journal’- con una mezcla de supervisión directa y autoridad como prestamista de última instancia, bajo el pretexto de estabilizar mercados de riesgo. Será un exceso de facultades nada saludable”. <br />
Al respecto, el “New York Times” subraya que “como reguladora, la RF podría tener incentivos –inclusive cuestionables- para evitar que una firma quiebre. Aun si ésa fuera la opción más lógica y apropiada”. Algunos directores de la propia RF coinciden, sosteniendo que “tanta discrecionalidad puede alentar conductas especulativas asegurándoles una red de salvamento y elevando el riesgo moral”. <br />
En rigor, así pensaba a principios de junio Charles Plosser, entonces a cargo de la RF Filadelfia. Este fin de semana, Jeffrey Lacker (RF Richmond) afirmó que –si el banco central deja expirar el mecanismo dentro de dos meses- “no exacerbará los problemas del sistema”. <br />
Lacker, un monetarista exagerado, también señaló que “el actual ritmo inflacionario, 4,2% anual, es inaceptable. La RF debiera centrarse en disminuirlo, no en estimular la economía ni rescatar bancas en problemas”. <br />
Ahora bien, si Bernanke insiste en extender esas facilidades, deberá olvidarse de elevar tasas referenciales para frenar la inflación. Por otra parte, el alza de hidrocarburos y otros productos primarios sujetos al mercado de futuros –netamente especulativo- lleva paulatinamente a un contexto inflacionario superior a 5/6% anual en las economías centrales y 9 a 15% en el resto. Ni la RF ni el Banco Central Europeo podrán evitarlo, salvo que impongan intereses básicos negativos (como ocurre en Estados Unidos, de paso). <br />
Reserva Federal: preocupa un presunto aumento de funciones
Días atrás, Benjamin Bernanke pedía ampliar facultades y responsabilidades del banco central en lo tocante a crisis. El eufemismo trasunta una maniobra de hacienda para rescatar malos banqueros con fondos públicos.